El artista salteño conversó tras la polémica sobre el mural de Antonio Grompone en el edificio del IPA, en el que aseguró que ANEP lo habilitó para que pueda realizar el mural. "Está bueno que se dé el tema, que la gente opine y pueda participar, bienvenido lo que se hable", expresó tras el rechazo del Instituto de Historia a su obra callejera sobre el escritor uruguayo.
El rechazo del Instituto de Historia a obras callejeras
Me enteré del tema que estaba pasando y está bueno que se dé, que la gente opine y pueda participar, bienvenido lo que se hable.
La propuesta fue que la pared me gustaba, nos reunimos con ANEP, nos dio autorización firmada. En esa parte no cobré, fue algo que aporté por la cultura. ANEP me habilitó para que pueda pintar el mural y me pareció bárbaro ya que era una iniciativa muy buena.
Me pagan si me contratan. Presenté muchos proyectos en intendencia. Si esperas sentado que te habiliten las cosas, mejor hacerlas que esperar sentado. Uno de mis sueños era pintar gigantrografías en medianeras, pido permiso a los propietarios, nos reunimos y hablamos de personajes para pintar. Siempre firmo una autorización. Todo lo que sea sobre lo legal y seguridad hablo antes.
Comienzo
Empecé a pintar con amigos grafiteros en la calle. comencé pintando letras, caracteres, murales, paisajismo, de todo. Mi estilo es retrato. Somos conscientes que cada artista tiene su estilo. Yo me enfoqué en las medianeras, en Uruguay nadie lo hacía. Los murales duran lo que duran. Hay muchos artistas que pintan y está bueno que vean todas sus obras.
Levantan más edificios de lo que yo pinto murales, edificios de donde no se saben dónde sale el dinero. Se levantan edificios mastodontes donde rompen mucho lo natural. Hay montón de cosas para debatir sobre eso.
Quise crecer en lo que estaba haciendo. Cuando era chico pensaba en ser grafitero, muralista, cuando empecé a dedicarle a eso comencé pedir permisos a los muros. Comencé a pintar legalmente y pedir permisos.
Murales
Me fui por ese lado por el lado turístico. El de Malala mi idea era hacer sobre derechos humanos y le plantee mucha gente sobre los derechos humanos mundiales.
Es trabajo. Tengo una lista larga de escuelas para dar charlas. Con ANEP ellos me pagaron todo, hubo un gasto, el elevador, los materiales, hay un gasto.
No voy a ir a lugares históricos a pintar, pero sí a paredes en donde el propietario me dé su permiso.
Instituto de Historia
Me parece bárbaro que la gente pueda discutir sobre esto. Estoy abierto a debatir con ellos y me parece sano. Hay muchas cosas en la arquitectura que a mí no me caen bien. En los murales que quiero hacer en medianeras son paredes linderas que un día te levantan un edificio al lado y no sabes lo que va durar.
Comunidad de graffiteros
Somos muy pocos y nos conocemos todos, nos respetamos entre todos. Hay gente que es muy cerrada a la cultura, que también es respetada. Entre nosotros nos llevamos bien y estamos comunicados sobre el tema. Hay gente que le gusta lo que haces y otra que no.
Vivo de esto. Estamos trabajando con un productor de Barcelona, que vamos hacer grandes cosas allá. Lo que es el arte uruguayo en otros países. La gente es muy curiosa, pero en otros países ya hace muchos años que está.
Relación con la política
Es complicado porque a veces la gente politiza lo que haces. Lo que hago lo hago fuera de eso, va por otro lado. Lo pinté a Pepe Mujica en Francia por un contrato de trabajo y me dijeron que era más por su estilo de vida que por su política.
Arranqué investigando lo que era, una pared, un aerosol, hay de todo. Aprendí pintando en la calle, siempre autodidacta. Hay cosas más importantes que están pasando en el país que toda esta discusión. Cosas muy serias. Esto es algo que abrirá otras puertas.
Un delito capaz es romper mucho prado o un monte para hacer un edificio, contaminar el medio ambiente, pero lo mío no lo veo como un delito, sino como una forma de expresión y lo vamos a seguir haciendo.
