Juan Manuel Garino

A las 14:00 estaba pautada la entrevista, salí corriendo de mi trabajo en Expo Prado, me metí en un taxi y llegué -con bastante olor a asado pero- a tiempo al Palacio Legislativo. Golpeé la puerta del despacho 404, un par de minutos después salió la secretaria del legislador y me pidió que esperara… Me […]

A las 14:00 estaba pautada la entrevista, salí corriendo de mi trabajo en Expo Prado, me metí en un taxi y llegué -con bastante olor a asado pero- a tiempo al Palacio Legislativo. Golpeé la puerta del despacho 404, un par de minutos después salió la secretaria del legislador y me pidió que esperara…

Me quedé parada anotando qué afiches y fotos veía en el vidrio/pared del despacho, un par de Ney Castillo y jóvenes militantes, además uno que llamaba a votar por la baja en la edad de imputabilidad. La secretaria volvió a salir y me indicó unos sillones de la sala de espera de ese piso (el 4º) así que retrocedí y me senté ahí.

¡Hola! El afectuoso saludo del legislador me sacó del ensimismamiento, me levanté de repente y mi celular, mi libreta y mi lapicera se desparramaron por el piso. Se te cayó todo atinó a decir Juan Manuel Garino con una media sonrisa en la cara. ¿Sos vos sola? agregó mirando para los costados mientras yo juntaba mis cosas, respondí y lo seguí hasta su oficina.

Joven, abogado y diputado

Juan Manuel Garino nació el 15 de diciembre de 1981, es bastante flaco, risueño y enérgico. Tiene toda la pinta de ser de esas personas que no pueden quedarse quietas o calladas. Nació en Montevideo, su primera casa estaba ubicada en 18 de Julio y Martín C. Martínez, a los seis años se mudó a Constituyente y Minas y cuatro años más tarde se fue a Carrasco. Garino tiene solo una hermana que es más chica que él y que estudia Medicina, cuando yo asumí acá (se refiere al Palacio Legislativo) la tenía cerquita, me cuenta mirando por la ventana en dirección a la Facultad de Medicina. Actualmente Garino está casado y vive con su mujer en Pocitos.

(Es importante para mí decir que la vista que Juan Manuel Garino tiene desde su despacho es una de las mejores. El edificio del Palacio Legislativo viejo parece una postal estampada o la imagen quieta generada por un croma. Justo el día estaba soleado y el cielo azul impecable)

Cuando era chico Garino leía solo la sección deportiva de los diarios, entonces su padre comenzó a insistirle para que se informara sobre otros temas. Tanto fue así que me pasé para el otro lado, recuerda el diputado, que de esa forma inició una pasión por cualquier tipo de lectura. Cuando estaba por terminar Secundaria decidió estudiar Derecho y en seis años se recibió de abogado, la misma profesión que ostenta su padre... aunque cuando le pregunto me dice que su elección tiene que ver más con Ben Matlock que con su genealogía.

El despacho de Garino está bien ordenado, en su amplio escritorio hay algunas carpetas que tiene que estudiar y un teléfono negro con un cable en espiral que le sirve para sostener lo que dice. Me distraigo un rato mirando cómo enrolla y desenrolla sus dedos en ese cable negro, el legislador tiene las manos chicas y las uñas mordidas. No le cuesta explayarse sobre su inicio en política, sobre cómo arrancó a militar junto a un grupo de amigos en una época en la que nadie quería reconocer que votaba al Partido Colorado porque era un quemo y sobre cómo resultó electo diputado.

El relato es tan claro que puedo imaginarme las situaciones sin dificultad y noto cierto orgullo de su parte por el camino que ha recorrido.

