Susana Cabrera: "Ningún país en el mundo bajó el número de casos en olas sin tomar medidas"

La infectóloga analizó la particular situación del país en relación con la pandemia.

Uruguay enfrenta uno de los peores momentos de la pandemia. El domingo se batieron tres récords: hubo 1.587 nuevos casos en 10.129 test (la positividad fue de 15,67%), los fallecidos fueron 14 y los internados en CTI llegaron a 124. Desde distintos lugares se escuchan voces pidiendo medidas más restrictivas, mientras el gobierno analiza hoy cómo mitigar el coronavirus al mismo tiempo que se lleva a cabo la vacunación.

Situación de la pandemia hoy

Tenemos un récord de casos diarios y un récord de personas cursando la enfermedad. Cada vez es más cercano la luz al final, pero tenemos que transitar este peor momento y exige medidas más allá de la vacunación. La tasa de positividad es preocupante porque también se tiene en cuenta la política de testeo. Uruguay tiene una política abierta, esto quiere decir que se testean personas sintomática y sin síntomas, por eso superar ese diez por ciento resulta muy importante. Hay indicadores que se van a  empezar a ver con ciertos retrasos. Es importante bajar esos números.

Tenemos buenas expectativas y estamos todos preocupados. Tengo expectativas de que se van a tomar algunas medidas que puedan ayudar a reducir la movilidad. También entiendo la responsabilidad. Ningún país en el mundo bajó el número de casos en olas sin tomar medidas. Tenemos que considerar que países muy desarrollados con un buen nivel tienen que tomar medidas. Las medidas importan, pero el mensaje es muy importante. Se han tomado medidas. El comunicar también es importante. Las conferencias de prensa jerarquizan la situación y creo que la situación es para jerarquizar.

Avance de la vacunación 

Chile tiene un 35 % de la población vacunada con la primera dosis y ahora está viviendo una nueva ola. En Israel empezaron a disminuir los casos en el 20 % de la población vacunada, pero ellos estaban en cuarentena obligatoria. Con el tiempo se pudo empezar a medir el impacto de la vacunación. Hay una publicación que compara los números de vacunados y no vacunados en Israel y la reducción de la infección es de un 90 % y ni que hablar de casos graves o casos hospitalizados. En el mundo está sucediendo un descenso de casos en países vacunados. La mortalidad está muy relacionada también a las capacidades del sistema. Si hay un sistema saturado, se va deteriorando. El CTI de Uruguay todavía tiene un colchón, pero está llegando al límite y no todos los departamentos están en la misma situación. La vacunación tiene que seguir, pero a la vez sucede lo que ocurrió en otros países.

Chile en tres meses con u comienzo lento logró vacunar a seis millones y medio de personas. Nosotros lo vamos a vacunar también. Abarcar a las personas de más riesgo es fundamental. Para el objetivo final que es reducir la transmisión, la vacuna lo va a lograr. La vacuna está y cumple ese objetivo. Pero, mientras que se dispersan los casos, son personas que se van enfermando y eso hay que cortarlo. La vacuna va a tener su impacto en tres meses y en este momento hay que utilizar otras medidas.

La vacunación a los niños es una decisión compleja. Esta vacuna tiene beneficios sobre los adultos. Establecer la obligatoriedad en niños en donde la enfermedad no es tan grave, es difícil. Para adolescentes se podría pensar en un consentimiento o la autonomía progresiva, pero tengo confianza de que los adultos van a vacunarse. Uruguay comienza con una población objetiva de acuerdo con las vacunas que llegaron, no la población prioritaria. Son personas que son jóvenes y justo son las personas que más personas tienen reticencia para la vacunación. En la medida que se abra la agenda para personas mayores, esa adherencia va a ser mayor. Todas las vacunas en todos los rangos etarios tienen una alta efectividad en prevenir la enfermedad grave.


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