Egidio Arévalo Ríos

Son las 11:00 de la mañana de un miércoles y en las afueras del Complejo de la AUF hay una fila de autos, bien prolijos uno detrás del otro, ocupando más o menos dos cuadras. Son autos de periodistas que esperan al término del entrenamiento de la selección para poder entrar y hacer su trabajo. […]

Son las 11:00 de la mañana de un miércoles y en las afueras del Complejo de la AUF hay una fila de autos, bien prolijos uno detrás del otro, ocupando más o menos dos cuadras. Son autos de periodistas que esperan al término del entrenamiento de la selección para poder entrar y hacer su trabajo.

Pasa menos de media hora y se levanta la barrera, entramos todos, estacionamos y vamos a la sala de prensa. Hablan Fernando Muslera, Mathías Corujo y Álvaro González, uno a la vez. Se termina la conferencia y la sala queda vacía, algunos periodistas se van y otros quedan dando vueltas por ahí, trabajando, tomando café o comiendo galletitas.

Arriba de una de las sillas en las que se sientan los jugadores cuando hablan para la prensa, quedó un celular tirado. Es un iphone viejo, medio hecho paté, con un case negro y rojo marca Puma. Me lo guardo en el bolsillo intuyendo que ya va a llegar alguien a pedirlo. Pasan unos diez minutos y llega Matías Faral, pregunta por el celular, se lo devuelvo. Era del Tata González.


Edigio Arévalo Ríos está recién bañado, perfumado, con una pulsera de brillantes y un anillo grueso dorado en la mano derecha, y un reloj acompañado de una cinta roja con nudos en la izquierda.

Tiene pinta de estar tranquilo, responde mensajes en el celular y casi ni me mira, pero sonríe. Nos vamos de la sala de prensa y nos sentamos en el hall de entrada al complejo, en un sillón pequeño, apoyamos nuestros artefactos en una mesita de vidrio y empezamos.

IMG_1581Infancia y fútbol

Nací el primero de enero del 82 en Paysandú. Viví hasta los 15 ó 16 años ahí, después me vine a la selección juvenil. Regresé nuevamente a Paysandú y a los 18 años me vine definitivamente a la capital. En Paysandú vivía con mis hermanos y mis padres…

El Cacha desvía la mirada, hacia arriba a la izquierda, y se ríe. Me doy vuelta por instinto y está parado sonriente el Pato Sánchez. Parado ahí, como un niño cuando le hace gestos o cuernitos a otro niño, a escondidas. Se ríen los dos y el Pato se va. Seguimos.

¿Vivías con tus hermanos?

Sí. Somos cuatro varones y dos mujeres: Leonardo, Carlos, Jorge, yo, Andrea, Vanesa y Milton.

(Ana Laura Lissardy cuenta en su libro “Vamos que vamos”, que el hermano mayor del Cacha falleció mientras él estaba en otro país, lo llamaron y le dieron la triste noticia).

De chico trabajabas con tu padre...

Sí. El estudio no me gustaba, no agarré para el estudio. Salí de la primaria y empecé a trabajar con mi padre, lo ayudaba, él era albañil. Pero dejé de lado todo eso cuando me hice profesional en el fútbol.

¿Cómo empezaste a jugar al fútbol?

Al principio lo hacía como una diversión, me quedaba la cancha cerca para ir a entrenar. Después en cada partido me empezó a gustar mucho, seguí enfocándome en eso pero nunca pensé que iba a llegar hasta esta altura. Jugué en Bella Vista de Paysandú. Después estuve en la selección juvenil y en un campamento de Peñarol también a los 14 años. Después estuve con la selección sub-17…

¿Y ahí fue que quedaste afuera?

Sí fue en el Sudamericano Sub-17, se iban a Francia. Estuve haciendo toda la pretemporada y varios amistosos. En el momento de dar la lista definitiva, el día del viaje me dicen que no voy a ir. Fue un golpe duro porque había hecho todo lo posible para estar y que el mismo día te saquen es complicado.

¿Cómo reaccionaste?

No quería saber más nada. Termina el sudamericano y me vuelven a llamar, yo no respondía, me hacía el loco, no atendía el teléfono, no quería saber nada. Fueron con la Sub-20 a hacer un amistoso a Paysandú, me encontré con Víctor Púa en el hotel y me convenció de nuevo.

