El encuentro entre el Charleroi y Oostende, en Bélgica, fue interrumpido por una acción solidaria de los hinchas.
Minutos antes de que el árbitro ordenara el inicio del juego y con los futbolistas ya listos para comenzar, la gente obligó a postergar todo al desatar una lluvia de ositos de peluches.
Fue por una buena causa: una campaña para repartir dichos juguetes en hospitales, orfanatos y niños de bajos recursos de la ciudad durante la próxima Navidad.