El fotógrafo y arquitecto, Mauricio Pizard, coautor de este nuevo libro y fundador del proyecto Garage Gourmet adelantó detalles de la investigación culinaria que realizaron.
Ya empezaron los primeros fríos y es un excelente momento para disfrutar de una buena comida de olla: un guiso, una buseca o un puchero. Estos platos tan característicos de nuestra gastronomía ahora se encuentran en un libro, Ollas, que salió en abril e incluye recetas y piques para disfrutar en invierno.
Lo que explicamos es que cambiaron los hábitos de la humanidad. Cuando el hombre se empieza en los asentamientos humanos quiere cocinar los cereales que cultivaba y eso se suma a cocinar en la olla de barro. Eso se fue dando en esa época, hace 10.000 años. No somos chefs, buscamos lo antropológico, lo cultural, lo familiar de la olla.
El Uruguay tiene una materia prima muy buena, como las carnes, y no necesita demasiada elaboración. En Europa, por ejemplo, con las guerras, tenían que echar mano a los raíces de tercera categoría. La comida en Uruguay viene de la mano de corrientes inmigrantes, de la buseca, el guiso y el locro. También trajeron hortalizas como el repollo.
A medida que íbamos investigando veíamos que muchas cosas que parecían tradicionalmente uruguayas no lo eran.
Hablamos de todas las dimensiones que tiene la olla. No solo lo mitológico, en la literatura, sino también las dimensiones sociales, con cómo se organizan los barrios con el alimento, también visto en el caceroleo como medio de protesta. Lo doméstico sale a lo público para protestar, se manifiesta.
La buseca o el puchero son la comida de olla por excelencia con todo lo que tengas, como verduras de estación, carne o embutidos.