Ignacio Munyo: “Hay micro regulaciones que terminan afectando los procesos de inversión de los privados”

Hay organismos del Estado que son "cuello de botella" para la concreción de inversiones privadas, según indicó un informe del centro de estudio Ceres. Los trámites se complejizan y esto desalienta a los inversores. Además, el actual panorama internacional complejiza aun más la búsqueda de soluciones, que deben ir al mismo ritmo que las tendencias mundiales.

¿Cómo fue el trabajo del mapeo de estos organismos del Estado "trancadores" de inversiones?

Esto es algo que nosotros hace por lo menos un año y medio que venimos sintiendo de comentarios puntuales que nos hace gente, que en el trabajo regular de Ceres tenemos relaciones permanentemente con empresarios de todos los sectores productivos, entonces eran anécdotas.

Un día dijimos: “vamos a pasar de la anécdota al mapeo”. Fue hace como nueve meses atrás. Pusimos un equipo de investigadores de Ceres a contactar estudios, asesores, personas que se encargan profesionalmente de tratar con los inversores fundamentalmente extranjeros que quieren venir al Uruguay, y se encargan de hacer todos los trámites. Estuvimos recopilando información por meses. Y presentamos lo que nos dijeron. Esto no lo digo yo ni lo dice Ceres, lo dicen los inversores que están queriendo venir a Uruguay. Por suerte son muchos y cada vez más. Tenemos un problema asociado a una buena noticia: que hay interés de invertir en Uruguay. Ese interés a veces se desestimula ante pedidos, tiempos. El tema de los plazos es algo que cuesta poco arreglar. Esto es una visión constructiva, por algo lo hicimos nosotros. Porque esto se puede mejorar con relativamente poco esfuerzo en comparación en relación a reformas que tiene que hacer el país. Esto es sentido común, coordinación, que alguien se cuestione para qué estamos pidiendo esto que se pide hace 20 años que ahora se puso otro requisito muy parecido a este pero se lo pide otra oficina; duplicación de pedidos y se suman en los tiempos.

No es nuevo. ¿Cuánto hace que venimos hablando y escuchando de “ventanillas únicas”, de que estamos simplificando trámites, digitalización? El tema digitalización es un tema complejo. Es solo hecho de digitalizar un proceso, una atención al público, para nada asegure que se mejore, a veces lo complica.

¿La digitalización está atrasada en Uruguay ?

Nosotros no hicimos un estudio comparativo, como sí los hay. Yo no lo estoy comparando con otro país, yo sé que acá genera problemas, por lo menos, desestimula. Le llamamos oficinas “trancadoras”, pero no es que hay una voluntad de hacerlo. Todas las oficinas te dicen que hay voluntad de apoyar las inversiones. El tema es que en el los hechos, es lo que nos dicen.

¿Cuál ha sido la respuesta de los organismos?

Hemos recibido llamadas de todas las oficinas, y todas con buena intención; tratar de entender por dónde viene la queja, dónde encuentran el cuello de botella para solucionarlo, y la verdad que bienvenido, porque ahí logramos el objetivo de Ceres que es poner los temas arriba de la mesa y que se discuta. Nosotros no estamos adentro del gobierno, estamos afuera, y vemos cosas y las mencionamos porque queremos que el país mejore.

Hubo de las dos cosas: algunos que no entendían por qué estaban ahí. Hasta dicen explícitamente “nosotros somos los más pro inversión en Uruguay”. Nadie está cuestionando eso, ni siquiera la persona que está ahí, porque este es un tema que supera personas, porque va a estar el mismo problema si no se cambian los procedimientos, las “microregulaciones” que terminan afectando los procesos de inversión de los privados. Esa palabra (microregulaciones) es muy característica de este caso: hay una acumulación de regulaciones que terminan desalentando el proceso y generando sobrecosto.

Y también pasó algo que para mí es muy interesante: recibimos muchos llamados de personas que están tratando de avanzar con inversiones en Uruguay diciendo: “¿cómo no está tal organismo?”. Esto no es exhaustivo; sale de una muestra que se hizo con una consulta pero el problema es mucho más grande. Esto destapa la punta de un problema que está hace tiempo, y lo sabemos todos. Si con esto se logra mínimamente que se hagan los cambios necesarios, que de todas formas se quisieran hacer, nosotros queríamos acelerarlos.

¿Cuáles han sido las principales quejas?

La falta de coordinación entre organismos es bastante recurrente en las respuestas, con pequeños matices entre cada oficina. Y no es solo para los que vienen a invertir, también hay problemas para los que quieren venir a vivir a Uruguay; el tema de las residencias, los requisitos.

