La versión de Borrelli en los viajes de Toma: "Decidimos archivarlo por la constancia del gerente financiero, quien avaló que no había irregularidades"

El exvicepresidente de la Jutep explicó que no profundizaron en la investigación porque no tenían suficiente información, descartó excusarse por su relación con Toma y alegó que Gil Iribarne "no sabía qué prueba pedir".

Los viajes del exsecretario de Presidencia Miguel Ángel Toma llegaron a través de una denuncia anónima a la Junta de Transparencia y Ética Pública (Jutep). De forma casi excepcional, el caso fue analizado con mucha rapidez y los integrantes del directorio Matilde Rodríguez y Daniel Borrelli la archivaron en cuestión de horas. El tema salió a la luz la semana pasada y el actual presidente Luis Lacalle Pou ordenó una investigación administrativa para esclarecer por qué motivo acudió a esas misiones oficiales una contadora de la Secretaría Antilavado (Senaclaft).

Esa denuncia anónima me llega al mail particular, no al de la Jutep. Es una denuncia muy confusa y lineal, de muy pocas palabras. Me decía que trabajó en el Ministerio del Interior conmigo, que soy un hombre honrado y no me gustan estas cosas. Decía que Toma viajó y fueron dos personas con él a pasear. Eso era lo que contenía en síntesis el mail. Trate de contestar para que se me amplíe y resulta que era uno que se usa en Suiza, por lo que no recibí respuesta. De todas maneras lo llevé al directorio de la Jutep y pedimos información a Presidencia de la República. Fue un poco palo de ciego porque no teníamos muchas herramientas. No sabíamos con quién fue ni mucho más, decía una contadora y una escribana. Nos contestan al poco tiempo desde Presidencia. Lo que me tranquilizó en la respuesta fue que venía avalado por el gerente financiero de Presidencia quien es además el contador delegado del Tribunal de Cuentas, a quien Toma rinde cuentas.

Pasaron números del pasaje, viáticos, que algunos fueron devueltos. Decidimos con Matilde Rodríguez archivar y comunícanos a Presidencia que nos dábamos por satisfechos. En ese momento, Gil Iribarne estaba de licencia reglamentaria. Cuando se reintegró después del 22 de enero me reprochó amablemente por no haberlo esperado. No podíamos tardar tantos días para responder a Presidencia. No es usual que no se demore.

El presidente estudiaba el expediente, después lo pasaba a mí y Matilde. Decidimos archivarlo por la constancia del gerente financiero, quien avalaba que no había irregularidades.

Nos explicaron que fueron una contadora y una escribana. No tenemos por qué interrogar a Presidencia sobre por qué fueron en esa misión.

No podemos estar pidiendo información a la Presidencia sobre cosas que presumimos que va hasta el presidente de la República. Se puede preguntar, pero es si dicen que van es porque lo necesitan.

Se tiene que tener en cuenta el carácter reservado de estas misiones. Con el diario del lunes se podían preguntar muchas cosas. En ese momento no teníamos tantas cosas. Ahora, si aparecieron hechos nuevos, será la nueva Jutep la que deba investigar.

Reconsideración

Cuando se reintegró Gil Iribarne, me expresó que lo hubiéramos esperado. Le dije: no hay problema, reconsideremos, te doy el voto y pedí la reconsideración. Me dijo que no, que ya estaba firmado y le restó importancia. Ahora se pone el traje de héroe. Terminó la sesión y le dije que pida la reconsideración, incluso lo hablé con Matilde. También dijo que no. Yo me pregunto: ¿le molestó que sacáramos tan rápido esto o no sabía qué prueba pedir? Me quedó la sospecha de si Gil Iribarne no sabía qué prueba pedir.

Ahora, con el diario del lunes, si tuviera esta posición en la junta, mi opinión sería distinta. Hubiésemos investigado más a fondo los viajes. Pero con la información del momento no podíamos.

No olviden lo principal: el contador delegado del Tribunal de Cuentas aprobó la gestión y es un hombre neutral en Presidencia.

Cuando no hay más pruebas para solicitar, se contesta con lo que se tiene. Soy rápido en analizar los temas porque tengo formación como fiscal de Gobierno.

Vínculo con Toma

De ninguna manera hay un vínculo cercano, sino me hubiera visto exceptuado de actuar en este asunto. Lo más que hicimos fue tomar un café en la oficina, pero no éramos amigos. Sentí que no debía excusarme, porque era muy fácil. Se permite la excusación en el derecho cuando hay un vínculo muy cercano.

Si tuviéramos los elementos de ahora, pedíamos más. No podemos hurgarle a la Presidencia para qué fueron, porque muchas veces van en forma reservada. A veces nos tenemos que enterar por la prensa.

Déjeme aclarar: no se pasó nada por alto y la misión de Toma tuvo su éxito cuando fue procesado el capitán Tróccoli.


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