En el año móvil entre octubre y setiembre el déficit fiscal fue del 3,4% del PBI.
El gobierno dio a conocer sus resultados financieros en el año cerrado en setiembre y hubo una leve mejoría respecto a agosto. De todas maneras, Uruguay sigue teniendo un déficit fiscal elevado, que se ubica en 3,4% del PBI.
Desde que asumió el nuevo gobierno, el resultado de las cuentas del Estado estuvo en el tapete. Primero cuando el equipo económico declaró que encontró las cuentas en peor estado de lo que creía, luego cuando el ministro Astori envió un duro mensaje de recorte a las empresas públicas y finalmente cuando el presidente Tabaré Vazquez anunció inversiones millonarias.
Los ingresos del Estado se componen por la recaudación de impuestos, aportes al BPS -personales y patronales- y el resultado de las empresas públicas, que era lo que estaba más en problema, porque en vez de colaborar estaban restando; ahora empezaron a sumar. Todo esto suma US$16.085 millones en el año móvil de octubre a setiembre.
Luego de sumar este dinero en caja el Estado debe pagar sus gastos, y el principal en ese sentido son los sueldos. También debe pagar jubilaciones, transferencias -planes sociales, Fonasa-, la estructura operativa del Estado, las inversiones y los resultados de las intendencias, el Banco de Seguros del Estado y el Banco Central. Esto totaliza US$16.137 millones. El primer resultado es bastante bueno: se deben pagar US$78 millones.
De todas maneras, el gobierno también tiene que pagar los intereses que genera la deuda que ha emitido y esto implica más gastos. Si se restan los intereses de deuda, que fueron de más de US$1.800 millones en estos doce meses últimos, el resultado es negativo en US$1.893 millones, equivalente al 3,4% del PBI del país. Este déficit fiscal puede parecer no tan negativo si se lo compara con los números regionales, es alto para Uruguay. En 2010-2011 el déficit era de solo el 1%.
Se debe atacar el déficit y el mismo gobierno reconoce en el proyecto de Ley de Presupuesto que debe mejorarse el resultado. Hay dos formas de hacer esto: o se recorta el gasto público, cosa que ya se está intentando hacer pero un 20% de lo que el gobierno gasta es para pagar los sueldos de los funcionarios públicos, en tanto que otro 34% se va en jubilaciones y 33% en planes sociales y sistema de salud, por lo que el margen es poco. El margen de maniobra es bien escaso y por eso cada decisión que se tome en este tema tendrá un fuerte impacto. La segunda opción va por el lado de los ingresos: o se logra una mejor recaudación o bien se suben los impuestos.
