Talvi no está a favor de la intervención militar en Venezuela, pero entiende que Maduro "nunca va a largar el poder por las buenas"

"El Gobierno uruguayo y el Frente Amplio no han sido capaces de condenar la violación sistemática de derechos humanos en Venezuela", afirma el precandidato colorado.

El precandidato del colorado Ernesto Talvi es muy crítico sobre la posición que adoptaron el Gobierno de Uruguay y el Frente Amplio sobre la crisis institucional que atraviesa Venezuela.

El líder del movimiento “Ciudadanos” considera que el oficialismo “le hace el juego a Nicolás Maduro” y se pregunta qué posición tomará el Gobierno respecto al futuro político del país caribeño.

Esto no nace en forma aislada. El Gobierno uruguayo y el Frente Amplio no han sido capaces de condenar la violación sistemática de derechos humanos en Venezuela, donde gobierna una dictadura criminal con todas las características.

El Frente Amplio reconoce como presidente legítimo a Maduro y llama a la negociación, a dialogar. Eso suena bien, pero una negociación implica que hay dos partes negociando de buena fe. De un lado tenemos una dictadura criminal que controla de forma absoluta los medios de represión del Estado y los usa contra la población, y que nunca ha negociado de buena fe. Siempre ha intentado comprar tiempo.

Las elecciones fueron fraudulentas y no participó la oposición. Más del 40 % de la gente no participó en esa elección. Si hubiera un deseo sincero de convocar el diálogo se le debería pedir a Maduro un gesto de buena fe y de buena voluntad, como liberar a los presos políticos y cesar la represión y muertes en las calles. Sino, es comprar tiempo y hacerle el juego a Maduro.

Si no hay diálogo, la alternativa es la presión internacional. Hay un presidente ilegítimo y otro legítimo. Los países deben elegir a cuál de los dos reconocen. Las democracias occidentales han optado por reconocer a Guaidó. Plantear un diálogo en estas condiciones no es un planteo sincero, es para salir del paso y de la vergüenza de que jamás el Gobierno ni el Frente Amplio hayan condenado a la dictadura criminal de Maduro.

Uruguay está del lado bien equivocado de la ecuación, nos alineamos con el reconocimiento de una dictadura con países a los que no debería estar asociados en términos políticos. Hay que promover la presión internacional para deslegitimar a Maduro. ¿Por qué condenamos a Nicaragua y no a Venezuela? ¿Por qué esa incoherencia? Llama enormemente la atención. Estamos haciendo un silencio cómplice. Eso no representa los valores democráticos y republicanos de la sociedad uruguaya y de nuestra Constitución.

Nosotros descartamos la intervención militar. Tenemos que aumentar la presión, deslegitimar al régimen y genera las condiciones para que la dictadura criminal se termine. Maduro nunca va a largar el poder por las buenas. No va a haber un cambio si no condenamos al régimen, si nos llamamos a un silencio cómplice y fomentamos un diálogo que es una farsa que solo le da tiempo al dictador.

Siempre de este tipo de dictaduras se ha salido buscando procesos de amnistía que viabilicen una salida. Hay muchas formas de poder hacerlo, pero la presión internacional de las democracias tiene que estar. Hay que darle impulso, coraje y valentía a la oposición en Venezuela.

Muchos de los que gobiernan en Venezuela van a terminar en la Corte de la Haya, no me cabe la menor duda.

Las recorridas pueblo a pueblo: las elecciones 2019

La gente pide autenticidad, que les llamemos a las cosas por su nombre y que no les vendamos más versos ni espejitos.

Hay cuatro temas fundamentales. La falta de empleo, la inseguridad, el fracaso de la educación y la fractura social. Tenemos propuestas concretas, factibles y financiables.

Necesitamos un Gobierno transformador. No podemos evolucionar hacia ningún lugar porque en la dirección que vamos estamos en el horno. Nos va a llevar una generación volver a recuperar el país que todos tenemos en el imaginario. Estamos trabajando para nuestros hijos, ya no para nosotros. Esto no va a ser fácil.

Vamos a hacer un programa de ahorro muy significativo en el Estado. El país no se puede dar el lujo de financiar el nivel de gasto público al que nos comprometimos en el período pasado. Tenemos que gastar bien, mejor, pero no necesariamente gastar más.

La seguridad es la calidad de vida en el corto plazo, la educación es en el mediano plazo. Lo único que funciona para disuadir el delito es la certeza de que te van a pescar.

Hay que hacerle algunos ajustes al nuevo Código del Proceso Penal, pero donde más hemos fallado es en su implementación. En sus bases, es un código que va en la dirección correcta. Hay que dar la certeza de que en Uruguay delinquir no es gratis. Los policías tienen que tener nivel terciario.


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