Miles de simpatizantes del expresidente Lula Da Silva pidieron su liberación este domingo

Se manifestaron en los alrededores de la cárcel de Curitiba, entre otros puntos, donde se encuentra preso por causas de corrupción.

Varios miles de simpatizantes del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva pidieron su liberación este domingo frente a la cárcel de Curitiba, en la que está preso por corrupción desde hace exactamente un año, y en otras ciudades de Brasil y del mundo.

Entre los manifestantes había varios líderes del Partido de los Trabajadores y representantes de organizaciones afines, que se concentraron en una estación de autobús y marcharon unos dos kilómetros hacia la sede de la Policía Federal, donde está la cárcel, entre gritos de "Lula libre" y consignas contra el actual presidente Jair Bolsonaro.

El expresidente defiende su inocencia y considera su encarcelamiento una farsa judicial, según una carta leída frente a la cárcel por la presidenta del PT.

"Hace exactamente un año estoy aislado en una celda de una prisión en Curitiba. Nunca presentaron una prueba contra mí. Soy preso político exiliado dentro de mi propio país, separado del pueblo brasileño", leyó la presidenta del PT Gleisi Hoffmann.

El exmandatario fue condenado en primera y segunda instancia por corrupción pasiva y lavado de dinero, como beneficiario de un apartamento puesto a su disposición por constructoras para obtener contratos en Petrobras. En febrero de este año, fue sentenciado a otros doce años y once meses, al considerar que obtuvo reformas en una propiedad, igualmente a cambio de contratos en la petrolera estatal.

Si esta pena es ratificada en segunda instancia, sus condenas sumarían 25 años. Pero bajo la ley brasileña podría gozar de un régimen semiabierto con cuatro años cumplidos, un sexto de la sentencia, siempre que no sea condenado en otro de los procesos que tiene abiertos.

Tras la primera noche en la cárcel, partidarios de Lula da Silva montan vigilia permanente en Curitiba

Con la esperanza intacta, apuestan por un rápido cambio de jurisprudencia que permita la liberación del expresidente brasileño.

El expresidente Lula pasó su primera noche en la cárcel, pero sus partidarios mantendrán la presión con una "vigilia permanente" en Curitiba (sur de Brasil) y apuestan por un rápido cambio de jurisprudencia que permita liberarlo.

Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), de 72 años, llegó en helicóptero la noche del sábado a la sede policial donde empezó a purgar su pena de 12 años y un mes de cárcel por corrupción y lavado de dinero. Es el primer expresidente de Brasil encarcelado por un delito común.

Su llegada causó una conmoción en esta ciudad conservadora, con disturbios entre simpatizantes de Lula y los agentes que custodiaban la sede de la Policía Federal donde se halla la celda de Lula.

"La ciudad de Curitiba será el centro de nuestra acción política. Sólo saldremos de aquí cuando Lula salga. Esta vigilia será permanente", proclamó la presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, poco después de que la policía lanzara bombas de gas lacrimógeno y balas de gomas para dispersar a la multitud agitada.

Lula, que lidera las encuestas para las elecciones de octubre, "no es un preso común, es un preso político, el primer preso político después de la reapertura democrática" en 1985, añadió Hoffman.

Partidos políticos y movimientos sociales de izquierda comenzaron este domingo a articular su "resistencia".

El estudiante Christopher Ferreira, de 21 años, pasó la noche en un campamento callejero al borde del perímetro policial, equipado con tiendas, colchones inflables y bastante abrigo. Una inscripción sobre un cartón indicaba el lugar de la "secretaría operativa" donde atenderían a la prensa.

"Pasamos la noche aquí en resistencia junto con todos los compañeros que están prestando solidaridad al presidente Lula", explicó Ferreira a la AFP.

Según la Central Única de Trabajadores (CUT), el movimiento espera la llegada de decenas de caravanas de todas partes de Brasil.

- ¿Podría ser liberado? -

Pero ¿qué es lo que alimenta la esperanza de sus seguidores?

El próximo miércoles, el Supremo Tribunal Federal (STF) podría incluir en su agenda un nuevo debate sobre un asunto clave: a partir de qué momento un condenado puede empezar a cumplir su pena de prisión.

Según la jurisprudencia actual, esto es posible a partir de un fallo de segunda instancia, como el que profirió en enero un tribunal de apelaciones contra Lula.

