Actuar contra la violencia de género requiere un cambio cultural: "Podemos lograr relaciones de igualdad si trabajamos desde la escuela"

Andrea Tuana también señaló la importancia de un registro de abusadores sexuales y de "repensar" las custodias policiales.

Dos mujeres murieron este martes en Colonia y Canelones asesinadas a manos de sus parejas, quienes, en ambos casos, se quitaron la vida. En lo que va del 2018 se registran 13 femicidios en nuestro país; ante este panorama, la Red contra la Violencia Domestica y Sexual insiste en que la violencia doméstica se declare "un tema de emergencia nacional", concepto que implica que el Gobierno lo tome entre sus prioridades —con más recursos y más servicios— y que se genere un compromiso de todos los partidos políticos, más allá de quién esté en el poder.

Abordamos el tema junto a Andrea Tuana, vocera de la Intersocial Feminista.

Hay que fortalecer varias de las medidas que ya hay. El crecimiento de las denuncias nos habla de un proceso donde en el que se colocó el tema, se lo problematizó, se desnaturaliza lo que pasaba y se animan a denunciar. La gente sale a contar lo que le pasa y a pedir ayuda si encuentra respuesta. Y si hay más denuncias es porque se ha demostrado que ha habido cierta respuesta. Hemos avanzado mucho.

Pero no hemos logrado transformar esto. Tenemos que trabajar antes de que suceda el femicidio. Eso implica un trabajo por parte de la educación, que debe incorporar esto como una materia permanente. Los maestros deben ser formados en igualdad de género, algo que también se enseña con el ejemplo. El trabajo tiene que ser permanente: no puede ser cosa de un taller una vez. No puede quedar como un esfuerzo personal o de una vez: tiene que estar incluido en la currícula.

Si empezamos a trabajar con los niños de quinto y sexto de escuela y del liceo, en diez años vamos a tener un panorama diferente, porque ellos comenzarán sus relaciones de noviazgo de otra manera.

Es importante que los medios de comunicación traten de no amplificar algunas voces que colaboraron con ciertos discursos, porque las redes sociales y lo que allí se habla es incontrolable. La realidad completa está en la cultura que compartimos. Si no cambiamos la forma de mirar las relaciones entre los seres humanos y la cultura… esto no cambia. Podemos lograr relaciones de igualdad entre hombres y mujeres que eviten estas situaciones. Esto es un problema de desigualdad, de relaciones de poder. Cambiar eso implica mover muchas estructuras sociales, pero tenemos que hacerlo.

El Gobierno tiene que poder profundizar todas las políticas que ha ido teniendo; han sido buenas, pero hay que profundizarlas. Un elemento sería un registro de abusadores sexuales. Otra cosa importante es pensar la seguridad en los casos de alto riesgo: pensar si le ponemos custodia a las mujeres o a los violentos cuando no hay tobilleras, porque sino las mujeres terminan quedando un poco presas.