Theresa May: acuerdo de Brexit con laboristas requerirá de "compromisos" mutuos

El acuerdo ha sido rechazado en tres ocasiones por los parlamentarios. 

La primera ministra británica, Theresa May, acusada a menudo de inflexible, admitió el domingo que para alcanzar un acuerdo para Brexit con la oposición harán falta "compromisos" de ambas partes.

En un momento de gran debilidad, May inició negociaciones esta semana con la principal formación de oposición, el Partido Laborista, en un intento de poner fin a meses de crisis política por la falta de apoyo al acuerdo de divorcio que alcanzó con la Unión Europea.

El acuerdo ha sido rechazado en tres ocasiones por los parlamentarios.

Sin embargo, después de varios días de conversaciones, el Partido Laborista se quejó de que el equipo de May se mantenía inflexible sobre su plan.

Además, las negociaciones indignaron a algunos conservadores que preferirían no ver al líder izquierdista Jeremy Corbyn implicado en la solución al embrollo del Brexit.

"Necesitamos alcanzar un acuerdo y por eso hemos estado buscando nuevas formas de hallar un consenso en el parlamento", se justificó May en un video hecho público este domingo.

"Hay muchas cosas en las que no estoy de acuerdo con el Partido Laborista (...), pero creo que estamos de acuerdo en algunas cosas en el Brexit (...), por eso estamos hablando".

Sobre las perspectivas de llegar a un acuerdo, la primera ministra agregó: "exigirá compromisos de ambas partes".

A May se le agota el tiempo para que su país salga de manera ordenada y acordada de la UE tras 46 años de membresía.

El miércoles asistirá a una cumbre de la Unión Europea para lograr una nueva extensión del plazo de salida, hasta el 30 de junio, para evitar salir la próxima semana sin acuerdo.

La fecha de partida original del 29 de marzo del país se retrasó el mes pasado hasta el 12 de abril por la incapacidad del parlamento de ponerse de acuerdo.

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Theresa May pide a la Unión Europea un aplazamiento del Brexit hasta el 30 de junio

En una carta al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, enviada cinco días antes de la enésima cumbre extraordinaria sobre el Brexit, May informó de que Reino Unido desea retrasar de nuevo su salida del bloque. 

La primera ministra británica Theresa May solicitó el viernes otro corto aplazamiento del Brexit a la UE que, ante el riesgo de que Reino Unido traslade el caos político de Londres a Bruselas, parece preferir darles más tiempo pero dejándoles permanentemente abierta la puerta de salida.

En una carta al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, enviada cinco días antes de la enésima cumbre extraordinaria sobre el Brexit, May informó de que Reino Unido desea retrasar de nuevo su salida del bloque.

Estaba inicialmente prevista para el 29 de marzo de 2019, pero ante la imposibilidad de que el Parlamento británico aprobase el acuerdo que May negoció con Bruselas, sus socios europeos le habían concedido un poco más de tiempo, hasta el 12 de abril, para hallar una solución.

Los 27 dejaron claro que cualquier nueva prórroga obligaría a los británicos a participar en las elecciones al Parlamento Europeo, del 23 al 26 de mayo, para designar a sus nuevos eurodiputados casi tres años después del referéndum que en 2016 decidió el Brexit por 52% de votos.

Pese a esto, May, que negocia actualmente con el líder opositor laborista Jeremy Corbyn en busca de un consenso que saque al país del bloqueo, propuso que la nueva ampliación se "termine el 30 de junio de 2019".

Downing Street sigue queriendo hallar una salida antes de la constitución de la nueva Eurocámara a principios de julio, y poder llevar a cabo la retirada "lo antes posible", sin agotar el nuevo plazo, aunque ello signifique iniciar una campaña para las elecciones europeas que se interrumpa antes de llegar a término.

- "Tan difíciles como sea posible" -

En opinión de la laborista proeuropea Margaret Beckett, es "una buena noticia" que May acepte una nueva prórroga, pero contrarrestada por la "mala noticia" de que lo hace para "mantener vivos su estrategia fallida y su acuerdo de Brexit".

El Tratado de Retirada que May negoció durante dos años con la UE fue rechazado tres veces por los diputados británicos. Y aunque cada vez la oposición al texto fue menor, la primera ministra, que llegó incluso a proponer su dimisión para obtener el apoyo de los más recalcitrantes euroescépticos dentro de su partido, se ha quedado sin argumentos para ganar respaldo entre unas decenas de conservadores rebeldes.

