Dos variantes de un plato al que nadie le puede escapar.
PIZZA CON MASA DE QUINOA
Para la masa:
1 T de quínoa
2 T de caldo
1 cda de aceite de oliva
Sal y pimienta a gusto
1 huevo
3 cdas de almidón de maíz
2 cdas de harina de lino
Para armar:
Salsa de tomate
Muzarella rallada
Hojas de albahaca
Rodajas de tomate
Hidratar la harina de lino con 2 cdas de agua. Reservar.
Lavar muy bien la quínoa frotándola con las manos sobre un colador y bajo el chorro de agua hasta que no se vea más espuma.
Cocinarla con el caldo por 15-20 minutos o hasta que no quede líquido y la quínoa esté bien tierna. Dejar enfriar, condimentar y añadir el resto de los ingredientes.
Aceitar muy bien un molde de pizza y colocar la mezcla presionando suavemente para que quede una capa pareja y fina. Llevar al horno precalentado a 180° por algunos minutos para que se seque. Cubrir con salsa y muzarella y volver al horno para que se derrita y dore.
PIZZA DE MASA INTEGRAL
Para la masa:
500g de Harina Integral fina
½ cda de sal
1 cta de Azúcar
10g de Levadura seca
300 ml de Agua tibia aproximadamente
3 cdas Aceite
Para armar:
Salsa de tomate
Muzarella rallada
Aceitunas
2 huevos duros
Disolver la levadura con el azúcar, una cta de harina y un poco de agua tibia. Dejar que forme espuma. En un bowl grande mezclar el resto de la harina y la sal. Hacer hueco en el centro y colocar el aceite, la esponja formada con la levadura y el resto del agua. Unir, amasar y formar un bollo tierno. Tapar y dejar leudar. Luego amasar unos minutos, dividir en dos y estirar. Colocar en molde para pizza, pinchar un poco, pincelar con salsa de tomate y llevar al horno moderado para Precocinar. Sacar del horno, cubrir con salsa de tomate a gusto, muzarella y añadir los sabores que se deseen. Llevar al horno nuevamente hasta que el queso esté derretido por completo y la base dorada.