La cárcel de Punta de Rieles tendrá un taller de poesía

El profesor y escritor estadounidense Seth Michelson lleva 20 años trabajando en las cárceles de Estados Unidos dando talleres de poesía y va a repetir la experiencia en el país.

Talleres de poesía en la cárcel de Punta de Rieles

Creo que la poesía es para todos, como dice el poeta Roque Dalton: “creo que el mundo es bello y que la poesía es como el pan de todos”. Entonces, trabajo a través de la poesía y gracias a la vida he tenido la suerte de encontrarme con gente muy buena en las cárceles y más allá de ellas. Hay un dicho mejicano que dice “de poeta y loco, todos tenemos un poco”. Entonces, todos somos poetas en mi opinión. Por eso me invitaron hace 20 años a las cárceles en Nueva York y sigo trabajando con gente privada de libertad.

Resultados de la experiencia

Es una experiencia transformadora. Un filósofo francés que me gusta mucho dice que la poesía puede tallar el corazón, revelarlo. Eso nos ayuda a entendernos a nosotros mismos y a compartir con los demás y entender al otro. Es una forma radical de escuchar al otro. Forma comunión y a través de esta idea podemos entendernos mejor y cambiar la forma de existir en común. La poesía nos ayuda en eso.

Como te reciben

Por suerte siempre me han recibido bien. Es una forma de no estar en la celda. Es una forma de existir en común de una forma alternativa, de existir en un mundo afectivo de manera diferente. no es el mundo de los órdenes, todo pre programado e impuesto. Es un momento para liberarse, por lo menos emocional y verbalmente, y compartir eso. Siempre digo que en el taller somos una comunidad de poetas, y nos juntamos así y nos tratamos bien. Nos conocemos poco a poco y forman amistades que sin poesía no hubieran sido posibles.

Siempre me siento egoísta de alguna forma, porque gozo de estar con ellos. Es un privilegio porque puedo entrar y salir., pero ellos me han enseñado mucho. Es un colectivo de artistas trabajando en común. Entonces, yo formo parte y aprendo de ellos.

He trabajado en un libro, un poemario bilingüe, una antología de tres años de trabajo en una cárcel de niños privados de libertad en un centro de detención que son refugiados. Niños sin acompañamiento, ni documentos en Estados Unidos. Tienen entre 13 y 17 años y me invitaron a dirigir talleres con los niños y me han enseñado mucho. Un tercio de ellos son analfabetos, pero no importa.

Su trabajo en Uruguay

Gracias a la fundación Fulbright. Gracias a la Universidad Católica de Uruguay me recibieron, y con el doctor Leandro Delgado estoy trabajando para enseñar a través de la universidad también un taller que serán los miércoles por la tarde. Es algo abierto al público. Trabajaré en las cárceles el lunes y en la comunidad uruguaya el miércoles por la tarde.

La poesía no va a transformar el mundo en términos directos, pero es una herramienta de cierto modo de pensar a lo nuevo, lo diferente y no tener temor de lo otro.


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