Julio María Sanguinetti: "En el Partido Colorado estamos descabezados"

El Partido Colorado definió como prioridad hacia la rendición de cuentas destinar recursos para la educación, principalmente para llevar a cabo una reforma. No impulsar una transformación, sería un fracaso para toda la coalición de gobierno, según el expresidente y secretario general de la fuerza, Julio María Sanguinetti. A su vez, se vuelve a debatir la participación de Pedro Bordaberry en el partido de cara a las próximas elecciones, y Sanguinetti asegura que "hay lugar" para el exsenador.

Las prioridades del gobierno para la rendición de cuentas

En la rendición de cuentas pasada el Partido Colorado se situó en el tema de la primera infancia.

Pedíamos un sistema nuevo,  fueron 50 millones de dólares en aquel momento, para reforzar, ampliar y mejorar sustantivamente el sistema de los CAIF, que son más de 400 en el país, que se han demostrado como sistema eficaz de protección social de los niños de cero a tres años.

En esta rendición nos ubicamos en otro lugar de la educación, que es fundamentalmente la educación media, que es donde está el mayor cuello de botella y necesidad de transformación. Es el lugar donde se produce la deserción, donde se precisa el mayor cambio, que es necesario cambiar la metodología para poder inserción en el mundo contemporáneo.

El apoyo es a los llamados "Centros Espínola", que son centros que se caracterizan por: mayor horario (ocho horas), profesores estables, método pedagógico participativo (por talleres), buscando que sea menos tradicional y más atractivo, que se instalan en contextos más necesitados o críticos, tanto en el interior como en Montevideo. Se busca seguir avanzando en esta dirección, que es la dirección del cambio.

También hay otro temas pero de relevancia económica menor.

Sobre las negociaciones, yo creo que va a estar en lo razonable. Tampoco es que el pedido de la ANEP es irracional. Estamos en un contexto crítico mundial. Y si hoy podemos discutir es porque se ha manejado la economía de un modo más que razonable.

La reforma social

Acá ocurrió una cosa que nunca había pasado, que fue buscar un consenso por ley. Por ley se creó una comisión enorme con los partidos políticos, con las organizaciones sociales, con las organizaciones de jubilados. Los técnicos han estado un año trabajando, esto no se había hecho nunca.

Lo primero es el análisis técnico, estamos hablando del 10% del PBI, de un peso extraordinario del punto de vista económico, y social por la magnitud del impacto.

Yo personalmente creo que no podemos transformar en tragedia una bendición: vivimos más años, vivimos mejor, ¿y eso no se va a reflejar en el sistema de previsión social? ¿es lo mismo que la “sobre vida” sea 15 años o 25? No, no es lo mismo; y es bueno que sea así.

Ahora, imaginarnos que eso no precisa financiación es el mundo de las fantasías. Lamentablemente este ha sido siempre un tema que se ha prestado a la demagogia. Yo lamento mucho lo que ocurrió con la ley del 2008, porque nuestra reforma del 95 fue muy importante. En aquel momento esto estaba pesando 14 puntos del PBI. Y en 2008 estaba pesando 8,5 sin haber tocado ningún derecho. Se abrió ahí una beta de jubilados sin mayores aportes, ni seguridad en sus derechos. Y eso nos introdujo de nuevo en esta necesidad de reequilibrar el sistema. Todos estamos de acuerdo. Se debe hacer gradualmente, racional. No hay “mini” reformas.  La idea general es mejorar el sector de más abajo, equilibrarlo un poco más, y luego ir convergiendo a un sistema cada vez más unitario, lo cual no es sencillo.

El país paga un fuerte precio al mérito: nadie cree que el Estado le va a dejar de pagar. Se le cree, no se va a fundir. Pero no es un acto de milagro; es el resultado de una organización financiera  muy compleja que permite luego sostener.

Aún con las dificultades políticas que siempre hay, con las demagogias que se desatan, habría que seguir adelante. Lo siento como una responsabilidad del Estado y frente a las nuevas generaciones. Tiempo hay siempre, no hay que patear la pelota para adelante. Que un gobierno responsable haga lo que todo el mundo sabe que tiene que hacer, también tiene crédito.

Futuro del Partido Colorado

Se dan varias cosas. La primera es obvia: hemos tenido accidentes en el camino. El proceso de renovación nos ha resultado difícil. Ya no tendría que estar metido en esto, solo en los libros.

Tuvimos la etapa Pedro, muy importante. Luego Pedro se apartó. Luego la etapa Talvi con el resultado conocido. Es decir, ha habido proceso de renovación con gente cabal, importante, que, sin embargo, no cuajó.

No hemos logrado subir los votos, pero somos decisivos. Porque hay un republicanismo laico, una garantía que el Partido Colorado representa en el Estado.

Estamos “descabezados”, es decir, no tenemos candidatos a la vista. Sin embargo, hay una efervescencia de juventud fantástica. Las casas del partido están siempre llenas.

El Frente Amplio ahora se ha ido más a la izquierda, a otra cosa que es cualitativamente muy importante: ha dejado de ser propiamente un partido político, para ser una estructura corporativa. Es decir, el Frente hoy es el sindicalismo. (Fernando) Pereira se enojaba cuando yo decía esto hace dos años, pero hoy nadie discute que el Frente es el sindicalismo y el sindicalismo es el Frente.

El último referéndum, ¿lo organizó el Frente o la fuerza sindical? Pereira cambió de despacho. Está en un discurso de una iracundia, está radicalizado. No en los hechos, porque es un hombre de la realidad.

Yo estoy aquí forzado por las circunstancias, y no puedo -o debo- ser candidato. ¿A quién se le ocurre que a los 89 años alguien pueda estar siendo candidato por más que uno se sienta particularmente bien? Hemos tratado de cruzar el desierto, ayudar a que el partido mantuviera su unidad, su vida institucional, que está fuerte y muy bien.

Hay lugar para Bordaberry, y comparado a Talvi, se ganan votos de un lado y se pierden de otros.

Lo peor que podemos hacer con Robert Silva es contaminarlo de candidaturas. Tiene un enorme rol a cumplir, lo está haciendo muy bien en una época muy difícil. La candidatitis es una endemia en Uruguay.


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