Dicha jurisprudencia fue establecida por el STF en 2016 -por una estrecha mayoría de 6 votos contra 5- y viene siendo aplicada por varios jueces de segunda instancia para ordenar la prisión una vez confirmadas las condenas.

El máximo tribunal del país denegó la semana pasada un recurso de la defensa de Lula para evitar que fuese preso; pero una de las magistradas que votó contra Lula, Rosa Weber, dio a entender que era favorable a modificar la jurisprudencia actual cuando el asunto fuese tratado de forma general, y no por un caso específico.

Y eso podría ocurrir el próximo miércoles, si otro de los jueces del máximo tribunal pide, como anunció, incluir el tema en la agenda de sesiones. Aunque también, en un laberinto legal que parece no tener fin, la discusión podría ser postergada, sin fecha de reanudación, si un juez dice que precisa tiempo para pensárselo.

Pese a que la novela jurídica podría tener nuevos capítulos, los detractores de Lula celebraron eufóricos, descorchando botellas de espumantes, que "finalmente" esté en prisión.

Quiero "que Lula permanezca mucho tiempo allí", pidió Mauro Celli, un empresario de 49 años que pasaba pedaleando junto a otros ciclistas por las inmediaciones de la Policía Federal de Curitiba este domingo.

El expresidente, que se declara inocente y perseguido por las "élites", se dice esperanzado.

"Estoy con la conciencia tranquila. Puede demorar un poco, pero voy a vencer esta batalla", dijo a sus seguidores en un video grabado el viernes y publicado en su página de Facebook el domingo por la mañana.

"Buen fin de semana y, si Dios quiere, quién sabe, la semana que viene estaremos juntos", guiñó.

(AFP)

¿Cómo será la celda de Lula da Silva en Curitiba?

La Policía Federal en Curitiba preparó una celda especial para recibir al expresidente brasileño.

La Policía Federal en Curitiba, en el sur de Brasil, preparó una celda especial para recibir al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, que tendrá baño privado y derecho a dos horas diarias de aire libre, informó la institución.

"Es una sala simple, vacía, sólo tiene una cama, mesa, silla y acceso a un baño, nada más. Es lo más simple posible, pero estará separado de los demás" presidiarios, explicó el comisario Igor Romario a periodistas.

La habitación era utilizada para alojar a policías de otros estados o a abogados que precisaban pernoctar en la sede judicial, pero a lo largo de las últimas dos semanas fue adaptada para acoger eventualmente a quien sería el preso más célebre de la operación Lava Jato.

En comparación con las condiciones degradantes de los presidios a lo largo y ancho del país, la celda puede considerarse un lujo.

La sala es "bastante humanizada, bastante tranquila, un ambiente agradable, pero nada especial", añadió por su parte Jorge Chastalo, jefe del equipo de custodia de la sede policial.

Lula tendrá derecho a una visita semanal de familiares cercanos y durante dos horas al día podrá tomar "baños de sol", es decir, recreos al aire libre.

De acuerdo con el periódico O Estado de Sao Paulo, la habitación tiene unos 15 metros cuadrados y ducha de agua caliente. Los policías no supieron confirmar de inmediato esa información.

- Placa con su nombre -

El edificio que alojará al expresidente -al menos durante el inicio de sus días tras las rejas- fue inaugurado bajo su segundo mandato, en febrero de 2007.

Una placa conmemorativa en la entrada del penal destaca su nombre en letras doradas, junto al de otras autoridades de la época.

Lula (2003-2010) fue condenado a 12 años y un mes de prisión por corrupción y lavado de dinero. El juez federal Sergio Moro le dio hasta las 17H00 (20H00 GMT) de este viernes para entregarse a la PF de Curitiba, después que la corte suprema le negara un recurso para recurrir la sentencia en libertad ante tribunales superiores.

Pero el dos veces presidente de Brasil, que se declara inocente y perseguido políticamente, no ha dado hasta el momento señal de que respetará el plazo: tres horas antes del vencimiento del ultimátum continuaba reunido con dirigentes y militantes de izquierda en el Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, polo industrial en las afueras de Sao Paulo donde se forjó como líder sindical en los años 70.

