Como parte de un intento por rescatar a la industria en su peor momento, el mayor fabricante de aviones comerciales del mundo presentó sus primeros prototipos.
El hidrógeno es el elemento químico más abundante del universo porque forma a nueve de cada diez átomos.
El hidrógeno se presenta siempre en estado gaseoso. Con este gas, los científicos aseguran que podrían generarse desde pilas hasta circuitos energéticos, pero como alternativa energética todavía está muy verde.
De todas formas, algunos países como Holanda ya están empezando a invertir. También están diseñando políticas públicas para incentivar el mercado de hidrógeno.
En el medio de todo esto está la industria aeronáutica porque cerca del 3% de las emisiones mundiales de carbono las liberan los aviones.
Estamos en un contexto de creciente presión por parte de la opinión pública. La preservación del medio ambiente se coló en la conversación política, cultural, empresarial y ahora también está metida de lleno en la empresarial. Es por eso que Airbus, el mayor fabricante de aviones del mundo, presentó esta semana tres prototipos de avión propulsados con hidrógeno. La empresa espera poner en servicio un aparato comercial de cero emisiones en 2035 en un intento de avanzar rápidamente hacia la "descarbonización" del transporte aéreo.
"Esperamos desempeñar un rol de primer plano en la transición más importante que va a conocer nuestra industria" aseguró el presidente ejecutivo de Airbus.
El constructor europeo estudia tres conceptos de aparatos, todos propulsados con hidrógeno y designados con el nombre "ZEROe", por "cero emisiones". El motor de hidrógeno no emite contaminantes porque solo produce vapor de agua.
El primero es un turborreactor con capacidad para entre 120 a 200 pasajeros y una autonomía de más de 3.500 km. Estaría alimentado por una turbina de gas que funciona con hidrógeno, almacenado en depósitos situados en la parte trasera del fuselaje.
El segundo es un avión de alcance regional turbopropulsado que podría llevar hasta 100 pasajeros a una distancia de 1.800 km.
El tercer concepto es un ala volante con una capacidad y autonomía similar.
La dificultad del hidrógeno está en el almacenamiento y su transporte. El hidrógeno requiere un espacio de almacenamiento cuatro veces superior al del keroseno y, sobre todo, debe ser licuado a -250 grados.
Todo ese proceso llevará en total unos siete años. Por tanto, la implementación del programa está prevista en torno a 2028.
