Ocho meses después del doble homicidio, se inauguró en Quebracho una unidad especializada en violencia doméstica y de género

La dependencia lleva el nombre del Policía que fue asesinado en el marco de un caso de violencia familiar que ocurrió en esa localidad en marzo.

La unidad que atenderá casos de violencia doméstica y de género en Quebracho tiene como particularidad ser la primera que cuenta con nombre. El elegido fue  “Agente (F) Juan Carlos Oviedo Custodio”, en memoria del policía que murió a fines de marzo de este año cuando acudió a atender un caso de violencia familiar en esa localidad y fue asesinado.

En ese momento no existía una unidad en Quebracho que atendiera este tipo de casos, pero el aumento de denuncias por violencia doméstica y el trágico caso que conmocionó a esta localidad hicieron que el Ministerio del Interior instalara una unidad allí.

En Paysandú, las denuncias han ido aumentando paulatinamente; en el año 2015 se realizaron 1.509, en el 2017 se radicaron 2.190 y entre enero y octubre de este año se han realizado 1.665 denuncias de eventos de violencia doméstica y asociados.

La unidad funcionará en el mismo edificio de la Comisaría 6ta.

A ocho meses del múltiple homicidio en Quebracho

A fines de marzo de este año, Quebracho fue testigo de tres muertes que conmocionaron a esa pequeña localidad de casi 3.000 habitantes.

En la madrugada del 28 de marzo, Martín Bentancur, un hombre que era definido por sus vecinos como alguien tranquilo y muy querido en el pueblo, mató a su suegra y a un policía, y luego se suicidó.

La violencia insospechada que desató las muertes comenzó cuando Valeria, esposa de Bentancur desde hacía años, le dijo que la relación había terminado y que tenía una nueva pareja. El matrimonio tenía una hija en común.

Esa noche Bentancur fue hasta la casa de suegra, donde se encontraba su expareja y otros familiares, entre ellos su hija y otros niños. Allí le disparó con una escopeta a  Nelly Goyeneche, que murió en el lugar, y a un policía que intentó persuadirlo de no cometer el asesinato.

Pero su furia no terminó ahí. Armado, fue hasta la casa de la nueva pareja de Valeria pero como no lo encontró incendió la vivienda. Luego permaneció prófugo hasta el 3 de abril cuando su cuerpo fue encontrado a la entrada de las Termas de Guaviyú sin vida.

Antes de morir,  Bentacur entró a la Escuela 75, donde concurría su hija, y le dejó una carta donde le decía que la amaba y le pedía perdón.

A partir de allí Quebracho se dividió: vecinos, amigos y comerciantes que conocían al doble homicida mostraron su apoyo  a él y su familia. Incluso algunos comercios del lugar cerraron  en señal de duelo, algo que no hicieron por la muerte de sus dos víctimas.

Quebracho no estaba preparado para un caso de estas dimensiones. Eso hizo que se articulara de apuro una red de contención de la que participaban Fiscalía, INAU, ASSE y la Intendencia de Paysandú para contener a las tres familias que debían convivir a pocas cuadras de distancia en medio de la tragedia.

En esa localidad tampoco había una unidad especializada en violencia doméstica. El jefe de policía de Paysandú, Luis Mendoza, días después de las muertes, dijo que el trágico caso evidenciaba la necesidad de tener una dependencia para atender estos casos en Quebracho.

Debatimos sobre el triple homicida que fue enviado a prisión

Lo hacemos junto a la psiquiatra Yenny Saad y al licenciado en seguridad pública Robert Parrado.

Así publicó Telemundo la noticia:

El detenido por matar a Koni Silva confesó ese y otros dos asesinatos
El hombre aseguró que mató al productor de arándanos porque la hermana de él le pagó para hacerlo.

El hombre identificado como P.G., de 33 años, declaró durante toda la madrugada en Maldonado por los homicidios de un empresario de arándanos en abril y de su hermana en la jornada pasada; luego fue llevado al juzgado de Rocha por el caso de Koni Silva.

En Maldonado, P.G. fue llevado a la Interbalnearia para la reconstrucción del primero de los homicidios. El asesino aseguró que la hermana del productor de arándanos le pagó $90.000 para que lo matara y poder así quedarse con la herencia. Sobre la muerte de la mujer, el hombre confesó que había discutido con ella luego de que no quisiera proveerle de refugio y dinero para poder seguir escapando de la Policía. Para ese momento, P.G. ya había sido involucrado con el homicidio de Silva.

En cuanto a la joven, el hombre dijo que la asesinó porque ella no quiso tener más sexo con él. Además, confesó que también planeaba matar a su exnovia, quien le había dado dinero para ayudarlo a huir.