El experto en seguridad pública habló de qué medidas de contingencia habría que tomar ante un posible desplazamiento del delito de Brasil.
Jair Bolsonaro fue electo presidente de Brasil y maneja un duro discurso contra la delincuencia y el crimen organizado. Según analistas, éstas podrían tener repercusiones inesperadas en Uruguay. Recibimos al especialista en seguridad pública y asesor del Partido de la Gente, Robert Parrado.
A medida que se ajusten las cosas en Brasil, el delincuente buscará un manto de seguridad para seguir ejerciendo su actividad. Buscará un espacio frágil y nosotros somos un blanco fácil porque tenemos fronteras abiertas. No lo pensemos en el narcotráfico solo, sino en el delincuente común. Los ciudadanos tenemos que preocuparnos, el gobierno de turno tienen que ocuparse.
Hay que pensar un plan de contingencia, que parece que no existe. En Uruguay hubo un corrimiento e incremento de delito. Puede ser a nivel del profesionalismo de los sicarios o cambios en la lógica de sus rutas.
Esto va a impactar en Argentina y Venezuela también… No hay que olvidar que Brasil es gigante y con un nivel muy grande de delincuencia.
Lo que noté con intendentes que hablaron, me llamó la atención que las autoridades locales no se dan cuenta del impacto en seguridad. ¡Caram no tiene idea de seguridad pública! En este tema no tiene formación.
Esperemos que consulten asesores, a sus partidos y al Ministerio del Interior. Parecería que no va a pasar nada.
Grupos de crimen organizado brasileños están en la mesa de análisis. No solo narcotráfico, sino la trata o la explosión de cajeros. Para trabajar en serio el tema de seguridad propusimos crear un organismo de patrulla aparte en la frontera para atacar este fenómeno de forma global. 500 policías en Rocha, no existe. Invertiría en tecnología de seguridad, como radares para controlar pasajes de un lado a otro.