Por las cárceles de Curitiba, apodada "Capital de Lava Jato", han pasado la mayoría de los "peces gordos" que cayeron en la red del juez Moro, como el empresario Marcelo Odebrecht, el exministro de Hacienda de Lula, Antonio Palocci, o el ex jefe conservador de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha.

(AFP)

El juez Sérgio Moro expidió una orden de prisión contra el expresidente brasileño Lula da Silva

El exmandatario tiene tiempo hasta este viernes a las 17:00 para presentarse.

El juez brasileño Sérgio Moro emitió este jueves una orden de prisión contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, condenado a 12 años y un mes de cárcel por corrupción, dejándole la posibilidad de entregarse voluntariamente en un plazo de 24 horas.

El partido de los Trabajadores (PT) del exmandatario (2003-2010) convocó de inmediato a una "movilización general" contra la detención de su líder.

Moro, emblema de la operación Lava Jato, indicó en su decisión que le concede a Lula, "en consideración de la dignidad del cargo que ocupó, la oportunidad de presentarse voluntariamente" ante la Policía Federal de Curitiba (sur) antes de mañana viernes a las 17H00 (20H00 GMT).

Prohibió además "la utilización de esposas en cualquier hipótesis".

El líder de la izquierda, de 72 años, favorito en todos los sondeos para las elecciones presidenciales de octubre, ha mantenido silencio hasta el momento.

Poco después de la orden, periodistas de la AFP vieron salir al exmandatario en automóvil del Instituto Lula en Sao Paulo.

La medida sorprendió por su rapidez, menos de 24 horas después de que el Supremo Tribunal Federal (STF) rechazara por un estrecho margen de 6-5 un recurso de la defensa del expresidente (2003-2010) para recurrir la sentencia en instancias superiores en libertad.

La orden de Moro se dio tras haber sido autorizado a emitirla por el tribunal de apelaciones de Porto Alegre, que ratificó su condena en enero.

Uno de los abogados de Lula, José Roberto Batochio, lamentó la decisión, que a sus ojos no respeta la posibilidad de presentar unos últimos recursos. "Estamos en un estado de derecho, los poderes tienen sus propias atribuciones", dijo el letrado a la televisión Band Nuews.

- Lula, sereno -

La presidenta de la formación, Gleisi Hoffmann, se reunió por la mañana con Lula y aseguró que estaba "bien, sereno, con la consciencia tranquila de los inocentes".

Esta sería "una prisión política que vulnera la presunción de inocencia" y que, de concretarse, mostraría a Brasil como una "republiqueta bananera", afirmó Hoffmann.

Imputado en otros seis procesos judiciales, el exmandatario niega todas las acusaciones y las considera parte de un complot de las élites para que no pueda volver al poder después de haber dejado el cargo en 2010 como el presidente más popular de la historia reciente de Brasil.

- ¿Candidato entre rejas? -

Paradójicamente, la ley brasileña permitiría que Lula haga precampaña desde la cárcel, ya que su postulación solo debería ser invalidada en agosto por la justicia electoral, que impide participar en comicios a personas condenadas en segunda instancia, como es su caso desde enero.

"La principal cuestión es saber lo que el fallo [del STF] significa para las elecciones. No está claro a dónde irán los votos de Lula. Pero vale la pena apuntar que Lula tendrá probablemente más dificultades en transferir sus votos a un candidato de izquierda desde la cárcel que si estuviera en actos de campaña", escribió la consultora Capital Economics en una nota de análisis.

Para los fiscales y jueces de Lava Jato -la operación que desde hace cuatro años viene revelando una gigantesca trama de sobornos en la que también están implicados el presidente Michel Temer y varios de sus aliados- la inminente encarcelación de Lula es un golpe ejemplar contra la corrupción.

Con el PT pudiendo verse forzado a cambiar de candidato a último momento, los comicios de octubre se prevén como los más inciertos desde la restauración de la democracia en 1985.

"Si Lula fuera candidato, estaría en el segundo turno de las elecciones. Si queda fuera, el juego queda abierto y el candidato con mayor preferencia pasa a ser (el diputado ultraderecista) Bolsonaro, con un 21% de preferencia, y otros candidatos en torno al 10%. Entonces, el segundo turno pasa a estar abierto", dijo a la AFP Michael Mohallem, analista de la Fundación Getulio Vargas en Rio de Janeiro.

(AFP)