Pablo Bartol: "Los policías del PADO están en las esquinas mirando el celular y no hablan con los vecinos"

"El acento que pone la campaña Vivir sin miedo implica que en lo social no hay nada para avanzar con la gente que delinquió, y que hay que reprimir. Hay que reprimir, pero la misma importancia la tienen las políticas de inclusión social", apuntó el asesor de Lacalle Pou.

La seguridad y la educación están entre los temas centrales de la campaña electoral. Desde la oposición no faltan las críticas a las políticas sociales del Frente Amplio y a las consecuencias de la ausencia del Estado en lugares claves.

Abordamos el tema junto a Pablo Bartol, asesor en políticas sociales de Luis Lacalle Pou.

En algunas ciudades me he encontrado con un grado de solidaridad que me ha asombrado. Vengo bien en la actividad política, me siento cómodo. He encontrado mucho afecto.

Hay que agarrar a tiempo el eslabón más vulnerable, al que no ha llegado el Frente Amplio. He encontrado el reclamo de que las políticas nacionales llegan a Montevideo y Canelones, pero no al resto del interior. Por eso, he visto que las Intendencias tienen muchas responsabilidades y buenos trabajos.

En Casavalle tienen mil problemas, pero, a la larga, el Estado está. Sin embargo, hay lugares del interior en los que el Estado no está. En los asentamientos se ve un abandono muy grande, gente a la que no se la ha ayudado a progresar.

El Mides ha dispersado la inversión social en 64 programas: a cada uno el tira un poquito y ninguno acaba por tener efecto. Hay un desánimo respecto a la inversión social.

Uno de los temas centrales es el canal que usás para invertir. Queremos usar las mesas que ya existen de trabajo territorial, con referentes locales. Esos son vehículos más adecuados que mandar un técnico descontextualizado que llega y se va con el cuento que le hacen. Esa manera de asignar es injusta. Porque, a veces, el que más necesita no tiene la capacidad de hacer el cuento. A veces los fondos no van a quienes más los necesitan.

La ayuda del Estado se debe concentrar a través de las mesas de trabajo territoriales. Son más eficientes que los programas que están llenos de jerarcas y burocracia.

La situación de las cárceles

A la sociedad le cuesta asumir que hay que tratar el tema de las cárceles. De ahí vuelve lo peor a la sociedad, lo más violento, gente que sale con la idea de que se va a cobrar de alguna manera lo horrible que pasó ahí.

Los policías del PADO están en las esquinas usando el celular y no hablan con los vecinos. Y en los módulos a veces hay dos policías para todos los reclusos. Esa estrategia no está dando resultados. Los policías o los operadores carcelarios, alguien tiene que hacer algo.

Los presos quieren trabajar. Habiendo dos policías cada 400 reclusos, es imposible que los saquen a trabajar. Los presos salen cada vez que se les da una oportunidad, quieren combatir el encierro permanente.

Hay que volcar más recursos para que puedan trabajar. El pasaje por el Comcar tiene que ser rehabilitador.

El acento que pone la campaña Vivir sin miedo implica que en lo social no hay nada para avanzar con la gente que delinquió, y que hay que reprimir. Hay que reprimir, pero la misma importancia la tienen las políticas de inclusión social. No tenemos más remedio que ir por la vía de la integración. Mientras cumplen la sanción, hay que rehabilitarlos. No vamos a ganar nada dando palo, palo y palo.

Luis me convenció cuando me preguntó si quería ayudar a miles o a millones.


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