Y te viniste para Montevideo...

Sí. Estuve cuatro años en Bella Vista de Montevideo. Fueron cuatro años muy buenos, fue lo mejor, me trataron muy bien. En ese momento el presidente era Sebastián Bauzá. Estaban los mejores: Manolo (Keosseian), Luis González… pasaron un montón de técnicos.

IMG_1576Y de ahí a Peñarol...

Sí. Después sale la posibilidad de ir a Peñarol. Fue una alegría.

 Peñarol y la ida al exterior

Hay un rumor por ahí que dice que de chiquito eras de Nacional ¿puede ser?

Todo el mundo me dice, me joden, me dicen que tengo fotos con la camiseta pero la verdad que no. Incluso me dolió cuando estuve tres o cuatro meses entrenando con Peñarol, tuvieron la opción de comprarme y me dijeron que no. Me dolió pero después tuve la oportunidad, pasé a Peñarol, estuve un año, perdimos la final con Danubio y de ahí me voy a Monterrey de México.

¿Te fuiste solo?

Sí. Me fui solo, tenía 21 años.

¿Cómo fue?

Para mí fue un cambio tremendo. Venir del interior de Uruguay y llegar a la capital ya no es fácil y después pasar a una gran ciudad… Fue un cambio radical muy grande pero me adapté, disfruté cada momento, tuve un año muy bueno, estuve en la mayoría de los partidos. Tuve la mala suerte de perder una final pero bueno. Después tuve un parate grande…

¿Por qué?

No sé, por decisión del cuerpo técnico. Uno tiene que acatar la orden y seguir preparándose.

¿Te desesperó eso?

Sí, cuando pasan los días y los meses y no te llaman uno se desespera pero uno está entrenando. Tenía amigos en México que me apoyaron bastante.

Después te viniste a Danubio...

Sí. Tuve un pasaje por Danubio. Me vine, estuve cuatro meses.

¿En ese transcurso fue que te llamaron de Nacional?

Sí, me llamaron de Nacional.

IMG_1575¿Quién te llamó?

Me llamó mi representante de ese momento y me dice: “tenés la posibilidad de ir a Nacional”.

¿Lo pensaste?

No. Dije que no enseguida, porque no me llamaba la atención y no quería. Opté por ir a Danubio.

¿Y Peñarol?

Peñarol se había acercado pero las cifras no eran nada que ver. Estuve cuatro meses en Danubio y cuando llegamos a la final me surgió la oportunidad de irme a México de nuevo, a San Luis, a una ciudad totalmente diferente. No conocía a nadie, fui haciendo amistades de a poco, tuve meses muy buenos, no jugué tanto en el campeonato local pero sí en la Libertadores.

Pero después de San Luis estuve siete meses parado, fue una desesperación tremenda.

¿Por qué?

Rescindí contrato con el equipo que estaba porque no jugaba mucho y el tema salarial era distinto a lo acordado.

Siete meses parado y se venía el Mundial, ¿qué hiciste durante esos siete meses?

Estuve en la casa de mi suegra, me estuvo bancando, se portaron fenómeno conmigo. Hacía mucho fútbol cinco, fútbol siete, fútbol 11 todos los días para mantenerme. Eran las diez u once de la noche, mis amigos me llamaban y yo iba.

Pero en 2010 volviste a Peñarol, ¿quién te llamó?

Mirá, me llama mi representante y me plantea que está la posibilidad de ir a Argentina a Tucumán y me dice que lo piense. A la media hora estaba en el supermercado con mi señora y me suena el teléfono, era un número de Uruguay.

Atiendo y era Diego Aguirre que me dice: “mirá que voy a agarrar Peñarol y quiero que vengas”. Y le dije a mi señora: “me voy a Peñarol”, ella me dice: “¿estás seguro? Pensalo”. Y yo le digo: “no no, nos vamos para Peñarol”.

Viajo a los dos días, en ese momento estaba Osvaldo Giménez, me recibió, me hicieron las pruebas y me integraron al plantel. Me recibieron espectacular.

IMG_1597Y saliste campeón...

