Brote de sarampión en la región: ¿cómo prevenir su aparición en Uruguay?

Hace algunos días las autoridades sanitarias argentinas advirtieron de la aparición de dos casos autóctonos en la ciudad de Buenos Aires.

A comienzos de julio y después de muchos años sin grandes avances de la enfermedad, regresaron los brotes de sarampión en Europa y en la región que aún no se han logrado contener.

Hace algunos días las autoridades sanitarias argentinas advirtieron de la aparición de dos casos autóctonos en la ciudad de Buenos Aires y emitieron una advertencia a la población.

Algunos de los síntomas del sarampión son las erupciones de la piel, fiebre y conjuntivitis. Puede ser una enfermedad potencialmente grave para los niños más pequeños.

La directora general de salud, Raquel Rosa, afirma que la vacuna contra el sarampión ahora se da dentro del certificado esquema pero que hubo una época en la que se hizo una campaña y que se daba una sola dosis, por lo que hay generaciones que pueden tener una sola vacuna.

"Los que nacieron a partir de 1986, en general, ya tienen las dos dosis necesarias. Los que nacieron antes hay que mirar".

"Es importante, sin alarmar, estar con mucho cuidado".

"En América no hay sarampión autóctono, desde 1999 en Uruguay. En 2016 la Organización Panamericana de la Salud certificó a las Américas sin sarampión".

No obstante, Rosa advierte que con los aumentos de los viajes y eventos como el Mundial de Fútbol, es cada vez más fácil que se produzca el contagio en otros países. "Nos preocupa que se transporten estas enfermedades y que ingresen al país".

"El sarampión es una enfermedad viral que puede cursar, en algunos casos, sin síntomas muy graves, pero que tiene la potencialidad de complicarse y es ahí donde está la mayor morbimortalidad, es decir, la producción de enfermedades graves e incluso la muerte en los niños más chiquitos, que son los de mayor riesgo", explica Rosa.

"Hay un grupo pequeño de la población que no puede inmunizarse en cierto momento, como las embarazadas".

"Cuando uno se vacuna no solo se protege a sí mismo sino que genera una inmunidad 'de rebaño', es decir, impide que circule el virus, entonces aquellos que no están vacunados o no se pueden vacunar no adquieren la infección".

"Por ejemplo, los niños menores de un año, que no se pueden vacunar, son una población de altísimo riesgo".

"El que tuvo sarampión no tiene que vacunarse porque tiene ya la inmunidad natural".

La directora de Salud dice que hubo un caso en estudio en nuestro país pero que afortunadamente dio resultado negativo. Se trataba de un ciudadano argentino que tenía síntomas compatibles y que inmediatamente se estableció un protocolo de vigilancia epidemiológica para estudiarlo e inmunizar los contactos, es decir, a todas las personas cercanas a él.

"El sarampión es una de las enfermedades llamadas eruptivas febriles en el niño. Aparece con fiebre alta, de 38 grados, y al tiempo pueden aparecer síntomas respiratorios y manchas llamadas exantemas, que tienen una distribución especial, y que muchas veces se confunden con otras enfermedades eruptivas febriles. Por eso es importante que, si aparecen, se consulte rápidamente al médico".

"Hemos hecho una advertencia al equipo de salud para que vuelvan a pensar esta enfermedad, porque los profesionales tienden a no pensarlo. Hemos exhortado a que lo incluyan como diagnósticos diferenciales y que se estudien los casos sospechosos".

"La vacunación es la única medida preventiva que es eficaz, es gratuita y se puede dar en cualquiera de los centros vacunatorios del país, públicos y privados, porque la dispone el Ministerio de Salud Pública".


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