ALMA: el mayor telescopio del mundo cumple 10 años revelando secretos del universo

Las señales de las antenas que componen ALMA se juntan a través de una supercomputadora, que aplica modelos matemáticos para obtener una única imagen combinada de todas ellas y que luego los astrónomos pueden analizar para sacar algunas conclusiones.

El radiotelescopio ALMA es uno de los más grandes del mundo y está situado a 5.000 metros de altitud en el Desierto de Atacama. Esta semana, el revolucionario invento cumple diez años de vida, un tiempo en el que reveló numerosos secretos del cielo, como por ejemplo la primera fotografía de un agujero negro jamás registrada por la Humanidad.

En un altiplano árido de colores marrones, rodeados de picos rocosos, decenas de gigantes metálicos blancos rompen el paisaje y mueven sus enormes cabezas circulares hacia distintas direcciones en el cielo: son las 66 antenas de ALMA que conforman el telescopio más ancho del mundo.

En su primera década de observaciones, ALMA avanzó, por ejemplo, en el conocimiento sobre la creación de nuevos planetas, el origen de la vida en otros puntos del universo o los agujeros negros supermasivos.

"Las antenas las podemos ubicar en distintas posiciones, de forma que podamos ampliar el telescopio o hacerlo más compacto según las necesidades científicas. Si las alejamos las unas de las otras, obtenemos más detalle, pero menos amplitud en la imagen, y viceversa, como con un zoom de una cámara", explicó a la agencia EFE el coordinador de comunicaciones del observatorio.

Las señales de las antenas que componen ALMA se juntan a través de una supercomputadora, que aplica modelos matemáticos para obtener una única imagen combinada de todas ellas y que luego los astrónomos pueden analizar para sacar algunas conclusiones.

ALMA es posible gracias al trabajo conjunto de una veintena de países -entre ellos Estados Unidos, Europa, Japón o Chile-, una colaboración que también se da entre varios grandes observatorios situados en distintos puntos del planeta y que hace posible llegar a descubrimientos astronómicos singulares.

A menudo, ALMA trabaja con otros observatorios a lo largo y ancho del planeta, conectando sus señales para crear un enorme telescopio del tamaño de la Tierra.

Así se consiguió, por ejemplo, la primera fotografía nunca antes hecha de un agujero negro, juntando las señales de distintos observatorios del planeta y creando el equivalente a un telescopio de miles de kilómetros de diámetro mediante la misma técnica con la que ALMA combina las señales de sus antenas, conocida como interferometría.

ALMA fue una revolución para la astronomía de hace una década, pero la comunidad científica ya trabaja en mayores telescopios que expandan las fronteras del conocimiento que el mismo observatorio chileno pudo traspasar.

No obstante, ALMA prepara una renovación profunda de sus sistemas para 2030: sustituirá su superordenador y varios componentes de sus antenas, para agilizar el trabajo del observatorio y aumentar la nitidez de los datos que consigue.

Uno de los puntos fuertes del observatorio chileno es su capacidad para captar componentes químicos en el universo, y las mejoras en la maquinaria aumentarán esa potencialidad.

Hacia 2030, ALMA busca duplicar su capacidad de captar imágenes y lograr que sus hallazgos tengan un mayor detalle.

 


Las Más Vistas