El sociólogo Pablo Hein, integrante del Grupo de Comprensión y Prevención de la Conducta Suicida, sostuvo que la situación es grave y que se debería pensar en aplicar un "currículum emocional" en liceos para enfrentar el problema.
El índice de suicidios volvió a romper un récord el año pasado: en 2019 se autoeliminaron 723 personas. Los hombres son los más afectados y las cifras son aún mayores que las registradas en 2002, el año de la peor crisis económica y social que vivió nuestro país. Pero el incremento en la tasa no es nuevo, ya que desde hace cinco años viene subiendo. Quienes trabajan en el tema piden mayor atención de las autoridades a este problema, aunque los reclamos parecen no ser escuchados. ¿Por qué Uruguay sigue ostentando este triste récord en el continente y cuál es la situación en este momento, en el que una pandemia complica aún más el panorama?
Todo nos indicaba que estas cifras iban a aumentar. Estamos haciendo algunas cosas mal todos. El tema es complejo de por sí. Causa dolor no solo a la familia afectada sino también a los seres queridos. Está encapsulado el tema. No se habla de ello por el estigma que genera y porque es más cómodo no hablarlo.
Es un problema con varias miradas. Lo importante es que Uruguay tiene herramientas ara abordar esas miradas.
En Uruguay tenemos la evidencia empírica de que no estamos hablando de esto. Tampoco es hablar de que hay 8 ºC de temperatura y se mataron dos. Lo que hace la prensa internacional es un documental donde el profesor de secundaria, la enfermera o cualquier ciudadano lo puedan ver. El País de Madrid tiene documentales muy buenos.
La mea culpa es de todos. La academia tiene mucha culpa en esto, que investiga y se queda adentro. Este tema es de todos, no es suficiente verlo desde lo médico. El partido se está jugando en el área. El psiquiatra y psicólogo no pueden solos con este tema y no va por aumentarles el salario. Para sacarla del área estamos todos.
Currículum emocional
Se maneja mucho en el país Vasco, de transmitir valores integradores y solidarios. Uruguay tiene también esa oportunidad. Tenemos una muy buena Ley de Salud Mental. Todos nosotros podemos salir del área. No es que todos los profesores de secundaria tienen que correr por todos.
Hay un ejemplo muy lindo, de un estudio de Unicef en Argentina sobre el suicidio adolescente. Todos los profesores deberían leerlo. Chile también está trabajando bien la temática. Es un trabajo de años. Europa estuvo como diez años para bajar 20 % la tasa de suicidios.
El hecho individual no podemos explicarlo como lo colectivo. Una de las fallas señalada en el informe de Unicef: los casos de psiquiatría se falla porque del caso individual extrapolan a lo general. Tampoco ayuda entrar en detalles de los métodos.
El periodismo puede aportar en cómo divulgar. La literatura dice que dar los detalles no encauza. Personalmente tampoco creo que ayuda mucho.
Fallas en el sistema
Quienes están en el sistema sanitario ven tantos casos, que el caso real ya es desestimado. Mandamos al psiquiatra todo, cuando hay problemas que son la vida. En Uruguay lo que está pasando es complejo y hay que hablar del suicidio por edad y se está masculinizando.
La explicación de por qué tanto en el hombre puede ir desde lo biológico hasta lo sociológico. Nos enfrentamos a pruebas y tenemos soportes para eso. Esas pruebas son más exigentes en la masculinidad: ser hombre, exitoso y fuerte. El hombre no simplemente es más violento.
Creo que los hombres somos más severos entre los hombres. Está mal visto comunicar emociones. Se esperan ciertas masculinidades. Tener un grupo de amigos es pertenencia pero es protección también. Te da reconocimiento. La exclusión de un compañero de trabajo también afecta.
Efecto de la pandemia
En épocas de pandemia está el efecto guerra, que es que los suicidios descienden en tasas importantes. Es porque hay una preocupación de salir de esa situación en la sociedad. Va a haber un descenso el año que viene.
El tema es ahora, porque podrá haber efecto rebote.
