“Todas las víctimas hacen referencia a que lo más complejo, además de atravesar el proceso penal, es el día después”, afirmó Mariela Solari.
A comienzos de año, la Fiscalía General de la Nación creó la Unidad de Víctimas y Testigos, de cara a la aplicación del nuevo Código del Proceso Penal. En el nuevo modelo las víctimas pasaron a tener un rol más protagónico que en el sistema anterior. Esta flamante unidad intervino recientemente en los trágicos casos de las niñas Valentina y Brissa, por ejemplo.
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Abordamos el tema junto a Mariela Solari, directora de la Unidad de Víctimas y Testigos de la Fiscalía de la Nación.
A partir de la implementación del nuevo CPP, se establece a la Fiscalía la competencia de proteger y atender a las víctimas. Antes las víctimas eran tratadas como un objeto de prueba: hacía la denuncia o un hecho delictivo irrumpía en su vida y a partir de eso estaba su primera declaración, y ahí quedaba el proceso. La persona no tenía información, que en muchos casos era muy sensible.
Hoy se plantean derechos específicos para la víctima. Las víctimas tienen derecho a ser oídas, a poder reunirse con el equipo fiscal que investiga, a tener atención y contención en los primeros momentos.
La unidad tiene el cometido de trabajar junto a los equipos fiscales y la Policía desde el primer momento, para el armado de la red de contención y apoyo para que la víctima pueda ejercer el derecho que tiene en el proceso penal.
Las personas necesitan de una contención para poder entender y sostener lo que va a suceder. Contamos con asistentes sociales e ingresarán psicólogos y abogados.
Más allá de lo que está escrito en el código, acá se tratan de cambiar pautas y prácticas de trabajo que están instaladas hace muchos años, pero que nadie las hace con la intención de revictimizar.
Todas las víctimas hacen referencia a que lo más complejo, además de atravesar el proceso penal, es el día después. Es importante reconstruir esa red que después sostenga a esas personas y a sus familias.