Japón autorizó el desarrollo de órganos humanos en animales

El gobierno japonés dio a conocer que sus científicos intentarán desarrollar órganos humanos en el interior de animales. 

Es el primer país del mundo que permitirá este tipo de ensayos, que dividen a la ciencia por razones éticas.

Pero antes de conocer los detalles acerca de cómo se harán estos trabajos, hablemos de las IPS.

Este controvertido ámbito del campo de la investigación consiste en implantar células madre humanas, conocidas como "iPS",  en embriones animales modificados, informó la agencia AFP.

Las iPS son capaces de producir cualquier tipo de célula según la parte del cuerpo en la que sean implantadas y de esta forma serán la base para la creación de un órgano en particular.

Este es solamente el primer paso en un largo camino que podría conducir a la fabricación de órganos humanos en el interior de animales y destinados a ser trasplantados.

Hasta el pasado marzo, la ley en Japón obligaba a destruir los embriones en los que se hubieran introducido células humanas al cabo de dos semanas, y prohibía que embriones de ese tipo fueran implantados en úteros de animales para que se desarrollaran. Pero la ley cambió y estos trabajos, dirigidos por el genetista de la universidad de Standford Hiromitsu Nakauchi, son los primeros en obtener la autorización de las autoridades japonesas.

Ahí veíamos un poco cómo funciona esta nueva tecnología aplicada a la salud. La comunidad científica trabajó 10 años para que se habilitaran los permisos.

La investigación en este caso consistirá en desarrollar embriones de animales como ratones, ratas o cerdos a los que le falte un cierto órgano, por ejemplo, un páncreas.

A esos embriones se les van a implantar las células humanas con el objetivo de hacer que se multiplique y así formar el páncreas ausente.

Después, los embriones serán introducidos en el útero de un animal, donde teóricamente se desarrollarán hasta generar un páncreas humano plenamente operativo.

Hasta ahora algunos trabajos preliminares arrojaron resultados prometedores, como la creación de páncreas de ratón en ratas.

Estos órganos reimplantados en ratones funcionaron con normalidad, regulando el nivel de glucosa en ratones diabéticos.

Hay otros científicos que dicen lo contrario. Aunque se hayan hecho estudios de prueba con roedores, asegurar la distancia genética entre un ser humano y un cerdo no es tan fácil.

Se estima que los estudios demorarán uno o dos años más en avanzar a resultados concluyentes.

Por último, están las cuestiones éticas.  Los expertos en ética temen que este tipo de procedimientos salgan mal y dejen en un limbo a los animales.

Expertos científicos subrayan que calificar este proceso de creación de "híbridos humano-animal" es errónea.

El profesor a cargo de los experimentos aseguró que su equipo será precavido y que en la primera fase no llevará los embriones hasta el término de su gestación.