Martín Fraschini, presidente de la Sociedad de Otorrinolaringología, explicó cómo se correlaciona este fenómeno con el coronavirus.
En estas últimas semanas se han recibido múltiples reportes internacionales de un síntoma recurrente en el contexto de la pandemia por el SARS-COV-2 (COVID-19): la pérdida brusca del olfato que se acompaña en la mayoría de los casos de alteración o disminución del gusto incluso en pacientes sin obstrucción nasal y/o rinitis. En varios casos reportados, aparece como único síntoma y se presenta con una instalación brusca, que suele asociarse a un trastorno o pérdida del gusto. Esta forma de presentación se ha observado con mayor frecuencia en pacientes jóvenes. Hablamos de esto con el otorrino Martín Fraschini, presidente de la Sociedad de Otorrinolaringología.
Trabajos multicéntricos en Europa con una muestra de más de 400 pacientes, más del 80 % tenía en el transcurso de su enfermedad la pérdida total o parcial del gusto u olfato. El 20 % de la muestra debutó con estos síntomas y dos de cada diez tuvieron solo esos síntomas.
Eso nos llamó a estudiar la pertinencia de colocarlos en los protocolos de actuación, de incluir en las consultas como síntomas de presentación. Nuestra recomendación a las autoridades fue que se las considere como sospechosos y sean testeados por covid-19.
Estuvimos viendo los protocolos con el ministro y Miguel Asqueta. Propusimos incluir estos síntomas y generar una línea de investigación longitudinal para estudiar a personas que ya los tuvieron. Así trabajamos: mirando hacia adelante y atrás.
