El gobierno de Argentina ha anunciado una prórroga hasta el 12 de junio del plazo para lograr un acuerdo con los acreedores privados

Con ellos negocia una reestructuración de la deuda externa.

Argentina y sus acreedores acercaron posiciones en sus negociaciones para reestructurar una deuda de 66.000 millones de dólares, y el gobierno extendió nuevamente el plazo para las tratativas en busca de lograr un acuerdo final.

"Las partes se siguen acercando, aunque sigue faltando una distancia importante por recorrer", dijo el ministro de Economía, Martín Guzmán, al prorrogar hasta el 12 de junio el plazo que vencía este martes.

Sobre la mesa hay una propuesta mejorada del gobierno argentino a su oferta original del 16 de abril, que fue rechazada por los acreedores, y también otra de dos grupos de tenedores de bonos.

- "Margen escaso" -

Ahora se trata de que esas posiciones confluyan, aunque tanto el gobierno como el FMI advierten que ya hay poco espacio de negociación.

"El margen que queda para enmendar la oferta es escaso, el mismo FMI dijo que está 'marginalmente debajo' del límite que permitiría restaurar la sostenibilidad de la deuda, que es el mandato que también nos dio el Congreso", enfatizó el ministro de Economía.

La oferta formal de Argentina, que aún no ha sido modificada pero que los acreedores ya rechazaron, contempla un plazo de gracia de tres años y una reducción de 62% en intereses y de 5,4% en capital.

La revisión de la propuesta considera una reducción a dos años del periodo de gracia, con los primeros pagos en 2022, y una mejora en el rendimiento de las colocaciones para los acreedores.

A su vez, el Grupo de Titulares de Bonos de Canje de Argentina y el Grupo Ad Hoc de Titulares de Bonos de Argentina, que representan poco más de 30% de las acreencias que Buenos Aires busca renegociar, publicaron la semana pasada una contraoferta que, según ellos, "toma en cuenta los objetivos económicos y fiscales del gobierno argentino y los desafíos presentados por (la pandemia de) covid-19".

El canje incluye bonos emitidos en 2005 y 2010, cuando se reestructuró la deuda que había caído en default en 2001, y también nuevos papeles emitidos a partir de 2016, bajo la anterior Presidencia del liberal Mauricio Macri.

En 2001, Argentina declaró la moratoria sobre unos 100.000 millones de dólares de deuda, en ese momento la mayor de la Historia.

El 22 de abril pasado volvió a caer en default, el noveno en su récord, al no pagar unos 500 millones de dólares en intereses de tres de los bonos sujetos al canje.

- Respaldo del FMI -

En sus negociaciones, Argentina recibió nuevamente un respaldo del Fondo Monetario Internacional, que consideró en un informe técnico que la nueva propuesta a los acreedores "sería consistente con el restablecimiento de la sostenibilidad de la deuda".

"Existe solo un margen limitado para incrementar pagos a los acreedores privados y al mismo tiempo cumplir con los umbrales de deuda y servicio de la deuda estimados por el personal técnico del FMI", advirtió el informe del organismo multilateral, a tono con las apreciaciones del gobierno.

A esa declaración, los acreedores reunidos en el Grupo de Titulares de Bonos de Canje de Argentina, reaccionaron diciendo que han sido muy flexibles en esta negociación.

"Los tenedores de bonos han mostrado mucha flexibilidad al hacer una oferta sostenible a Argentina. Depende de Argentina mostrar un serio deseo de cerrar la brecha restante, y será desafortunado si endurece su posición en respuesta a la declaración del FMI", advirtieron en un comunicado.

Hasta ahora, el diálogo se mantiene.

"Estamos muy cerca de un acuerdo. La diferencia es muy baja y diría, a este punto, irrisoria. Creo que el gobierno no cometerá el mismo error que en la primera oferta, (de) hacer una propuesta unilateral y esperar un resultado favorable", consideró Juan Battaglia, economista jefe de la firma Cucchiara.

Matías Rajnerman, de Ecolatina, estimó por su parte que la revisada "no es la propuesta final, y todavía se pueden extender un par de semanas más las negociaciones".

En recesión desde 2018 y con índices de inflación de 53% en 2019 y de pobreza de 35%, Argentina sufre ahora el impacto de la pandemia del nuevo coronavirus, que en marzo llevó a una contracción de la actividad económica de 11,5% sobre igual mes de 2019.

La deuda pública argentina totaliza unos 324.000 millones de dolares, equivalentes a casi 90% de su Producto Interno Bruto.

Martín Guzmán envió un proyecto de ley al Congreso argentino para reestructurar la deuda pública externa

El ministro de Economía argentino procura cambiar plazos, tasas de interés y monto de capital.

El gobierno de Argentina enviará este martes al Congreso un proyecto de ley para reestructurar su deuda pública y pide "tiempo" y "buena fe" a sus acreedores, entre ellos el FMI, informó el ministro de Economía Martín Guzmán.

"Tenemos una carga de deuda que es insostenible", aseguró Guzmán, que timonea una economía en recesión y con un inflación superior al 50%.

"La voluntad de pago está, siempre lo hemos dicho. Pero para poder pagar, el país necesita generar capacidad, y para eso hay que crecer, y para eso es fundamental que exista un alivio de la carga de deuda", dijo el ministro en una rueda de prensa.

Informó que el martes el gobierno remitirá al Congreso un proyecto para la reestructura de la deuda en el cual "pide que el país mejore al menos dos de las siguientes tres condiciones: plazos, tasas de interés y monto de capital".

Al asumir la presidencia el 10 de diciembre, Alberto Fernández heredó una deuda pública de unos 335.000 millones de dólares, un 93% del PIB. Esa deuda incluye un préstamo por 44.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI).

La semana pasada, el gobierno de Buenos Aires, la provincia más influyente de Argentina, pidió postergar a mayo el pago de capital de un bono previsto para enero.

"Estamos pidiendo la misma buena fe y responsabilidad que está teniendo el gobierno argentino y el de la provincia de Buenos Aires a los bonistas. Estamos pidiendo que nos den el tiempo necesario para resolver un problema de descalabro macroeconómico que ha afectado a todo el país", señaló Guzmán.

Las conversaciones de Argentina con el FMI "se vienen dando en un tono constructivo", aseguró el ministro, al subrayar que el país "enfrenta una carga de amortización de capital muy alta" para 2021, 2022 y 2023.

Sin embargo, sostuvo que no aceptará "ninguna condicionalidad" por parte del organismo, al estimar que el programa de préstamo que diseñó con el gobierno anterior "fue un estrepitoso fracaso".

Argentina atraviesa una recesión económica desde el segundo trimestre de 2018 y es el país más endeudado de América Latina, al tiempo que tiene cada vez menos reservas en el Banco Central (unos 45.000 millones de dólares).

AFP