El paradero del refugiado sirio Jihad Diyab

Partió a Turquía, fue detenido y se presume que fue deportado a Siria, mientras el Gobierno uruguayo opta por la confidencialidad.

El paradero del refugiado sirio Jihad Diyab todavía es un misterio. El exrecluso de Guantánamo, que llegó como refugiado a Uruguay en octubre de 2014, viajó vía terrestre hacia Brasil en junio 2018 y de ahí partió hacia Turquía utilizando un pasaporte marroquí falso. Para tratar este tema, hablamos con la periodista Diana Cariboni, autora de “Guantánamo entre nosotros”.

Hay para señalar varias cosas. En primer lugar la incertidumbre en qué situación está. No se sabe si fue entregado a las autoridades sirias. Aparentemente no sería así porque Turquía y Siria son países muy enfrentados. Turquía está atacando territorio sirio: busca posiciones de los kurdos e hizo incursiones militares en territorio sirio. Incluso deporta a muchos sirios que quieren irse a Turquía de manera sumaria.

En esa situación compleja, un caso más quizás fue traspapelado. Sabemos que las autoridades turcas pidieron información sobre Diyab a Brasil y Uruguay fue informado por ser el país de residencia de él. Sin embargo, no se sabe dónde está.

Me parece importante señalar el silencio del Gobierno uruguayo, porque esto sucedió aparentemente hace un mes. No sabemos en qué momento el Gobierno se enteró, pero curiosamente emitió un comunicado recordando que Diyab, por condición de refugiado, tiene confidencialidad. Es curioso porque en estos años el tema ha sido público: los dos gobiernos han hablado de esto, se han dado conferencias de prensa.

Diyab no pierde su calidad de refugiado en Uruguay por salir del país, a menos que las autoridades lo decidan. Uruguay no puede impedir que un refugiado salga del país. Debió ser deportado a Uruguay.

Hay un principio internacional de no devolución que si una persona ingresa al territorio de un Estado y peligra su vida o libertad en su país de origen, no puede ser devuelto.

Creo que lo que quería era volver a Turquía, donde está su familia. Manifestó volver a Siria, pero no en estas condiciones. Él es un disidente del gobierno sirio, hizo cosas en el 2000 antes de irse.

Ser disidente de un régimen autoritario no necesariamente lo hace a uno terrorista.

Él está vigilado y controlado, sin embargo lo han dejado salir. Es una manera de saber qué está haciendo y con quién está en contacto.

El exrecluso de Guantánamo Diyab quiere instalarse en Rivera: "Cambió la idea de irse por integrarse"

La periodista Diana Cariboni afirmó que "el Gobierno no estudió seriamente las implicancias" de traer a los seis refugiados.

Los exprisioneros de Guantánamo refugiados en Uruguay pidieron la extensión del subsidio que reciben. Actualmente cobran 7.500 pesos, pero ninguno tiene un empleo estable. Además, Jihad Diyab transmitió a la Cancillería que quiere radicarse en Rivera, donde espera poner un negocio.

Abordamos el tema junto a la Periodista Diana Cariboni (acaba de publicar el libro “Guantánamo entre nosotros”) y Christian Mirza, nexo entre el gobierno y los refugiados de Guantánamo.

Christian Mirza

Diyab pidió retomar el contacto conmigo. Me movió un poco la solidaridad, no sé, tras un año de haber suspendido el diálogo. Ahora retomé esa función.

Me parece que tiene un cambio de actitud. Aquella idea de irse de Uruguay cambia por un intento de integrarse a la sociedad uruguaya.

Yo propuse la continuidad del programa, no ellos: me parece entendible si no hay una inserción laboral de manera estable.

Estados Unidos se sacó un problema y nunca asumió una responsabilidad.

Diyab no tiene inconvenientes para ir a Rivera, porque forma parte de Uruguay. ¿Por qué ahí? Porque allí hay una comunidad árabe mucho más extendida que acá.

El Gobierno les dijo que viniera, que les iban a dar responsabilidades para encontrar su lugar.

Diana Cariboni

El Gobierno de Mujica no previó nada para la inserción. Lo único que hizo fue hablar con el PIT-CNT y pedirle que se hiciera cargo durante los primeros meses. Después, llegó el Gobierno de Vázquez, que decidió que entrara al programa de refugios. Y esa relación con los seis ha sido muy compleja y llena de problemas.

Seguramente la extensión del programa y la ayuda pueda ser un alivio. Pero el Gobierno, a esta altura, a tres años, debería tomar una decisión de resolverles el problema laboral de fondo.

El Gobierno uruguayo no estudió seriamente las implicancias de traer a estos seis hombres a Uruguay. Además de la cuestión humanitaria o el gesto de que Uruguay asumiera esto en la región, atrás de eso tenía que haber una preparación de un montón de cuestiones. Hubo muchas cosas ausentes que marcaron muchas cosas. Son personas que vienen de una cultura diferente y de haber vivido una situación muy compleja en Guantánamo.

Hubo situaciones de discriminación, en particular con uno de ellos, que hizo un gran esfuerzo por formarse. Pasó todas las pruebas necesarias para ingresar a varios empleos, pero, a último momento, su pasado en Guantánamo fue lo que pesó.

El Gobierno uruguayo no se comprometió forlmamente a establecer una vigilancia. Pero el plan de Obama para el cierre de Guantánamo establece exigencias de seguridad, de control, de monitoreo, y, en lo posible, restricciones de viajes. Diyab está condenado a vivir en el Uruguay.