La verdad que fue el mejor semestre. Íbamos diez puntos abajo en la Anual, el Apertura lo había ganado Nacional. La gente me decía: “¿cómo vas a ir a Peñarol? Estás loco”. Pero me la jugué igual porque sabía que se venía un Mundial y tenía la chance de jugar. Ganamos el campeonato de punta a punta, llenamos el estadio todos los partidos, alcanzamos a Nacional y lo pasamos.

La selección

Entonces te llama el Maestro Tabárez

Ahí tuve nuevamente la convocatoria a la selección y la chance de pelear un puesto (en el año 2007 el Cacha renunció a la convocatoria para la Copa América 2007, para poder concretar su traspaso al Monterrey).

Uno al principio pensaba: si estoy en la lista me quedo tranquilo, con que juegue unos minutos está bien.

¿Cómo fue el momento en que te enterás que quedaste adentro?

El día que dieron la lista definitiva en el complejo estábamos encerrados en la sala de prensa, tenía unos nervios tremendos y cada vez que el Maestro llegaba al número 10 se cortaba la luz. Empezaba de nuevo y volvía a cortarse la luz. Hasta que dio la lista definitiva, fue increíble. Cuando salgo llamo a mi señora y le digo: “quedé en la lista”.

¿Cómo te sentiste?

Fue una alegría tremenda, no me lo esperaba, era el único jugador local, pensé que no me iban a llevar. La última práctica estaba lloviendo, el Maestro me saca para jugar con los titulares y desde ahí no paré más. Jugué todo el Mundial, no salí nunca, se vino Confederaciones, Juegos Olímpicos (el Cacha fue uno de los tres mayores que participó, junto a Suárez y Cavani), Copa América y desde ahí no he parado.

¿Y por qué pensás que no has parado? ¿Qué tenés que te siguen eligiendo?

Creo que porque me fue muy bien, en Peñarol me fue espectacular, tenía muchas ganas de jugar, fue el mejor momento de mi vida, con Diego (Aguirre) hicimos las cosas muy bien, salimos campeones y eso creo que marcó todo. Eso llenó las expectativas del Maestro y me llamó nuevamente.

¿Y eso te emociona? Uno a veces de afuera te ve tan serio…

Soy así, soy tranquilo pero cuando entro en confianza bromeo con todo el mundo, soy el más rompe huevos. El profe siempre me tiene que hacer callar. Soy el mayor y el más rompe huevos. Disfruto lo que hago, esto no sabés hasta dónde va a llegar. Son diez o quince años y yo ya llevo 17.

¿Cómo es la relación con el resto de los jugadores?

La relación con los muchachos es espectacular, cada vez que nos juntamos es como encontrarte con tu familia. A veces cuando estamos afuera también, con uno o con otro tenés contacto. Con Palito (Álvaro Pereira) somos compañeros de habitación, nuestras mujeres se llevan bien. Con los más jóvenes también hablamos.

IMG_1525¿Cómo vivís el recambio de jugadores?

Fue raro, sobre todo para la gente. El país cambió después del Mundial de Sudáfrica, todas las personas cambiaron, tanto los mayores como los niños. Pero a medida que van pasando los años el jugador ya no tiene tanta participación en el equipo, eso te va desgastando, aparecen las lesiones y quedás al margen de los partidos.

El cuerpo técnico tiene que decidir a quién traer y a quién no, tienen que ver todos los partidos. Cuando llegó la etapa de recambio estaban todos sorprendidos, no pensaban que iba a haber tantos recambios, no estaba Diego (Forlán), Lugano no estaba jugando, incluso (el Ruso) Pérez tampoco.

Era rarísimo porque hicimos como una especie de mancuerna, una unión impresionante. Pero hoy en día tenés que disfrutar del momento porque se termina. Por eso intento disfrutar cada momento y divertirme en cada entrenamiento.

¿Qué te parece lo que escribió el Mota Gargano?

Fue un momento durísimo, a todos nos pasaría lo mismo, todos queremos estar en la selección y más después de haber estado en los Mundiales. Él es una gran persona, un gran jugador y lo respeto.

En un momento de calentura uno no sabe lo que puede decir, pero espero que reflexione y piense qué hizo bien y qué hizo mal. Acá todos hacemos cosas malas y buenas. Pero hay que prepararse porque siempre está la posibilidad de que te llamen de nuevo.

Bueno y ahora estás concentrado en la selección...