Por eso se decidió a tender la mano al opositor Partido Laborista, lo que provocó furiosas reacciones de los más duros defensores del Brexit, a quienes tampoco complace la idea de participar en los comicios europeos.

Un líder de los euroescépticos, Jacob Rees-Mogg, llamó a "ser tan difíciles como nos sea posible" si permanecen en Europa. "Podríamos vetar cualquier aumento del presupuesto europeo, obstruir el supuesto ejército de la UE y bloquear los planes integracionistas de (el presidente francés Emmanuel) Macron", tuiteó.

Casi como respuesta, una fuente de la presidencia francesa consideró "prematuro" que Londres pida otro aplazamiento sin tener un "plan claro".

- Prórroga "flexible" -

Aunque Francia es la que lo ha dicho más claro, a otros países les preocupaba también que Reino Unido permanezca mucho tiempo con un pie dentro y otro fuera de la UE por las perturbaciones que esto podría tener en el funcionamiento del bloque.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ya advirtió que si el acuerdo de Brexit no es aprobado antes del 12 de abril, Londres solo puede optar a una salida brutal o a una larga prórroga que la UE acompañaría de condiciones.

En esta línea, Tusk se disponía a someter a los Estados miembros la posibilidad de una extensión de hasta 12 meses pero "flexible", que dejase la puerta abierta para una salida en cuanto Londres logre aprobar un acuerdo.

En opinión de Anand Menon, profesor de política europea del King's College, al "pedir una corta ampliación que sabe que no obtendrá" May está buscando "una coartada política" frente a los conservadores euroescépticos.

"La EU puede obligarla a hacer otra cosa pero al menos nadie la acusará de haberse vendido", afirma.

Por su parte, Paul Breen, profesor de la University of Westminster, se pregunta hasta qué punto la negociación con la oposición puede permitir a May que su acuerdo sea por fin aprobado.

Atrapado entre un gran número de electores laboristas que votaron por el Brexit y la mayoría de sus diputados, que son proeuropeos, "Corbyn no ha tenido realmente tanto poder para moldear nada en el Parlamento", advierte.

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Theresa May reunió a su dividido gobierno para hallar una solución al Brexit que, según la UE, cada vez corre más el riesgo de ser brutal

Esto a diez días de la fecha límite para encontrar una salida.

En el Reino Unido el consejo de ministros se reunió en la residencia oficial de la primera ministra británica, Theresa May, para analizar la posibilidad de convocar a una nueva votación esta semana sobre el acuerdo para la salida de la Unión Europea.

En la jornada de ayer la cámara de los comunes se enfrentó a una nueva jornada de votación de las alternativas al Brexit, pero ninguna obtuvo los votos positivos necesarios.

Las opciones entre las que debían definir los legisladores eran cuatro: abandonar el bloque pero mantener una unión aduanera con la comunidad, mantener al país también dentro del mercado único europeo, llamar a un segundo referéndum sobre la salida o revocar todo el proceso de separación.

Ante la incapacidad del parlamento británico para lograr un acuerdo, el negociador de la Unión Europea dijo que el bloque está preparado para una salida sin acuerdo, lo que consideró muy probable tal y como están las cosas.

“Así no es cómo se va a lograr una salida ordenada”, dijo e insistió  en que la única forma de conseguirla es a través de un acuerdo negociado entre Londres y Bruselas, algo que los diputados británicos ya rechazaron en tres ocasiones.

De no haber acuerdo, el Reino Unido deberá dejar la Unión Europea el 12 de abril, a menos que el gobierno británico informe de un plan alternativo, que necesariamente requerirá de una nueva prórroga.

Diputados británicos buscan una alternativa viable al Brexit de May

La Cámara de los Comunes arrebató al gobierno el control de la agenda parlamentaria para votar sobre ocho propuestas alternativas el pasado miércoles.

Los diputados británicos intentan ponerse de acuerdo este lunes sobre una alternativa viable al acuerdo de Brexit negociado por la primera ministra Theresa May y cuyo repetido rechazado por el Parlamento parece estar agotando la paciencia de sus socios europeos.

La Cámara de los Comunes arrebató al gobierno el control de la agenda parlamentaria para votar sobre ocho propuestas alternativas el pasado miércoles.

Ninguna de ellas logró una mayoría, por lo que este lunes los parlamentario votan de nuevo para elegir entre las más populares, encabezadas por la posibilidad de dejar el país dentro de una unión aduanera con la UE.

