Aumentó detección de casos de abuso y maltrato: uno de cada cinco niños es víctima de castigo físico en Uruguay

Hablamos sobre las últimas cifras presentados por el Sipiav con una oficial de protección de Unicef Uruguay y con Ricardo Pérez Manrique.

El Sistema Integral de Protección de la Infancia y la Adolescencia contra la Violencia (SIPIAV) registra cada día en promedio siete situaciones de violencia a menores. En el 2016 hubo un incremento de casos que prendió luces de alarma en las autoridades: hubo 39% más casos con respecto al año anterior. En total, se registraron 2.647 situaciones.

Para hablar sobre este tema, recibimos en estudios a Lucía Vernazza, oficial de protección de Unicef Uruguay. Además, hablamos desde el móvil con  Ricardo Pérez Manrique, ministro de la Suprema Corte de Justicia.

Lucía Vernazza

Lo que aumentaron fueron los casos detectados por el Sistema Integral de Protección a la Infancia y a la Adolescencia contra la Violencia (SIPIAV): eso no habla necesariamente de prevalencia, sino de cómo está funcionando el sistema. Creo que el país ha avanzado mucho en este tema desde que se fundó Sipiav. El Sipiav capta y detecta las situaciones. No se puede decir que aumentó el abuso sexual porque el Sipiav detecta más casos, sino que el sistema funciona mejor.

Hay más información disponible. Pero no tenemos contra qué comparar antes, solo con datos de prevalencia. El maltrato y la violencia constituyen un delito cuando hay denuncias, pero eso no puede ser equiparado con la prevalencia: hay muchos casos que no se denuncian.

Uno de cada cinco niños en Uruguay es víctima de castigo físico, y ese es un dato muy importante. El avance más importante de los últimos diez años es el fortalecimiento de las instituciones y de los agentes que trabajan con los niños, para poder detectar y despejar las situaciones de violencia. Hay mucho trabajo en Primaria.

En la que encuesta de prevalencia que tenemos se establece que más del 50 % de los adultos establece algún tipo de violencia contra los niños. Hay un nivel bastante alto de tolerancia hacia ciertas prácticas que hace que a veces no veamos algunas cosas.

La visión de la Justicia: hablamos con Ricardo Pérez Manrique, ministro de la Suprema Corte

Ayer escuchamos la cifra del informe de Sipiav. Entendemos que esas cifras tienden a confirmar tendencias que se aprecian desde el trabajo judicial: todas estas cuestiones de abuso o maltrato provienen del núcleo más íntimo de los niños. El aumento en el proceso de detección temprana de conductas de los niños que permiten denotar la existencia de abuso, maltrato o negligencia es lo que lleva a que estas cifras aumenten.

El fenómeno es mucho más grande de lo que parece. Mejorar las cifras implica más casos que se atienden y menos niños que quedan desamparados.

Tenemos dificultades de distinto tipo. Desde el año pasado tenemos un equipo especializado en abuso sexual. Pero sigue habiendo dificultades con la carencia de equipos técnicos en el interior del país, incluso en Montevideo querríamos tener un equipo especializado que trabajara con cada juez.

Es muy difícil de visibilizar el maltrato emocional, por lo tanto son muy difíciles las pruebas. La negligencia tiene un delito específico, que es la omisión de deberes inherentes a la patria potestad: un padre abandona, se desentiende de sus obligaciones respecto de su hijo de una manera dolosa.

Lucía Vernazza

La negligencia tiene mucho que ver con madres que se quedan solas, son mujeres muy vulnerables, en situaciones de pobreza o violencia, en las que hay salir a trabajar o mendigar, y dejan muchas horas solos a esos niños.

Se ha avanzado mucho, pero queda mucho por hacer. Un dato importante es la cronicidad de la violencia: de los casos que se captan hoy en día, más del 90 % ya es violencia crónica, que ya está instalada. Eso implica que estamos llegando tarde, a una etapa en la que ya es necesaria una reparación. Además, lleva a que ya sea algo naturalizado.