Sí. Ahora me enfoqué en la selección, jugué Libertadores con mi equipo actual en México, tuvimos un año excepcional. Jugué todos los partidos. Ahora hay que cambiar el chip, hay que pensar en la selección y en hacer las cosas mejor que en la Copa América anterior. Es un plantel nuevo y joven y hay que explicarles cómo se preparan para una Copa América.

¿Lo hablás con los más jóvenes?

Sí, siempre hablo con todos. Los muchachos jóvenes aportan mucho para eso.

¿Y sos como Forlán o el Cebolla que dicen que se vienen a terminar la carrera en Peñarol?

No pienso todavía en el retiro, pero la idea es volver a Peñarol, eso siempre lo he dicho. Tengo amigos de la barra, nos juntamos de vez en cuando y hablo con ellos. Mi idea es hacer mi último semestre en Peñarol, pero me falta todavía. Soy el más viejo pero todavía estoy bien, me siento muy bien y muy cómodo, con mucha fuerza.

¿Y te vas a quedar en Uruguay después o te volvés a México?

Me quedo en México. En la parte de crecimiento creo que tenés más posibilidades allá que acá, la familia de mi señora es toda de ahí. Mis hermanos y mis padres van a visitarnos y a conocer la casa que nos van a entregar dentro de poco.

Su esposa Karla

¿Estás casado?

Estoy casado hace siete años con Karla.

(Karla es mexicana y ahora el Cacha también. Consiguió la ciudadanía el año pasado, tiene la carta del país y el pasaporte)

¿Cómo la conociste?

La conocí en Monterrey, la primera vez que me fui de Peñarol a México. La conocí por intermedio de un amigo. Le pedí a mi amigo para hacer un asado, yo estaba solo y le pedí que invitara amigas para comer y tomar algo tranquilos. En un momento saqué una hoja y les dije a todas: me anotan el teléfono que después las llamo.

¿En serio?

Sí, en serio.

(Frenamos un minuto para romper a carcajadas, nos recomponemos y seguimos).

IMG_1556¿Y todas te anotaron sus números?

Sí, todas me anotaron sus teléfonos, pero empecé a llamarla solamente a ella, empezamos a escribirnos, salíamos a comer y al cine. Desde ese momento nos volvimos muy unidos. Es una gran mujer, me cuida mucho. Es muy celosa y sabe cómo es esto del fútbol, lo ha vivido aquí en Uruguay también, sabe cómo es la gente. Cuando se me arriman ella misma saca las fotos, no tiene problemas. Andamos juntos para todos lados.

¿Tienen hijos?

No, pero estamos en eso, porque nunca estamos en un país. Después de salir campeón con Peñarol me fui a Brasil, después a México, después a Italia, luego a Chicago y de nuevo a México. Espero quedarme ahí, tengo un buen contrato y estoy a gusto.

La gente me ha recibido muy bien y con mucho cariño. Esperemos quedarnos ahí, pero nunca se sabe lo que puede pasar. Después de tantos viajes e idas y venidas, uno se quiere quedar quieto para tener hijos.

IMG_1574¿Pero además tenés hijos de otro matrimonio?

Sí, anteriormente.

 

El futuro

Ahora pienso en la Copa América, después viajo a jugar contra Inter de Porto Alegre la Libertadores y luego vuelvo a México. Después empieza el campeonato local y no paro hasta diciembre. Y en enero empieza el campeonato de vuelta y hay que hacer pretemporada. Así que no sé cuándo paro.


 

Leí una anécdota que retrata cómo fue la primera vez que el Cacha tuvo que ir al Complejo de la AUF a entrenar, le pregunto al respecto y me cuenta:

Fue la primera vez, tenía que ir para el estadio y de ahí al complejo. Yo estaba esperando el ómnibus y justo había gente de un canal de televisión haciendo un seguimiento. Pasaba el 185 repleto y no paraba nunca, me lo tomaba cerca del Devoto de Suárez.

Yo estaba muy nervioso porque se acercaba la hora y se me iba el ómnibus, entonces la gente del canal me llevó hasta el estadio y pude llegar a tiempo. Eso quedó para la historia. Fue un momento de nervios. Menos mal que me llevaron.

 


 

por: Carla Urruti Gull
@carlaUG


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