Recibimos en Desayunos Informales al consejero del Codicen en representación de los docentes, Robert Silva.
Fenapes emitió una declaración en la que sostiene que los firmantes del decreto de esencialidad en la educación del año pasado fueron junto a los interventores de la enseñanza protagonistas de las páginas más tristes de la historia de la educación. El gremio pidió a sus afiliados que lean el texto en la sala de profesores este miércoles.
En el comunicado sostienen que la esencialidad que decretó Vázquez en Consejo de Ministros fue un recurso extremo para mantener una insuficiente asignación presupuestal en la educación.
Sin embargo, luego dieron marcha atrás y dijeron que fue un "error" intentar leerla a alumnos en clase. El secretario general, José Olivera, dijo que la responsabilidad era suya porque que había entregado un manuscrito y que debido a que su letra no se entendía esta confundió la palabra "aulas" con "salas", que era lo que en verdad supuestamente estaba en el documento.
"Nos tomó con sorpresa la noticia. Nos interiorizamos un poco e hicimos un análisis de la normativa para concluir que ese tipo de acciones están vedadas en el sistema educativo. Hay una vulneración clara de las normas y lo que agravaba más el asunto es que se ponía de rehenes a los alumnos en las propias aulas, haciéndolos partícipes de circunstancias a las cuales no tienen porqué verse sometidos", dijo en Desayunos Informales Robert Silva, consejero de Codicen.