Un ejemplo: imaginemos una persona de India que quiere venirse a vivir a Uruguay. Tiene que tramitar con el Ministerio del Interior porque es fuera del Mercosur. Cuando es Mercosur, es Ministerio de Relaciones Internacionales, y ahí es más rápido. Se tiene que ir a la Dirección Nacional de Migraciones. Ahí hay un requisito que es el certificado de buena conducta. Que está bien, pero se lo pide de su país de nacimiento. Imagínense que nació en Pakistán y tiene que ir a pedir el certificado después de no vivir en ese país por más de 30 años. A veces hay cosas de sentido común.

Hay que abrir las puertas, ponerle una alfombra roja a los que quieren venir a vivir a Uruguay. Uruguay necesita atraer no solo inversiones sino gente. Porque este país está subpoblado y la población no crece hace muchísimos años. En vez de simplificarle la vida a los que quieren venir a vivir a Uruguay se la complicamos. Esto no tiene razón de ser.

Cuando se ponen estos requisitos, tiene un fundamento. Seguro hay muchos que lo pueden defender. Pero por ejemplo el tiempo de permanencia en el país: si una persona viaja y sale “no hay vocación de permanecer en el país” entonces tiene que empezar de nuevo el proceso. O sea, es conceptual esto. Genuinamente, ¿creemos que necesario traer inmigrantes a Uruguay? Bueno, yo creo que sí. Bueno, hagamos las cosas para que pase y no para complicarla.

¿Qué otros problemas hay para los que quieren invertir en Uruguay?

Hay problemas de recursos, y de funcionamiento, escasez de capital humano calificado. Hay muchas inversiones en el sector tecnología, salud, biotecnología, energía, etc. , implica un trabajo sofisticado. No es simple conseguir la gente que pueda hacer ese tipo de tareas. Hay falta de formación para estos puestos. A Uruguay no le da el tiempo para formar ahora ya a todo lo que se necesitaría en el corto plazo en todos esos sectores. Porque primero secundaria es un cuello de botella que pocos terminan. Habría que arreglar secundaria para que más personas entren a la universidad. No hay que hacer más carreras universitarias, porque no hay gente para que entren.

¿Cómo afecta el contexto internacional a Uruguay?

Hay dos cosas que están pasando al mismo tiempo e independientes. Por un lado, tenemos una inflación en Estados Unidos que se ha ido, de todos los registros, el valor más grande en 40 años. Lo mismo está pasando en Europa. Esto trae aparejado la posibilidad de una suba de costo de financiamiento, la tasa de interés es mayor a lo esperado y eso complica a que vengan inversiones porque el costo de oportunidad: si es más atractivo invertir en Estados Unidos porque sin tener que hacer nada uno puede invertir en un bono, va a ser menos atractivo venir a invertir en producción en Uruguay con todo lo que hay que hacer.  Eso conspira contra las inversiones.

Después hay algo que mucho más complejo que es la tributación global. El año pasado se resolvió con 130 países, incluido Uruguay, que las multinacionales de determinado tamaño tengan un mínimo de tributación global de un 15% (impuesto a la renta). Eso genera un cambio en la estrategia que ha tenido Uruguay para traer muchas de estas empresas, por ejemplo con el régimen de zona franca, que paga 0%. ¿Está bien? No sé, pero es una herramienta que se usó y sirvió para atraer al país inversiones que probablemente no hubieran venido si no existían estas zonas francas. Dado también a las condiciones de este país de ser caro para producir pero en otros aspectos. Esta tributación global se va a implementar en el 2024. Da tiempo a pensar cómo nos va a afectar. Porque Uruguay puede empezar a cobrarlo, pero también lo hará otro país pero con costos de producción más económicos.

Uruguay sigue siendo atractivo para invertir, es por la estabilidad del país y la inestabilidad del resto. Por la guerra de Ucrania, Latinoamérica se ha vuelto atractivo para invertir a futuro. Por eso volvió a verse el acuerdo Mercosur-Europa.

En el mundo hay señales muy fuertes de una grieta y está llegando un momento en que es difícil jugar de los dos lados de la grieta. Nosotros negociamos con todo el mundo y los intereses nacionales van por encima de los intereses políticos. Nosotros (Ceres) fuimos los más defensores del acuerdo con China en 2016. Ahora cambiaron las circunstancias: los costos que analizamos en aquella época eran económicos. Hoy hay otro costo: institucional, ético. El contexto global se ha complejizado de manera no esperada desde el año pasado. Hay un juego complicadísimo, que hay que estar atentos, nada más.

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