Lucio, Leo y Nicolás -tres amigos- me dijeron que se venían las primeras elecciones juveniles del Partido Colorado, me explicaron que era solo participar muy desde el llano para apoyar al nuevo sector que se había formado, Vamos Uruguay. No había políticos, éramos solo gente joven, apoyábamos a Pedro Bordaberry, si salían nuevos valores eran bienvenidos pero ahí terminaba el compromiso. Le dijimos a uno: “che armate la lista como vos quieras”. El asunto fue que la lista anduvo muy bien en aquella elección, juntamos como mil votos. Ahí terminó el 2007 con esa patriada y yo quedé convencional suplente…

El 2008 fue un año de militancia, había actividades de Vamos Uruguay, íbamos al interior. Se armó un equipo de trabajo los miércoles de tardecita y yo me sumé al equipo de Educación. Después se vino la elección interna en 2009 y Pedro (Bordaberry) dijo: “yo no voy a sentarme con un lápiz y un papel a armar las listas”. Entonces nosotros abrimos una lista y alguien propuso mi nombre para encabezarla.

Pero no teníamos ni un mango, nadie tenía experiencia de ningún tipo, hicimos una patriada, salimos a vender bonos colaboración y así fue como hicimos dos o tres bases en Montevideo. La lista fue creciendo, se juntaron en esa interna 1.900 votos y a partir de esos votos tuvimos un quinto lugar en la lista de diputados en octubre cuando se conformó la lista 10 que en Montevideo fue la segunda más votada después de la 609 de Mujica.

Garino se casó en marzo de 2012 (mira su reloj y corrobora: el 16 de marzo de 2012) luego de pasar seis años de novio. Cuando asumió como diputado, alguien, que no quiso decir quién, le dio tres consejos; entre ellos uno que reza “esto no es para charlatanes”, por eso estudia lo más que puede sobre cada tema a debatir. Además, las jornadas en el Palacio Legislativo son largas y muchas veces hay actividades partidarias los fines de semana.

Quiero saber qué opina su mujer sobre el cargo de Garino que le quita tanto tiempo y se lo pregunto. Mi mujer se la banca, a veces se levanta los sábados de mañana y no estoy… pero se la banca. Y así termina el tema.

Detrás de Garino, bien hacia su derecha, hay un par de listas encuadradas que cuelgan de la pared, y más hacia su izquierda dos fotos grandes enmarcadas que parecen dibujos en tono sepia. Uno es de Pedro Bordaberry su referente político y el otro de José Batlle y Ordóñez su líder espiritual.

Con el diputado de Vamos Uruguay hablamos de dos temas, educación pública por un lado y menores infractores por el otro.

Educación

Cuando se terminaron los cuentos de su vida y el relato sobre su joven experiencia política y traje a la entrevista el tema de la educación, Garino enserió su semblante y aflacó su tono de voz que quedó medio tartamudo. Me pareció notar cierto enojo con el tema.

Yo veo hoy con desazón que uno de los problemas que tiene Uruguay es que tuvo crecimiento económico pero la repetición en primero de liceo pasó en 2004 del 34% al 45% y a eso hay que sumarle 6% de deserción.

De cada dos jóvenes, uno no termina primero de liceo y eso es muy malo porque peligra el desarrollo social. Hoy en día hay 500.000 asignaciones familiares, hay muchas prestaciones sociales, están los CAIF, pero llega un momento del pase de la escuela al liceo en el que estamos fracasando profundamente. Y no creo que pase solo por un tema de dinero, yo creo que hay que cambiar algunas cosas en el sistema.

-¿Por ejemplo?-

En el Partido Colorado hubo una buena idea: extender sexto de escuela, que se pase a séptimo, octavo y noveno en desmedro de primero, segundo y tercero y después los últimos años como bachillerato. También hay que explorar en los contenidos, tener un primero de liceo con 12 materias es demasiado para el chico.

La formación docente también es algo que está para mejorarse, creo que no se mejora solo con una computadora como el Plan Ceibal. La idea está buena pero muy mal implementada. Cuando largó el Plan Ceibal yo conozco casos de profesores que decían “bueno quedan diez minutos de clase, júntense entre ustedes y chateen”.