El objetivo de la maniobra: salir del actual punto muerto, que se produce ya fuera de la fecha inicialmente prevista para el divorcio -29 de marzo de 2019- y a menos de dos semanas del nuevo límite impuesto por Bruselas para encontrar una solución, el 12 de abril.

"Tenemos esperanza", afirmó el lunes el diputado conservador Nick Boles, uno de los artífices de esta iniciativa. "Lo que cuenta es que alcancemos una mayoría estable en la Cámara de los Comunes, con todos los partidos", dijo a la BBC, recordando que el gubernamental Partido Conservador sufre fuertes divisiones internas sobre el Brexit.

El voto de los diputados solo tiene valor indicativo y May ya advirtió que se opondría a todo resultado que tienda hacia un mercado único o una unión aduanera europea que impida a Londres llevar a cabo una política comercial autónoma tras el Brexit.

Sin embargo, el ministro de Justicia, David Gauke, consideró el domingo que no sería "viable" que el gobierno ignorase la voluntad de los parlamentarios, quienes, por otra parte, ya amenazaron con aprobar de urgencia una proposición de ley para obligar, si es necesario, al ejecutivo a implementar la decisión de la mayoría parlamentaria.

El consejo de ministros se reunirá el martes por la mañana para discutir sobre el resultado de esta votación y decidir si cree posible convocar el miércoles o el jueves una nueva votación sobre el impopular acuerdo negociado por May con Bruselas, que los parlamentarios ya rechazaron tres veces: el pasado viernes, el 12 de marzo y el 15 de enero.

- "Indisciplina en el gabinete" -

May dirige un gobierno muy dividido sobre el Brexit: "este es el peor ejemplo de indisciplina en el gabinete de la historia política británica", dijo en una declaración muy inhabitual Julian Smith, encargado de la disciplina de partido entre los tories.

Pero necesita desesperada encontrar una solución ya que debe presentar sus planes a la UE en una próxima cumbre convocada el 10 de abril en Bruselas por unos dirigentes europeos cuya paciencia se está "agotando", según declaró el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

"El Brexit es un espectáculo lamentable, y lo digo de forma nada diplomática", declaró el ministro alemán de Relaciones Europeas, Michael Roth, este fin de semana.

Por su parte, el eurodiputado Guy Verhofstadt, referente del Brexit en el Parlamento Europeo, llamó el lunes a los legisladores británicos a "encontrar un compromiso hoy y acabar con el caos".

El viernes, May dejó planear la perspectiva de elecciones anticipadas. Pero estas podrían resultar catastróficas para su Partido Conservador. Según un sondeo publicado el domingo por The Mail on Sunday, el Partido Laborista, principal formación de oposición, lideraría el resultado con 41% de los votos, cinco puntos más que la formación gubermental.

May ya había convocado a elecciones anticipadas en junio de 2017, esperando ampliar su autoridad antes de emprender las negociaciones con la UE. Pero el resultado fue un revés y tuvo que aliarse al pequeño partido norirlandés DUP para poder gobernar.

Pese a que volvió a perder la votación del viernes, el acuerdo de May obtuvo el apoyo de más diputados que en las votaciones anteriores. Uno de sus portavoces afirmó que esto es la prueba de que van "en la buena dirección", haciendo pensar que la líder conservadora podría volver a someter el texto a los diputados antes de volver a Bruselas.

Allí, May podría también solicitar un nuevo aplazamiento, más largo, de la fecha de salida pero eso obligaría a Reino Unido a participar en las elecciones europeas de mayo.

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De fracaso en fracaso por el brexit, el futuro de Theresa May como primera ministra pende de un hilo

Su promesa de dimitir si los diputados aprobaban el texto que negoció con Bruselas no bastó para obtener apoyos suficientes.

Determinada y perseverante en la misión de sacar a Reino Unido de la Unión Europea, la primera ministra Theresa May volvió a fracasar el viernes y su futuro político, estrechamente ligado a un impopular acuerdo de Brexit, pende de un hilo.

Su promesa de dimitir si los diputados aprobaban el texto que negoció con Bruselas no bastó para obtener apoyos suficientes, la prueba según sus detractores de que perdió totalmente el control de un proceso que divide profundamente al Parlamento y al país.

"Seguimos trabajando para garantizar que le damos el Brexit al pueblo británico", había afirmado, fiel a su reputación de testaruda, antes de asegurar que dejaría las riendas del partido y del gobierno si lograba por fin su propósito.

Una y otra vez, desde que llegó al cargo en 2016, afirmó que su misión era "cumplir con el resultado del referéndum", que en junio de ese año decidió el Brexit por 52% de votos.

