El periodista Paul Tutiven brindó información detallada desde la ciudad ecuatoriana más afectada por el coronavirus.
Las imágenes de decenas de cadáveres esperando sepultura en las calle de Guayaquil fueron unas de las tristes postales que nos dejó el Coronavirus en los últimos días. Es que Ecuador es el segundo país con más muertes por coronavirus en Sudamérica, después de Brasil y sus autoridades se han visto desbordadas desde el punto de vista logístico y sanitario. Vamos a profundizar con el periodista de Teleamazonas, Paul Tutiven.
Guayaquil es el centro donde hay más contagiados. En la última emisión del Ministerio había 3.700 ciudadanos contagiados y 191 personas murieron por covid-19. Son ciudadanos que no llegaron a hacerse las pruebas. Las autoridades entonces lo manejan como un subregistro. En Guayaquil hay más de 1.700 ciudadanos contagiados porque es uno de los principales puertos del país. El primer caso fue de una compatriota que arribó en Guayaquil desde España.
La campaña de quedarse en casa fue una dificultad, porque en Guayaquil la mayoría de la gente trabaja del día a día saliendo a vender. Ellos lo saben: dicen que tienen miedo a contagiarse pero también a que sus hijos mueran de hambre.
Las personas están recibiendo un bono de 60 dólares por el Ministerio de Inclusión Económica. Es específicamente para ayudar a personas sin un trabajo fijo. Si bien la cantidad no es tan alta, es para tratar de que se queden en su casa.
Medidas de emergencia
En lo que se conoce, el Ministerio de Inclusión daba el bono de desarrollo humano, pero quienes lo reciban no pueden recibir el nuevo bono.
En la capital no hay muchos comerciantes informales en Quito, pero en Guayaquil hay mucha diferencia de clima. Es la ciudad más grande. Son estilos de vida muy diferentes, y para las personas es muy difícil porque viven de vender agua, papa o tortilla.
Desde el 12 de marzo estamos en restricción donde existe el toque de queda y solo los autos con matrícula terminada en uno u otro número pueden circular en un día de la semana. Hay una pena de uno a tres años por incumplir el toque de queda.
