La Cámara de Industrias y la Cámara de Comercio presentarán un proyecto de ley para contratar empleados con salarios equivalentes a un 70% del laudo vigente. Esta posibilidad fue rechazada por el PIT-CNT por una posible precarización del trabajo. Por otro lado, La Cámara de Industria también realizará un estudio de impacto para saber el alcance de un TLC con China.
Surgimiento de la propuesta
Es un detalle del proyecto que surge del momento en el que se llama a los jornales solidarios. Hacía meses que veníamos trabajando. Entendíamos que había empresas que tenían dificultades y dejamos gente fuera del sistema de trabajo. Ese fue el eje central del esquema. Veníamos trabajando en esa idea, que había una gran concentración de empresas por un lado y empresas medianas que no podían acceder a ese salario. Llegamos a un acuerdo con la Cámara de Comercio. Nos preguntamos si el sector privado no podía ofrecer algún tipo de mecanismo. Nos corresponden mayores las cosas con un grado de responsabilidades mayúsculas.
Los empresarios dijimos que estaríamos frente a una oportunidad. ¿No será una cuerda que estamos tirando? Lo que planteamos es temporal y con todas las garantías. Planteamos que sea por un año y quizá pueda prorrogarse a dos. Este sistema que decíamos de fijar salario por encima de la propiedad de las empresas ha expulsado a trabajadores. Son salarios acordados. Hacemos mea culpa de que a quién representamos y quiénes nos sentamos en la mesa. Los trabajadores son los representantes sindicales que están fuertemente representados en empresas grandes, lo mismo pasa con los empresarios.
El 2020 hubo cuatro descuelgues. La empresa tiene que ir al ministerio, mostrarle sus números a sus competidores, sindicatos, trabajadores y empresas representadas en esa mesa. No le echemos solo la culpa a los salarios. Las condiciones de competitividad de Uruguay no ayudan y hacen difícil a la competencia en Uruguay. En materia salarial lo que entendemos que se debe hacer es que los consejos de salarios no deben interpretar que somos todos iguales.
Pusimos un 70 % y podría no ser ese. Al analizar eso, se debe ver que no se debe perforar el salario mínimo nacional. En Uruguay hay 300 mil trabajadores informales. Hay que hacer una mirada global y empática del país. Tenemos que ver las condiciones laborales y de competitividad de las empresas. Estamos discutiendo cosas que no tienen sentido.
No podemos tratar de forma igualitaria a quienes son diferentes. Las empresas grandes tienen su llegada y lobby. Las empresas más pequeñas y medianas no tienen quién los escuche. La diferenciación entre Montevideo y el interior no existe. Esto es lo que hace el mundo. En este mismo proyecto planteamos una serie de planteos tributarios que tiene como objetivo aflojar la cuerda a las empresas. Empiezan a trabajar y la economía se empieza a alimentar y ellos pasan al nivel de los compañeros. Si logramos reincorporar con trabajos genuinos estamos dando pasos positivos. Respetamos los convenios vigentes, que se siga con el convenio actual y de futuro, mirar adentro de las ramas, diferenciando trabajos distintos.
Diálogo con los sindicatos
Hay que tener un mecanismo protocolizado con normas. Lo del 70 % quien necesite y vea oportunidades de recuperar personas y de volver a la formalidad podrían volver a la formalidad. Uruguay retrocedió en formalidad. Necesitamos tener gente en planillas con sus aportes. Influye también en la reforma de la seguridad social.
La clasificación de salarios a veces hace ruido en la contratación. Creo que las empresas grandes no van a recurrir a esto. Creemos que este tema de la contratación de emergencia es un aspecto. Lo que más nos importa es el futuro y dar justicia a la diferenciación en las ramas.
Las pymes son las empresas que le cuesta más la contratación. La automatización llegó para quedarse, pero quienes lo hacen más son las empresas más grandes. La pandemia aceleró el cambio y en el ínterin tenemos personas que tenemos que tienen que seguir en el trabajo.
La palabra flexibilización no me gusta porque puede tener un sinónimo de precarización. Este tipo de normativa tan rígida no se usa. Entendemos que tenemos que tratar de hacer cosas ganar—ganar. Si competimos con china, niños empieza a temblar el piso. Tenemos que mirar un poco el mundo más amplio y tenemos que defender a nuestra gente. No debemos dejar la mirada al costado cuando encontramos 220 mil personas que se anotan en los jornales solidarios.
Posición sobre acuerdo TLC con China
La pérdida de competitividad ya existe. El tema es buscarle la vuelta para que la mayoría de los sectores queden beneficiados. Necesitamos encontrar tiempo y excepciones. Acá no puede quedar nadie fuera de la foto, de hoy ni de mañana. Tenemos que pensar en los productos que hoy exportamos y los que agregamos más valor. Con la mirada puesta en eso, habría muchos sectores industriales que podrían beneficiarse.
Vemos como el gobierno anterior y reste quieren este. China mira para acá por algo y creo que está haciendo esta lectura que le da certeza. Es una gran potencia que quiere poner un pie a permanencia. Uruguay tiene chance de pedir alguna cosa más que de beneficios y que proyecte a Uruguay a un salto hacia el futuro.
Medidas de reactivación para el interior del país
He escuchado industriales y productores de alimentos que han exportado alimentos al Uruguay productos de pandemia en la medida que las fronteras estaban cerradas. Han ganado porque vieron un público que no existía. Al abrir las fronteras, desde el lado industrial baja el aprovisionamiento a ese lado del país. El tema luego es a dónde termina de correrse las fronteras. Hay que arreglar las cuentas nacionales y tenemos que tener mayor competitividad y bajar precios.
