"La gente hoy vive normalmente, es como que la cosa sigue, se va a reconstruir y la vida sigue", apuntaron.
El uruguayo Andrew Cooper se encontraba junto a su familia en París cuando ocurrió el incendio de la catedral de Notre Dame: tan solo unos minutos antes de que comenzara el fuego, la familia uruguaya había estado en el interior del lugar.
Llegamos ayer de tarde a París y luego caminamos hacia la zona de Notre Dame. Había una cola como de sesenta metros, pero dijimos de entrar porque iba rápido. A eso de las seis y poco de la tarde entramos, estuvimos unos 20 minutos adentro. Salimos, sacamos más fotos, cruzamos el Sena y estuvimos unos minutos adentro de una librería. Cuando salimos, se veía un poco de humo saliendo desde la parte de los andamios.
Me acerqué a un policía, le dije lo del humo y enseguida se empezó a escuchar por su radio que algo estaba pasando. En pocos minutos, el poco humo pasó a ser importante, y al rato ya era una cosa casi imposible de controlar. Había muchos policías y sirenas, pero los bomberos llegaron pasada recién la media hora. Era hora pico y había muchos autos.
Es tan alto Notre Dame que el agua no llegaba prácticamente a las paredes. No había forma de apagarlo.
Había mucha seguridad, gente llorando, gente rezando. Era una sensación horrible. Era como que no se podía hacer nada.
La gente hoy vive normalmente, es como que la cosa sigue, se va a reconstruir y la vida sigue.
