Los desafíos de Rodrigo Arim como nuevo rector de la UdelaR: "Necesitamos construir una agenda de transformaciones"

"Hay que hacer una reestructura del Hospital de Clínicas, pero no puede quedar solo sobre los hombros presupuestales de la Universidad", afirmó Arim.

La Universidad de la República (UdelaR) puso fin a la hegemonía de las reelecciones. Desde el retorno de la democracia, todos los rectores habían repetido su mandato. Pero en la última votación se impuso el economista Rodrigo Arim y quebró la tendencia.

Fue vicerrector y decano de Economía, consiguió 59 votos, cifra superior a los 48 votos que había obtenido en la primera vuelta. Eso le permitió conquistar la mayoría absoluta de la Asamblea General del Claustro y destronar a Roberto Markarián, que obtuvo 44 adhesiones.

¿Qué desafíos tiene por delante? ¿Cómo pensar la UdelaR hacia el futuro? ¿Cuánto incide el presupuesto? Abordamos estos y otros temas junto al nuevo rector.

Lo que pasó es una anécdota, no hay que darle más trascendencia. Es un hecho puntual, que no es deseable desde el punto de vista de la democracia universitaria. Los universitarios siempre pensamos en el cogobierno como algo importante, como una forma de democracia, y eso merece respeto.

Estamos hablando de que fueron ciertos grupos que no tuvieron la posibilidad de plantear un candidato propio. Es parte de las reglas de la democracia el pensar que ningún candidato cumple con sus expectativas. Pero hay que respetar los resultados de la democracia universitaria.

Ahora tenemos que empezar a construir una agenda de transformaciones que la Universidad y el país necesitan. La Universidad necesita recuperar algunas agendas de períodos anteriores e iniciar otras más profundas con cambios a largo plazo.

Con todo el respeto que me merece Markarián, creo que hay un par de ingredientes que condicionaron mucho los procesos de los últimos años. Uno tiene que ver con la forma en que se llega a la elección de un rector. Hay que volver a pensar la Universidad con horizontes largos, no se pueden procesar decisiones exclusivamente en el corto plazo.

La UdelaR tiene 120.000 estudiantes, y varios miles de docentes y funcionarios no docentes. Es una Universidad donde existen diferencias y asimetrías importantes por las propias barreras que plantea la ley orgánica. Pero la UdelaR no está estancada desde lo institucional.

El tema presupuesto lo vivimos con ansiedad durante el último período. La última ley presupuestal es mala desde lo técnico: no solo asigna pocos recursos, sino que hace imposible aplicar y planificar.  A veces el país le exige cosas a la educación que tiene que exigirle, pero tiene que darle los recursos para poder hacerlo.

Queremos llegar al 2020 con una ley presupuestal que sea el reflejo del desarrollo, con metas en todos los aspectos, y que señale los recursos: un presupuesto robusto y transparente, que indique a qué renuncia el país si no se atienden esos pedidos.

Hay que hacer una reestructura del Hospital de Clínicas, pero no puede quedar solo sobre los hombros presupuestales de la Universidad.


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