El Instituto Pasteur creará el Centro de Innovación en Vigilancia Epidemiológica para que científicos "puedan trabajar de manera más ordenada, coordinada y en un mejor lugar"

Carlos Batthyány, director ejecutivo del Instituto Pasteur, delineó el propósito del CIVE y se refirió al rol del Estado en la ciencia e innovación.

El Instituto Pasteur anunció el martes la construcción del Centro de Innovación en Vigilancia Epidemiológica (CIVE), que resultará del esfuerzo de cooperación internacional en conjunto con actores públicos y privados. Este proyecto se basa en el concepto de “una sola salud”, que hace hincapié en que la salud de las personas está conectada con la de los animales, por lo que allí investigarán patógenos que puedan crear nuevas emergencias sanitarias, como ocurrió con el coronavirus. ¿En qué consiste el proyecto y por qué es tan importante contar con un centro de estas características?

Para nosotros es una enorme alegría porque gracias al estímulo y empuje que tuvieron donantes privados, principalmente uruguayos y personas físicas, que nos llamaban sobre cómo ayudar. Querían donar algo que pudiera trascender. Ahí empezamos a trabajar en un viejo sueño que teníamos, que era crear un centro de innovación en vigilancia epidemiológica.

No vamos a hacer un centro de vigilancia epidemiológica. Uruguay tiene organismos rectores que vigilan y lo hacen muy bien. Uruguay se ha caracterizado por sufrir muy poco las epidemias.

Lo que soñamos hacer con este centro es un trabajo mancomunado con la UdelaR y con el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria para tratar de dotar con innovaciones tecnológicas a los organismos rectores para mejorar la calidad con la que Uruguay hace vigilancia epidemiológica.

Cambio de mirada

Si algo aprendimos con esta epidemia, es que vinieron para quedarse. Vamos a estar sufriendo nuevas a no ser que cambiemos la forma en que nos relacionamos los humanos con los animales y el medio ambiente.

No hay forma de concebir un humano saludable si no tenemos animales saludables y un medio ambiente saludable. Dependerá de la capacidad del ser humano de no tropezar dos veces con la misma piedra.

En 2007 había un trabajo científico hecho en China donde vaticinaban que estaban dadas las condiciones para que pasara lo que pasó en 2019. Lo hicieron basados en el 2001 pero mirando tres componentes: hacinamiento de poblaciones humanas, malas condiciones medioambientales y animales salvajes cuya salud es desconocida. Esto, asociado a cuestiones culturales como comer animales salvajes en forma no del todo cocinada favorece el pasaje de una enfermedad animal a un humano, lo que llamamos enfermedades zoonóticas. Si no cambiamos esto, seguirá pasando.

Uruguay siempre se caracterizó por enfrentar bien las enfermedades infecto-contagiosas. Ya veníamos en el descenso en la mortalidad de enfermedades infecto-contagiosas en general. Sin embargo, hay reportes de la OMS que marcan que, a partir de 2030, estas pueden volver a ser la principal causa de muerte a nivel mundial como al principio del siglo XX. Tenemos que mejorar la forma en que nos cuidamos. Hay que volver un poco atrás.

No creo que fue un juego político la donación de los pasajeros del Greg Mortimer. Eso empezó que se movilizaran donaciones. Fue un desencadenante que motivó a recibir otras donaciones.

El propósito del centro

Gracias a que tenemos científicos jóvenes muy bien formados, ellos pudieron salir a jugar un partido que hasta ahora no pudimos jugar y demostrarle a la población que tenemos científicos nacionales que pueden dar respuestas a problemas nacionales. Aprendimos de eso y lo que queremos hacer es consolidar lo que aprendimos. Queremos que estos científicos puedan trabajar de manera más ordenada, coordinada y en un mejor lugar. Eso es un gran desafío.

Entonces queremos crear un centro que tendrá dos áreas: una de investigación, desarrollo e innovación y otra de servicios tecnológicos. En el centro participarán tres instituciones académicas principales: la UdelaR, el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria y el Instituto Pasteur como articulador. Pretendemos que estén los organismos rectores: MSP, MGAP y el futuro Ministerio de Medio Ambiente para tener una mirada de los tres componentes de salud. Queremos que los investigadores tengan un espacio moderno con tecnología de avanzada que nos permita- ya sea con un patógeno conocido o desconocido – hacer el diagnóstico de un nuevo brote.

Todas las donaciones que recibimos fueron privadas y estamos muy orgullosos. Creemos que es un primer paso para acercar a inversores privados hacia generar conocimientos.

Política de Estado

En 1984 Israel tomó la decisión de Estado de invertir en ciencia e innovación. Fíjense dónde están. Estamos convencidos de que hay que invertir más en ciencia, tecnología e innovación para ir hacia una economía del conocimiento, sustentable y amiga con los humanos y animales.

Uruguay en 36 años creó un sistema súper robusto, mucho con garra charrúa. En 1984, cuando se creó el Pedeciba, había menos de 20 grupos científicos de primer nivel. Hoy hay 1.800 investigadores categorizados en un sistema nacional de investigadores. Quiere decir que Uruguay, a pesar de que nunca superó la barrera del 0,5 % del PBI de inversión por año, pudo. Es una oportunidad para que los políticos vean que a través de la ciencia, tecnología e innovación se puede crear valor para la sociedad y soluciones a problemas reales para uruguayos por uruguayos.


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