El camino fue difícil pero esta jefa de gobierno de 62 años, que proyecta una imagen de frialdad un poco mecánica, se levantó tras cada golpe que recibió.

Si en esta tercera votación hubiese logrado la aprobación del acuerdo, habría sido "a base de estoicismo y perseverancia", en opinión de Iain Begg, profesor de Ciencias Políticas en la London School of Economics.

Pero ahora se la puede acabar recordando como la dirigente que tuvo que pedir un aplazamiento in extremis de la fecha de salida, arriesgando el futuro del país y el propio Brexit por insistir con su plan pese a la oposición de un Parlamento donde no tenía mayoría.

- Supervivencia y determinación -

May llegó al poder en las caóticas semanas posteriores al referéndum, cuyo resultado provocó la dimisión del conservador David Cameron, de quien fue ministra del Interior durante seis años.

Pese a ser euroescéptica, se había pronunciado a favor de la permanencia en la UE, pero se implicó poco en la campaña y lo hizo insistiendo en la necesidad de limitar la inmigración.

Solo un año después de llegar a Downing Street, convocó unas catastróficas elecciones legislativas anticipadas destinadas a fortalecer su posición en las que, sin embargo, acabó perdiendo la mayoría absoluta y quedó dependiente del apoyo del pequeño partido unionista norirlandés DUP para poder gobernar.

Desde entonces los ataques de euroescépticos y proeuropeos de su propia formación la han hecho tambalearse en varias ocasiones.

Varios de sus ministros la fueron abandonando por el pedregoso camino, descontentos con su idea de negociar una estrecha relación con la Unión Europea, entre ellos dos ministros del Brexit, Dominic Raab y David Davis, y el jefe de la diplomacia Boris Johnson.

Pero hasta ahora, May siempre había sobrevivido y seguido adelante convencida de que su plan era "el mejor para Reino Unido".

- "Una mujer difícil" -

Theresa Brasier --su nombre de soltera-- nació el 1 de octubre de 1956 en Eastbourne, ciudad costera del sureste del país.

Tras estudiar geografía en la Universidad de Oxford, donde conoció a su esposo, Philip, y trabajar brevemente en el Banco de Inglaterra, dio sus primeros pasos en política en 1986, año en que fue elegida concejala del distrito londinense de Merton antes de convertirse en diputada en 1997.

De 2002 a 2003 fue la primera mujer en ocupar el cargo de secretaria general de su formación.

La propia May se describió una vez como "una mujer jodidamente difícil", y su actual ministro de Relaciones Exteriores, Jeremy Hunt, advirtió hace unos meses: "No subestimen a Theresa May".

Aunque sus enemigos la han acusado de tener poca altura de miras, todos coincidían en su laboriosidad.

"Es muy diligente, muy trabajadora, se sumerge en los detalles, es bastante tecnócrata, muy dura, y puede ser tozuda", explicó a la AFP el exlíder liberaldemócrata Nick Clegg, que fue viceprimer ministro del gobierno de coalición de Cameron.

"Todas estas cosas son cualidades bastante buenas en un político del gobierno", reconocía Clegg. Pero "nunca vi realmente en ella mucha imaginación, ni flexibilidad, ni instinto, ni visión".

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La primera ministra británica Theresa May dejará su cargo antes de la "próxima fase de negociación" con la UE si avanza el Brexit

Ante esto, los legisladores tomaron el control de la agenda de debates.

La primera ministra británica Theresa May anunció este miércoles a los diputados conservadores que, si se aprueba su acuerdo del Brexit, dejará el cargo antes de la "próxima fase de negociación" con la Unión Europea.

May, jugó así su última carta en un intento desesperado por salvar su impopular acuerdo de Brexit.

"Sé que existe el deseo de un nuevo enfoque -y un nuevo liderazgo- en la segunda fase de las negociaciones de Brexit, y no me opondré a ello", agregó May con la esperanza de dar un vuelco a la situación en un momento decisivo para el caótico proceso de salida de la UE.

Tras acordar con las autoridades británicas un corto aplazamiento en la fecha del Brexit, inicialmente prevista para este viernes 29, la UE advirtió que si el Reino Unido no adopta el acuerdo esta semana deberá presentar un plan B antes del 12 de abril.

Ante esta perspectiva, los diputados tomaron el control de la agenda de debates y trataron posibles alternativas que van desde negociar una unión aduanera con la UE hasta convocar un segundo referéndum, pasando por la anulación pura y dura de todo el proceso.

