Tiene 19 años, mide 1,53 y la Policía precisó más de 10 efectivos para detenerla: "Yo no era una amenaza"

Sofía Palacios, empleada de una panadería de Pocitos, fue detenida por "desacato" tras un muy cuestionado actuar policial.

Tiene 19 años, mide 1,53 metros y la Policía precisó varios coches y más de 10 efectivos para detenerla. Se trata de Sofía Palacios, la empleada de la panadería Saratoga de Pocitos, quien se convirtió en la protagonista del video viral de esta semana en el que se cómo es detenida por “desacato”, en un operativo policial que fue duramente cuestionado.

Me tranquilicé, pero la gente está constantemente preguntando: todos quieren saber qué pasó. Los vecinos entran a la panadería y preguntar por mí, me apoyan.

Todo inició en la vereda de enfrente. El policía estaba con el móvil en el medio de la calle e iba muy lento. Le grité que me dejara pasar, que quería trabajar, que dejara de mirar mujeres, porque había una chica en la esquina parada con el celular. Y yo me metí a la panadería, pero él me gritó y me dijo que no me metiera y que me fuera a vender bizcochos.

En el momento le dije solo eso. Crucé y me puse a trabajar. A los pocos minutos él volvió, preguntó por el dueño. Me señala y me empieza a gritar que yo era una atrevida, que saliera, que le diera los datos porque me iba a llevar presa. Al final salí, creyendo que iba a ser mejor y que iba a dejar de hacer escándalo.

Todavía tengo los moretones en el brazo, me duele esa zona y la espalda. Él me quería llevar y yo le dije que no, me resistía. Tengo claro cómo pueden actuar por otra situación que pasó, pero también soy hija de un policía: estuve en la escuela de comunicaciones del Ejército. Yo no era una amenaza para él.

El policía me decía que cuando viniera la policía femenina iba a ver lo que me iba a pasar. Me llevaron a la décima esposada. Supuestamente el delito era desacato. Me revisaron y, como vieron que no tenía nada para lastimar a nadie, me sacaron las esposas y me llevaron a un médico. Pero el médico no me dio nada, ni una constancia, ni un informe. Después yo fui al médico porque me dolía todo el cuerpo, no sabía si solo eran moretones o algo muscular.

Para saber si yo estoy bien, nadie se comunicó. En la Comisaría de la Mujer me dijeron que la denuncia era solo para cuestiones domésticas.

Hace cinco meses trabajo en la panadería. Mis patrones me apoyaron, hicieron la denuncia en el momento. Mis compañeros también me apoyaron, y los vecinos, todo el barrio.

Creo que lo del comunicado fue como para decir que estaban enterados y que algo iban a hacer. No es la primera vez que este policía hace algo así. Me enojé y le terminé gritando.

Yo no quería entrar al móvil, y ahí sí creo que me desacaté. Cuando vi que me iba a esposar y no me quedaba otra, le dije a otro que me esposara él porque no quería que lo hiciera el otro.


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