Presencialidad en la educación: "Los niños están siempre al final de la cadena de transmisión y eso está a favor de la presencialidad plena"

La pediatra y epidemióloga del GACH, Mónica Pujadas, explicó cómo trabajó el comité para concluir en la decisión de aumentar la presencialidad en la educación, tal como se anunció en la jornada de ayer en conferencia de prensa.

El Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) presentó un informe con sus conclusiones sobre el incremento de la presencialidad en las escuelas en medio de la pandemia de Covid-19.  El trabajo tuvo como objetivo “optimizar la comunicación con el personal educativo y con las familias, sobre el tema escuelas y COVID19". Además destacan que “los niños se contagian y enferman en menos proporción que los adultos” y que la suspensión de las clases presenciales tiene efectos adversos colaterales”.

Anuncio de aumento de la presencialidad en la educación

Venimos trabajando en este tema desde hace meses. En esta última actualización volvemos a puntualizar el riesgo-beneficio de la presencialidad plena y actualizamos la situación epidemiológica. Los niños están siempre al final de la cadena de transmisión y eso está a favor para que se pueda seguir trabajando en la presencialidad plena. La operativa compete al sector de la educación, pero estas recomendaciones basadas en las experiencias las venimos trabajando hace tiempo.

Hay que analizar el riesgo de aumentar la transmisión por el virus y, por otro lado, el riesgo de permanecer sin la presencialidad. Hay bastantes comunicaciones obre lo que hace la interrupción del ciclo escolar y su impacto para no poder seguir trabajando con el niño en su ámbito natural. Si vio claramente que la medida de cierre de clases presenciales no sirvió para disminuir los casos. En Uruguay se vio cómo en la medida en la que se establecieron las reaperturas no hubo un impacto en la curva epidémica. Los niños que se contagian por lo general lo hacen a través de un adulto y no desde el ámbito educativo.

El riesgo nunca es cero. Niños que se infectan obviamente hay. No ha habido niños con complicaciones internados en Uruguay. La salud tiene que ser considerada como un todo y de manera integral.

Nos hemos referido a los comunicados de otros países y también a todo lo que es la experiencia de comunicaciones de actores locales que muestran cómo los niños han sufrido el impacto de la pandemia en trastornos de la conducta, violencia intrafamiliar, cómo se vio afectado el sueño de los niños, la ansiedad, el temor a enfermarse. Por eso es importante conocer la situación real de riesgo.

Caso de Israel

Nunca afirmamos que los niños contagian en forma nula. En Israel pasó que cuando abrieron las escuelas, tuvieron un brote y tuvieron que retroceder en sus medidas. Tenían mucha más densidad de población y hacinamiento, se demostró que estaban pasando por el verano y no se estaban cumpliendo el uso de medidas y les costó identificar inicialmente los casos y establecer el rastreo para romper las cadenas de transmisión. Esto no contrarresta todas las evidencias y las comunicaciones que han hecho otras comunidades en Europa, Asia o Estados Unidos. La recomendación es que si logramos mantener medidas de prevención de la diseminación de las enfermedades y los tiempos de exposición está bien establecido el riesgo. Todas las comunicaciones recibidas han demostrado que no tuvieron un aumento significativo de brotes escolares.

Consultas a pediatras

Hay un aumento significativo de las consultas de los psiquiatras de por trastornos de ansiedad y alimentarios, sobre todos problemas de obesidad. Se vio un problema serio en los meses en los que se interrumpió la actividad deportiva. El hecho que usáramos tapabocas hizo que casi no hubiera infecciones respiratorias de otros virus.

Cómo se llegó a tomar la decisión de aumentar la presencialidad

Creo que hay que contextuar esto. Somos científicos y nos vemos obligados a trabajar con información sustentable. Se trata de manejar riesgos. El conjunto de medidas es lo que hay que tener en cuenta. Hay que balancear. Hay aún un margen de temor a que los niños se contagien y hay que trabajar en mostrar la información para que el temor baje. En ese contexto la distancia es una medida más, pero no es la única.

Hay que seguir trabajando en la gestión del riesgo y en difundir el balance de riesgo-beneficio. Sigue habiendo cierto temor que a veces es fundado y a veces no. Se trata de seguir conociendo todas las medidas que hay que tomar y sabiendo que no se va a tratar de una sola medida. Es un desafío para la educación en su conjunto todas las medidas.

Es parte de la educación que hay transferirle a nuestros niños sobre la importancia del uso del tapabocas. Todos podemos acompañar ese proceso. Cuando ellos entienden por qué es importante, lo usan.

Hay que considerar que el riesgo de transmisión ahí es más extenso en los jóvenes. Hay que ser conscientes del daño que también causa en los jóvenes no estar concurriendo de forma plena. El riesgo es diferente. Nuestros jóvenes son un grupo que muchas veces son asintomáticos, pero también pueden transmitir.

Análisis de la vacuna

Todavía falta para que podamos decir que hay una vacuna que ya podemos aplicarla. No es que vaya a solucionar todo la vacuna, seguimos manejando un marco de incertidumbre ahí y sabemos que hay que seguir manteniendo las medidas. Se está trabajando con cuáles serían los grupos objetivos de la vacuna. Es un proceso que falta para decir que hay vacuna.


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