Theresa May: acuerdo de Brexit sigue sin contar con apoyo suficiente para volver a someterlo a votación

"Tal y como están las cosas, todavía no hay suficiente apoyo en la cámara para volver a presentar el acuerdo para un tercer voto", afirmó May.

La primera ministra británica, Theresa May, afirmó el lunes ante la Cámara de los Comunes que el controvertido acuerdo de Brexit que negoció con Bruselas sigue sin contar con un apoyo suficiente para volver a someterlo a votación.

"Tal y como están las cosas, todavía no hay suficiente apoyo en la cámara para volver a presentar el acuerdo para un tercer voto", afirmó May.

La líder conservadora aseguró sin embargo que no desiste en su intención: "Sigo manteniendo conversaciones con colegas de toda la cámara para conseguir apoyo para que podamos organizar la votación esta semana".

Tras el referéndum de junio de 2016 en que 52% de británicos votó a favor del Brexit, Reino Unido debía abandonar el bloque este viernes, 29 de marzo.

Sin embargo, después de que los diputados rechazaran dos veces -en enero y marzo- el acuerdo negociado por May con Bruselas, Londres decidió pedir una prórroga a la UE.

Los 27 aceptaron la semana pasada pero con condiciones: el Brexit se aplazará al 22 de mayo si el Parlamento aprueba el acuerdo esta semana, de lo contrario Reino Unido deberá presentar una solución alternativa antes del 12 de abril o abandonar la UE de forma brutal.

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May pidió una corta prórroga del Brexit a la Unión Europea; Francia se mostró contraria al aplazamiento

Algunos de los otros 27 líderes europeos, que deben aprobar esta solicitud por unanimidad, reaccionaron a la noticia de forma dispar. 

La primera ministra británica, Theresa May, pidió el miércoles a sus escépticos socios europeos un corto aplazamiento de la fecha de salida de la UE para volver a someter su acuerdo de Brexit a unos diputados que ya lo rechazaron dos veces.

May anunció ante el Parlamento haber escrito al presidente del Consejo Europeo Donald "Tusk informándole de que Reino Unido desea una extensión del Artículo 50 (que rige la salida de un país miembro, ndlr) hasta el 30 de junio".

Argumentando que "los ciudadanos de este país llevan casi tres años esperando", desde el referéndum de 2016 en que 52% de británicos votó a favor del Brexit, un portavoz de Downing Street había anunciado previamente que May "no pedirá un largo aplazamiento".

En su carta a Tusk, la líder conservadora británica explica cómo piensa utilizar ese tiempo adicional: "sigue siendo mi intención volver a presentar el acuerdo al Parlamento (...) lo antes posible".

Algunos de los otros 27 líderes europeos, que deben aprobar esta solicitud por unanimidad, reaccionaron a la noticia de forma dispar.

Un portavoz de la canciller alemana Angela Merkel se congratuló de que Reino Unido haya presentado por fin "una petición clara". Pero el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, consideró que "la carta de Theresa May no soluciona el problema, solo aplaza la solución".

Francia fue más dura. El jefe de su diplomacia afirmó que se opondrá a conceder una prórroga si la primera ministra británica no presenta "al Consejo Europeo garantías suficientes sobre la credibilidad de su estrategia".

Si Londres no logra un aplazamiento, y dado que el acuerdo cerrado entre el gobierno británico y las autoridades europeas fue rechazado dos veces por el Parlamento de Westminster, la "opción por defecto" sigue siendo una salida brutal el 29 de marzo.

Preocupados ante esta posibilidad, que tendría graves consecuencias económicas, los responsables de la City de Londres, corazón financiero de la capital británica, llamaron a los "políticos de ambos lados del Canal de la Mancha a ser pragmáticos y cooperar".

"Instamos a la UE a que acepte una prórroga. Pero incluso si esto se logra, no debería simplemente servir para tapar las grietas, ya que podemos volver a encontrarnos rápidamente al borde del abismo", dijo Catherine McGuinness, responsable de la City of London Corporation, al tiempo que la cotización de la libra caía con fuerza.

- Debate de emergencia -

También los diputados británicos reaccionaron con indignación: la Cámara de los Comunes convocó un "debate de emergencia" sobre el aplazamiento a partir de las 15h50 (locales y GMT).

"Theresa May está desesperada una vez más por imponer una elección binaria entre su acuerdo y un Brexit sin acuerdo, a pesar de que el Parlamento descartó claramente ambas opciones la semana pasada", lanzó el laborista Keir Starmer.

Otros llamaron a May a dejar de insistir y concentrarse en los problemas del país.