Además, hay que hacer un salto cuantitativo, agregar más horas, hacer tiempo completo. La ley de educación pública creó un montón de cargos de confianza pero agrandar la toma de decisiones no te asegura que haya beneficios.

Menores infractores

Lo primero que quiero saber es por qué cree que bajar la edad de imputabilidad es correcto. Enseguida Garino me mira con desaprobación y deja de lado el cable en espiral del teléfono, le pide a su secretaria una botella de agua y me explica apoyando uno, dos, tres y cuatro dedos con firmeza en el escritorio de qué va todo el paquete.

Bajar la edad de imputabilidad, mantener los antecedentes en el caso de lo homicidas, crear un centro para menores por fuera del INAU (...) y establecer un agravante para los mayores que se valen de los menores.

Garino tiene este tema clarísimo y se muestra convencido de lo que dice. De entre el cuerpo del joven político dicharachero se asoma la sombra del abogado, con ciertos términos y gestos dignos de tal.

Seriamente y con más profundidad en su voz plantea ¿la persona de 16 años no sabe que está matando, no sabe cuando te viola que te está violando, no sabe lo que está haciendo cuando te copa tu casa, ata a todo el mundo y te pega?

Y recuerda: me dio mucha bronca en una Asamblea General cuando Rafael Michelini dijo: 'ahora vamos a meter presos a los jóvenes que rompen un vidrio por una travesura'. No es nuestra propuesta, es para casos especiales. Si te agarraste a las trompadas no se te aplica. Se pone como salvedad que el juez entienda que la persona tenía discernimiento de lo que estaba haciendo porque también contempla si de repente al menor le falta algún caramelo.

Garino me explica que el 48% de las rapiñas son cometidas por menores infractores y que la mitad de ese porcentaje tiene entre 16 y 17 años. Hoy en día van a la Colonia Berro en donde no les están dando ni educación ni actividades recreativas, eso está en los papeles pero no se lleva adelante.

De inmediato el legislador cambia de tema. En el 2010 a partir de algunos hechos que me tocó vivir de cerca, me di cuenta de que no había patrulleros en la Seccional 14.

-¿Qué le pasó?-

A una mujer que vivía en un asentamiento le robaron, mi viejo y yo nos ocupamos un poco de ella porque es una señora mayor sola, llamamos a la Seccional y llegó un patrullero a la hora y media. “Pero mijo llamamos hace una hora y media ¿qué pasó?” y el policía nos dijo que no hay patrulleros en la 14.

Otro día con unos amigos perseguimos a un chorro, estuvimos 45 minutos con el 911. Eran unos tipos que se robaron una moto, la pasaron por un portón, se la llevaron de tiro, la arrancaron y se fueron por la rambla. Nosotros íbamos atrás y vimos todo, el periplo duró 40 minutos. Cuando llegamos, yo estaba en una camioneta y no me daba para meterme en un callejón. Llamamos a la 14, nos dijeron que estaban enviando un móvil pero no llegaron nunca. Nos fuimos por el Devoto de Santa Mónica y vimos un patrullero de la 10ª que nos confirmó que la 14 no tiene móviles.

-Bueno ahora hay una reestructura de Radiopatrulla...-

Si… si… vamos a ver cómo funciona el remedio, yo tengo el dato de adentro de que no se implementó todavía eso.

Juan Manuel Garino no tiene hijos pero quiere tenerlos algún día (en noviembre de 2014 se convirtió en padre de un varón). Cuando no está trabajando, le gusta jugar al fútbol o bajar un río en canoa (¿de qué te reís? me pregunta y saca su celular para mostrarme todos los grupos de actividades que tiene agendados) Su padre tiene una chacra en Rincón de Pando, Canelones, y cuando puede se escapa y se va de pesca.

@carlaUG


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