Red Uruguaya contra la Violencia Doméstica y Sexual acordó con Sturla promover instancias de debate sobre la ideología de género

"La reunión fue para ver cómo tener cosas en común y manejar nuestras diferencias sin agresiones".

A fines de enero, el cardenal Daniel Sturla provocó una fuerte polémica al pedirle a los católicos uruguayos estuviesen “vigilantes” ante la “ideología de género que se quiere imponer".

Un mes después, Sturla se reunión integrantes de la Red Uruguaya contra la Violencia Doméstica y Sexual para limar asperezas y abrir un canal de diálogo. ¿Qué resultados tuvo la reunión? Abordamos el tema junto a Teresa Herrera, vocera de la organización.

A raíz de sus declaraciones, muchos periodistas empezaron a llamarme para ver cuál era nuestra opinión, que fue crítica. A los pocos días llamó una responsable de comunicación de la Iglesia para pedir una reunión, pero le dije que una cosa mano a mano no me parecía que tuviera mucho sentido. Así que acordamos una reunión institucional.

Fue una compañera judía, una compañera católica, una compañera de la Iglesia Valdense y yo, que soy agnóstica.

Sturla planteó que algunas cosas no eran tan así como habían salido a la prensa. Él dijo que él no había dicho que nosotras fuéramos las responsables de la destrucción de las familias.

Una de las cosas que nos molestó de su participación en el Día de la familia, es que no dijo absolutamente nada sobre los femicidios e infanticidios en nuestro país. Él reconoció que había estado omiso en ese tema, y que la Iglesia no critica este tema con la fuerza que debería hacerlo. No podés hablar de las familias en Uruguay y olvidarse de que nos están matando.

El movimiento feminista es multitudinario y el más pacífico que yo conozco. Las feministas hemos hecho grandes cambios sociales sin derramar sangre, jamás hemos tenido actitudes agresivas. Pero, como en todo movimiento, hay alas radicales, que nosotros no compartimos. No estamos para la intolerancia, sino para construir y tratar de ganar derechos y equidad para las mujeres.

También se habló del aborto, donde tenemos posturas diferentes.

La reunión fue para ver de qué forma podíamos tener algunas cosas en común y cómo podíamos manejar nuestras diferencias sin agresiones.

Hablamos de la ideología de género y quedamos en que no íbamos a resolver un tema tan profundo y complejo en un rato. Quedamos en que después de la Semana Santa nos íbamos a volver a contactar y a organizar una jornada completa de trabajo académico donde ellos defenderán su postura y nosotros la nuestra. Supongo que haremos una especie de seminario, con ponencias y discusiones.

Papá, mamá y los nenitos son solo una cuarta parte de lo que son las familias hoy en día. Estamos en un proceso de cambio y transición.

En el interior matan a una mujer y sale la gente a justificar por qué se hizo: ahí es donde la cosa está complicada, porque ni siquiera está discurso políticamente correcto.

Para el 8 de marzo le pedimos a la gente que vaya con algo violeta. Y vamos a tener varias reivindicaciones. Nosotros invitamos a que todos participen, porque este es un problema de todos, no solo de las mujeres.


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