"La pobreza es angustiante y hace que algunos maestros no sólo proporcionen alimentos a los niños en el desayuno y el almuerzo, sino que también compren ropa y zapatos, además de recaudar dinero para libros y material", denunció la laborista Roberta Blackman-Woods.

"Así que en lugar de gastar dinero tratando de conseguir que la gente respalde su acuerdo de Brexit ¿Podría pedirle a la primera ministra que por favor lo utilice para abordar la aguda necesidad social en este país?", agregó.

Tras rechazar el Tratado de Retirada por segunda vez la semana pasada, la Cámara de los Comunes votó contra la temida posibilidad de un Brexit sin acuerdo y a favor de pedir una prórroga a Bruselas.

May afirmó entonces que el aplazamiento debería ser "largo" si el país no lograba adoptar un acuerdo antes de la cumbre europea de este jueves y viernes en Bruselas.

Pero esa posibilidad se fue al traste cuando el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, anunció el lunes que el gobierno no podía volver a presentar "la misma propuesta" sin cambios "sustanciales".

Se especuló entonces con la posibilidad de que Londres pidiera 12 o incluso 24 meses más, ante lo que varios de los líderes europeos advirtieron que necesitaban saber con qué propósito.

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Theresa May no puede volver a presentar "el mismo" acuerdo de Brexit al Parlamento

Así, para que los diputados vuelvan a votar sobre la cuestión, May debe presentar algo "sustancialmente" diferente, subrayó el presidente de los Comunes.

Theresa May no puede volver a presentar a votación en el Parlamento "el mismo" acuerdo de Brexit que fue rechazado, dictó el lunes el presidente de los Comunes, frustrando los planes de la primera ministra a 11 días de la fecha fatídica de salida de la Unión Europea.

Según una larga tradición parlamentaria, "el gobierno no puede legítimamente volver a someter a la cámara la misma propuesta o sustancialmente la misma propuesta que la semana pasada fue rechazada por 149 votos", afirmó el presidente John Bercow ante la perspectiva de "una tercera o incluso una cuarta" votación del texto.

Así, para que los diputados vuelvan a votar sobre la cuestión, May debe presentar algo "sustancialmente" diferente, subrayó.

Cuando se acerca peligrosamente el 29 de marzo, día en que Reino Unido debe abandonar la Unión Europea, la jefa de gobierno querría volver a someter esta semana el mismo texto a los diputados, que ya lo tumbaron estrepitosamente dos veces, a mediados de enero y el pasado martes.

Y el lunes, amenazando con un "largo" aplazamiento que puede ser fatal para el proceso, seguía luchando por obtener el apoyo de los diputados euroescépticos cuando llegó la decisión de Bercow, que dio así un nuevo giro teatral a un drama político que parece no tener fin.

En una atmósfera de total improvisación, May buscaba organizar una nueva votación el miércoles a más tardar para llevar su resultado a la cumbre europea que el jueves y el viernes se celebra en Bruselas.

Ahora, no tendrá materialmente tiempo de agregar nada nuevo como hizo la última vez, cuando se sacó in extremis de la chistera unas "garantías legalmente vinculantes" de Bruselas para "mejorar" el acuerdo que había sido rechazado en enero.

Y los líderes europeos, manifiestamente frustrados con este surrealista bloqueo que atribuyen a la política interna británica, ya advirtieron que no están dispuestos a reabrir la negociación de un acuerdo que consideran "el mejor posible, el único posible".

- Pedir un aplazamiento -

El Parlamento había descartado el pasado miércoles la posibilidad de que el país salga brutalmente de la UE sin un acuerdo dentro de 11 días. Y May había puesto sus esperanzas de éxito esta semana en la presión que eso ejercía sobre los más duros partidarios del Brexit.

"Un Brexit sin acuerdo es mejor que un mal acuerdo, pero un mal acuerdo es mejor que quedarse en la Unión Europea", reconoció el lunes por la mañana a la radio LBC el conservador Jacob Ress-Mogg, jefe de filas del principal grupo euroescéptico en el Parlamento.

Por el contrario, el excanciller Boris Johnson, uno de los principales rivales de May, había llamado a pedir nuevas concesiones, ignorando el insistente mensaje de la UE sobre la imposibilidad de más negociaciones.

"Hay una cumbre europea esta semana. No es demasiado tarde para aportar verdaderos cambios (...) sería absurdo intentar celebrar la votación antes de que se haya intentado" conseguir algo nuevo, escribió en su columna semanal en portada del Daily Telegraph.

