María Urruzola explora los sindicatos uruguayos en su nuevo libro: "Los derechos humanos y la igualdad de género cuestionan más el sistema capitalista que el sindicalismo"

La periodista analizó la percepción sobre esta figura y el rol que ocupa en la sociedad moderna.

Hablamos sobre los sindicatos de nuestro país: ¿cómo funcionan? ¿Si cumplen o no con sus cometidos? ¿Por qué funcionan tantos en nuestro país? Estas preguntas y muchas otras son las que se preguntó la escritora María Urruzola al escribir su último libro llamado: "La cara oculta de los sindicatos en Uruguay".

Me resultó complicado hacer un mapa porque nadie sabe cuántos gremios de base hay. En la mesa representativa hay 46. El PIT-CNT es una gran convención de sindicatos.

Hay un gran estatuto que no obliga a los sindicatos a dar algunos resultados. Juan Castillo explicó que el PIT-CNT es una organización de origen anarquista.

Los sindicatos juegan un rol muy importante en las negociaciones salariales y hablan en nombre de las sociedades. No sabría decir  qué porcentaje representan de la sociedad.

Hay como tres estilos de afiliación: el que lo hace porque en algún momento le puede servir, el que lo hace porque la barra lo hace y el ideológico. Este último es progresivamente menos. 90 % de las empresas uruguayas son pymes.

La representatividad, democracia interna y pluralidad están en los sindicatos desde antes de que se fundara al CNT. Se estructuró de forma tal que represente a todas las minorías.

Las mayorías tienen derecho que es de su condición, pero ¿cómo se relacionan las minorías? No hay ninguna otra figura que represente a la clase asalariada. Es la única que lo hace y tiene menos aprobación que los bancos.

El mundo sindical es un archipiélago de una diversidad. Cuando se empiezan a repetir prácticas que tienen que ver con el mal uso del dinero, ahí se preguntan si hay un ambiente que tolera eso.

Hay un viejo dilema: confrontación o diálogo. O confrontan con el Estado o dialogan con el capital.

Me parece que las nuevas épocas exigen nuevos debates. El anticapitalismo está mucho más representado por las feministas y ambientalistas que los sindicalistas.

Las dos manifestaciones de masas en Uruguay han sido el 8 de marzo y la Marcha del Silencio. Los derechos humanos y la igualdad de género cuestionan más el sistema capitalista que el sindicalismo, y sin embargo van y se sientan a negociar.


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