A 40 años del virus del sida: el ejemplo perfecto de la desinformación científica

La asociación francesa Sida Info Service aseguró que incluso en 2023 reciben llamadas de personas que se preguntan sobre los orígenes del virus o creen que las terapias están destinadas a hacer ganar dinero a los laboratorios.

Desde las operaciones de desinformación de la KGB hasta los falsos remedios promovidos en internet, y pasando por la censura del Vaticano, la historia del sida está marcada por teorías conspirativas y desinformación científica.

A esto se le suma un recrudecimiento de la información falsa vinculada a la salud a raíz de la pandemia del Covid-19, según organizaciones que monitorean estos datos. Aunque en los últimos 40 años los cuestionamientos sobre la existencia del virus VIH "siempre han estado ahí", éstos fueron reactivados por "las redes sociales" y la pandemia.

La asociación francesa Sida Info Service aseguró que incluso en 2023 reciben llamadas de personas que se preguntan sobre los orígenes del virus o creen que las terapias están destinadas a hacer ganar dinero a los laboratorios.

"Lo fascinante de las teorías conspirativas es que no evolucionan, solo se propagan", agregó un especialista en psicología social de la universidad estadounidense de Connecticut. Según él, "la desinformación está congelada y no se adapta a los avances científicos". Porque la desinformación sobre el sida es tan antigua como la propia enfermedad.

Ya en 1983, en plena guerra fría, el KGB organizó la operación "Infektion", destinada a hacer creer que el sida fue desarrollado en un laboratorio secreto en Estados Unidos, un rumor difundido por todo el mundo durante casi diez años.

Los especialistas observaron que "siempre es el mismo escenario. Ante lo desconocido hay que encontrar certezas, y no se le da tiempo a la ciencia". Esto explica por qué estas teorías se parecen mucho a las que circularon durante el Covid.

"Con cada epidemia mortal surge la idea de que es conveniente para alguien, y cada uno ve en ella al enemigo. En el caso del sida, se dice que los países ricos quieren erradicar a los pobres, o bien que los laboratorios buscan hacer dinero", detalló el experto.

Los desinformadores también promueven remedios falsos, que, según ellos, son mucho más eficaces que los medicamentos "asesinos" de las grandes farmacéuticas, elaborando así una retórica peligrosa.

En el caso del sida, la dimensión sexual de la transmisión del virus reforzó el estigma y la desinformación. A la enfermedad se la llamó durante años el “cáncer gay”.

Hoy, 40 años después del descubrimiento del VIH, "el principal problema es el desconocimiento del virus, especialmente entre los jóvenes", apuntaron los investigadores.


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