May advirtió la semana pasada que si no lograba la aprobación del texto antes de la cumbre europea, los diputados, que el jueves votaron a favor de pedir una prórroga, debían prepararse para un largo aplazamiento de la fecha de salida de la UE.

Pero Bruselas ya advirtió que para aprobarlo, los 27 necesitan conocer cuánto tiempo adicional quiere Reino Unido y para qué.

Hasta la decisión de Bercow, también los responsables europeos habían esperado que el Parlamento británico aprobase el texto esta semana.

Sería "lo ideal", dijo el ministro español de Relaciones Exteriores, Josep Borrell, al llegar a una reunión de cancilleres en Bruselas". "De lo contrario, mucho me temo que esto se va a alargar más de la cuenta", afirmó.

Sumando tensión a la incertidumbre reinante, un alto responsable europeo afirmó que técnicamente Londres podría presentar un solicitud de aplazamiento hasta "una hora antes" del Brexit, previsto a las 11h00 GMT del 29 de marzo.

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Unión Europea está decidida a no reabrir el acuerdo del Brexit pese a la presión de la primera ministra británica

Theresa May obtuvo el apoyo de los diputados británicos, que habían tumbado estrepitosamente su acuerdo con Bruselas, para reabrir la negociación con una Unión Europea más que reticente.

La Unión Europea (UE) se mostró este miércoles decidida a no reabrir el acuerdo del Brexit alcanzado, pese a la presión de la primera ministra británica, Theresa May, que busca una renegociación enarbolando el "mandato" de su parlamento.

La 'premier' conservadora debe hablar por la tarde con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, aunque el pulso parece perdido de entrada, máxime cuando en la UE se oyen voces contrarias a reabrir un difícil proceso que duró casi año y medio.

"El acuerdo de divorcio no se renegociará", dijo ante la Eurocámara el titular de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en la línea de lo dicho ya por Irlanda, Alemania o Francia. La UE considera el acuerdo como el "mejor y único posible".

Un portavoz de la 'premier' quitó hierro a las palabras de sus socios europeos y defendió la reapertura del acuerdo "para conseguir el apoyo parlamentario", ya que "la UE dice que quiere que Reino Unido salga con un acuerdo" y el actual ya fue rechazado en Westminster.

El punto del acuerdo de divorcio que provoca más rechazo entre los diputados británicos es el 'backstop', un mecanismo de último recurso destinado a evitar una frontera entre Irlanda y la británica Irlanda del Norte y preservar el acuerdo de paz de Viernes Santo de 1998 que puso fin a tres décadas de enfrentamientos.

La Cámara de los Comunes lo rechazó el 15 de enero y, en otra prueba de su incapacidad para acordar una solución alternativa, los diputados apoyaron el martes la propuesta de la 'premier' consistente en pedir a la UE que revise este mecanismo.

- 'Solución realista' -

El negociador europeo Michel Barnier defendió ante la Eurocámara el 'backstop' acordado y al que tanto el gobierno británico de May como sus 27 socios habían dado su visto bueno en noviembre. "El 'backstop' no es un dogma, es una solución realista", defendió.

El canciller irlandés, Simon Coveney, había criticado en la mañana el cambio de posición de May, otrora firme defensora del 'backstop'. "Es como decir en una negociación: 'Bueno, o me das lo que quiero o salto por la ventana", apuntó a la radio pública RTE.

El acuerdo cerrado entre Londres y Bruselas, rechazado por el Parlamento británico, preveía que el 'backstop' sólo se aplicaría si no se alcanzaba una solución mejor para el problema norirlandés en el marco de la negociación sobre la futura relación entre ambos.

Barnier dejó entrever así su disposición a renegociar la declaración política, que acompaña el acuerdo de divorcio y fija las bases de la futura relación, para resolver el escollo del 'backstop', si la posición británica evoluciona "desde un simple acuerdo de libre comercio", como el plan actual.

Además de hablar con Tusk, la inquilina del número 10 de Downing Street también conversó con el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, y debe hacerlo también con el primer ministro irlandés, Leo Varadkar.

- ¿Táctica política? -

Ante el incesante rechazo de los líderes europeos a reabrir la negociación cuando faltan menos de dos meses para la fecha prevista del Brexit -el 29 de marzo-, analistas británicos interpretan que el nuevo movimiento de la primera ministra, conocida por una perseverancia, puede ser una mera táctica política.

