Luis Parodi se alejó de la Cárcel de Punta de Rieles: "Tendríamos que generar una línea de trabajo que termine con las dicotomías"

Insistió en que hay que generar instituciones y dejar de "buscar los buenos".

Luis Parodi fue uno de los pocos jerarcas que continuaron en su cargo luego del cambio de Gobierno. Su reconocida gestión al frente de la cárcel de Punta Rieles hizo que el ministro del Interior, Jorge Larrañaga decidiera mantenerlo en el cargo de ese establecimiento considerado “modelo”. Sin embargo, a tres meses de haber sido ratificado en el cargo, el propio Parodi decidió dejar el cargo. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Cómo ha visto las primeras señales del Gobierno en materia de seguridad?

No comparto la palabra rehabilitación. La indicada es educación y qué es, o qué es respetar el derecho de la gente.

En todo divorcio siempre hay más de una causa. No quiero que alguien saque rédito de esto, porque soy funcionario público. La autoridad se ejerce, pero negociando cuando se tiene una autoridad legítima. Se negocia todos los días, pero que no se pierda el rumbo.

Estuve todo el tiempo bien atendido, se discutió conmigo.

Vínculo con Petit

Vine en 1985 al país después del exilio como manija sin bola y Petit me tiró laburo. Sigo siendo del INAU. En aquel momento era el Consejo del Niño.

Trabajé en una guardería en París y una persona me dijo que cuando esté en Uruguay vaya a ver a Petit.

Tenemos que entender que la pobreza y desigualdad es un tema serio, que cada vez que lo atropello viene con fuerza. Si no se soluciona se la llevan los más desgraciados.

Hay una continuidad en algunas cosas. Hay una idea de que la conflictividad social la puedo resolver con los operativos Mirador. Hay que plantear unos problemas, que son estructurales.

Fui tupamaro muy periférico. Dije eso para hacerme cargo de los desastres que hicimos. Uno para educar se tiene que hacer cargo.

Institucionalismo

Soy desesperadamente institucional. La gente nace y muere en instituciones. Generemos instituciones. Creo que en estos 15 años hubo un esfuerzo muy grande, en otros repetimos y en otros le ganó a la izquierda la cultura del momento. Todo es a media en este país. Se habló de cárcel chica y construyeron una grande en este país.

La idea inicial era que el liderazgo de Parodi trascienda. Hay una debilidad. El frenteamplista tiene que entrar a las cárceles. La educación tiene tres patas: una parte de valores, habilidades y una de política.

Me parece que no estamos de acuerdo con que son nuestros jóvenes. El Estado se crea para que los conflictos sociales puedan resolverse en democracia. Cada conflicto que estoy resolviendo con la pesada, estoy perdiendo democracia. A veces hay que meter la pesada, y sé que estoy perdiendo. Un padre que agarra de la oreja al gurí porque le hizo un berrinche le está diciendo que no puede con él. La agarrada de oreja es cultural, no es de mala persona. En el fondo piensa que le está haciendo un bien.

Bien y mal

Tendríamos que generar una línea de trabajo que termine con estas dicotomías de que ‘son todos malos, hay que matarlos a todos’ o hacer dos talleres. Está muy serio el tema de delincuentes en el país.

La otra obsesión en el país es la de buscar los buenos. Cada partido a cada partido. El sistema social del que nadie habla es el baby fútbol.

Estamos en un problema serio con las calles. Los problemas de desintegración social requieren seriedad, proyectos sólidos y saber que nos vamos a equivocar.


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