La hija del molinero

Un viejo molino de viento ubicado en la ciudad de Las Piedras guarda una terrible historia que tiene como protagonista a la hija del molinero.

Cuando se habla de la ciudad de Las Piedras, en el departamento de Canelones, se vienen muchas cosas a la cabeza. En primera instancia, uno de los acontecimientos más importantes de la historia uruguaya tuvo lugar allí: la Batalla de Las Piedras. Fue el 18 de mayo de 1811 y representó uno de los triunfos más relevantes del ejército de José Gervasio Artigas sobre las tropas españolas. En la ciudad se erige un obelisco que conmemora ese importante triunfo.

La ciudad de Las Piedras también es conocida por el tango, ya que en ella nació Julio Sosa, uno de los cantantes más reconocidos y prestigiosos de la música uruguaya. En Las Piedras también existe un viejo molino de viento que protagoniza una historia tan triste como siniestra. Se trata de la historia del Molino de Bosch, un gigante que parece dormido. Pero esa imagen no es más que un simple espejismo, porque este viejo molino de viento es parte de un mito que involucra a su antiguo dueño y la hija del molinero.

El antiguo molino aún se encuentra allí, tan entrañable que un barrio entero adoptó su nombre y también la farmacia, el  boliche, la pizzería, la estación de servicio, etcétera. Ese molino, además de darle nombre al barrio, es un emblema y le transmite a todo el barrio y toda la ciudad una atmósfera de misterio pero también mucho sentimiento y arraigo.

El viejo esqueleto no solo recuerda los  buenos tiempos de la industria de la harina, sino también una tragedia que el pueblo de Las Piedras nunca quiso olvidar del todo. La historia está relacionada con Joaquín Bosch, un catalán que emigra a Uruguay buscando "hacer la América" y le fue muy bien. Las Piedras era poco más que una aldea en aquel momento. Bosch al principio vino con la idea de fabricar velas de cebo y es por eso que la gente lo conocía como el velero. Pero al poco tiempo se dio cuenta que la industria de la harina estaba en pleno auge, decidió construir el molino al costado de la ruta que por aquel tiempo era un camino polvoriento. Este molino fue construido entre 1859 y 1863 y se trata de uno de los cuatros que se construyeron en la ciudad de Las Piedras en esa época, fueron 18 en Canelones y 194 en todo el país.

Al emigrante catalán le fue muy bien, también se casó y tuvo cinco hijos. Una de sus hijas, Juana Teresa de apenas quince meses tenía una relación de mucha devoción hacia su padre. La niña era encantadora y era su mayor orgullo. Apenas daba sus primeros pasos, pero salía a esperarlo a que él regresara de trabajar en la ciudad. Todas las tardes se abrazaban cuando se encontraban y luego ingresaban a la casa.

Un día Joaquín se demoró en la ciudad y volvió más tarde la habitual. Como esa tarde llegó tarde, Juana Teresa estaba especialmente ansiosa. Lo esperó largo rato afuera y cuando lo vio venir se dirigió a recibirlo. Las aspas del molino, que casi llegaban al piso, estaban en funcionamiento y golpearon a la niña en la cabeza. La pequeña falleció en el instantáneamente. Joaquín se encontró con una escena mucho más espantosa de lo que hubiera podido imaginar.

La historia cuenta que Don Joaquín se habría llegado a enojar mucho con el molino y le había quitado las aspas para vengarse de la tragedia que le había quitado el alma. Joaquín jamás pudo superarlo y se fue apagando de a poquito hasta morir algunos años después.

El 22 de marzo de 1896 falleció Joaquín Bosch. En aquel momento se construyó un panteón en el cementerio de Las Piedras que es una réplica de su molino y hoy en esa necrópolis suceden algunas cosas muy extrañas. En la cima del molino se ve un ángel, que si lo observamos de cerca nos damos cuenta que es una niña angelical.

Son muchas las versiones de los vecinos de manifestaciones inexplicables y se cuenta que el fantasma de la niña merodea el molino. Hay quienes se extrañaron al ver una figura bajita jugando entre las ruinas del molino viejo, otros más bien cuentan de las risas o los llantos de una niña chica en el panteón de los Bosch.


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