"La primera ministra utiliza esto para demostrar finalmente a todos, especialmente a sus más recalcitrantes detractores, que el 'backstop' no puede ser renegociado, por lo que tienen que enfrentarse a la verdad de Brexit: o votan a favor del acuerdo, o votan a favor de un segundo referéndum o votan a favor de un Brexit sin acuerdo", dice a la AFP Anand Menon, profesor de Política Europea en el Kings College.

Morten Ravn, profesor de Economía en la University College London, coincide: May "probablemente prevé que no puede cumplir lo que promete y hace esto con la esperanza de que el Parlamento acabe apoyando su acuerdo en el último minuto con el fin de evitar un Brexit sin acuerdo".

Este escenario -que según el Banco de Inglaterra dispararía el desempleo y la inflación, provocaría un desplome de la libra y el precio de la vivienda y casi un 10% de reducción del PIB- es el más temido por todos, especialmente por los dirigentes empresariales.

Mientras tanto, el presidente de la Comisión Europea llamó a prepararse "para todos los escenarios, incluido el peor", es decir la primera salida de un país en la historia de la UE, sin haber logrado alcanzar un acuerdo.

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El Parlamento del Reino Unido vota este martes el acuerdo del Brexit negociado entre Londres y Bruselas

Esto dos años después de que los británicos decidieran en un referéndum, salir de la Unión Europea.

El acuerdo negociado por Theresa May con el presidente del Consejo de la Unión Europea, Donald Tusk, enfrenta una histórica votación en un Parlamento hostil a su aprobación.

La población del Reino Unido decidió la salida de la Unión Europea en un referéndum en junio de 2016 por un ajustado margen de 52 a 48 por ciento, lo que provocó la dimisión del entonces primer ministro, David Cameron.

Luego de sustituirlo en el cargo, Theresa May negoció con la Unión Europea una salida que mantuviera estrechas relaciones comerciales con el bloque, pero dejando de aportar millones al presupuesto europeo y recuperando el control de sus fronteras y políticas migratorias.

El acuerdo no fue fácil y en cada etapa tuvo el rechazo tanto de los políticos británicos proeuropeos, que entienden que las condiciones en las que queda el Reino Unido serán peores que las actuales, como de los antieuropeos, que consideran que hace demasiadas concesiones.

May presentó en la víspera de la votación una carta a los parlamentarios en la que asegura que la Unión Europea no desea que entre en vigor el territorio aduanero único en la frontera entre Irlanda y la británica Irlanda del Norte, uno de los puntos más polémicos de la negociación.

Si el texto del acuerdo para la salida negociada es rechazado por pocos votos, habrá una segunda votación. Si los votos en contra se acercan al centenar, seguramente resulte en una moción de censura. En caso de ser rechazado, el gobierno deberá presentar un plan alternativo en un plazo de tres días. Este nuevo plan podrá ser enmendado por los parlamentarios.

La primera ministra Theresa May trata de evitar un nuevo referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea

La situación política interna complicó las negociaciones del país para el Brexit a pocas semanas de la separación.

Theresa May, anunció que el acuerdo del Brexit que ha consensuado con Bruselas se votará en la Cámara de los Comunes de Londres en la semana del 14 de enero.

La primera ministra informó a los diputados sobre el pasado Consejo Europeo en Bruselas, cuando los líderes comunitarios descartaron renegociar el acuerdo para la salida británica de la Unión.

Durante su intervención May dijo a los parlamentarios que no deberían abogar por un segundo referéndum de Brexit, pues "quebrantaría" la confianza del pueblo en la democracia.

Insistió en que convocar otro plebiscito, tras el que dio la victoria al Brexit en junio 2016, haría un "daño irreparable" a la integridad de la política británica, porque lanzaría el mensaje a los votantes de que "la democracia no funciona".

"No perdamos la confianza del pueblo británico intentando hacer otro referéndum. Otro voto que haría un daño irreparable a la integridad de nuestra política. Porque le diría a esos millones que creyeron en la democracia que nuestra democracia no actúa. Otro voto que no nos dejaría más cerca que el anterior y otro voto que nos dividiría más en el preciso momento en el que deberíamos estar trabajando para unirlo. Otra votación no nos permitiría avanzar más que la anterior y dividiría aún más al país justo en el momento en que deberíamos trabajar para unirlo", argumentó.

Varios ministros del Gobierno conservador han sugerido que la Cámara de los Comunes debería votar sobre distintas opciones para salir adelante, si se rechaza el tratado propuesto por May.

Estas opciones podrían incluir salir de la UE sin acuerdo, tratar de negociar un pacto distinto al logrado por la premier o convocar un nuevo plebiscito.