Explosión de cajeros: pese a que "el entintado sirvió en todo el mundo", especialista afirma que el BCU debe comprometerse a pagarle a los bancos privados por billetes afectados

"En Chile los frenaron con el entintado, amurar los cajeros y cuidando el espesor de las paredes", afirmó Edward Holfman.

En menos de un año, un total de  62 cajeros automáticos fueron explotados en todo el país. El Ministerio del Interior informó que la modalidad se instaló en setiembre del año pasado y se incrementó en este 2018: van 24 robos a cajeros consumados y 38 tentativas.

La primera explosión de un cajero con gas fue el 30 de octubre del año pasado en el Disco de Chucarro y Pagola (en Pocitos). Desde ese momento, la modalidad se extendió por Montevideo y varios puntos del interior.

Abordamos el tema junto al experto en seguridad privada Edward Holfman.

Hace un año que venimos con la misma seguridad que tenían los cajeros la primera vez los robaron. Yo pongo en la balanza la inversión y lo que se perjudica a la gente.

El entintando de un cajero automático cuesta entre tres mil y siete mil dólares por cajero. Si sacamos la cuenta  de cuánto se ha robado desde la primera vez hasta hoy, implica muchos cientos de miles de dólares, que si se hubiesen tomado las medidas básicas, que es el entintado, sería otra la situación.

El entintado sirvió en todo el mundo. Hay entintados malos y buenos. El entintando de billetes en Brasil es un mercado negro: se manejan con billetes entintados.

Muchos salimos a buscar plata, recorremos varios cajeros y no hay. Pero resulta que los delincuentes van y no solo encuentran uno con plata, sino también uno que no está entintado.

Hay integrantes chilenos entre los detenidos acá por la Policía; en Chile, los carabineros estuvieron casi dos años para poder para esto de los cajeros automáticos. Acá se usa el gas, en Brasil se usan explosivos plásticos. En Chile los frenaron con el entintado, amurar los cajeros y cuidando el espesor de las paredes. Son varias cosas que hay que hacer. Pero tenemos que dejar de perjudicar al usuario.

El problema es la carta orgánica del Banco Central, que no tiene una cláusula que diga que se paguen los billetes que quedan entintados a los bancos privados. En Chile, por ejemplo, estuvieron casi un año y medio para resolver ese tema.

Hoy tenemos delincuentes profesionales, y cada uno tiene un rubro en el que se especializa. Tenemos que adelantarnos. Los delitos que tenemos nosotros no se inventan acá, vienen de otros lugares.


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