Así operan los "traficantes de cactus" que están comprometiendo los ecosistemas desérticos

Más del 30% de los cactus de las casi 1.500 especies del mundo están en peligro de extinción, sobre todo por el aumento del tráfico ilegal.

La piel de un tigre, el marfil de un elefante o las escamas de un pangolín. Pero también las plantas -desde los cactus hasta los orquídeas más exóticas- componen la cuarta red ilegal más grande del mundo.

En febrero de 2020 una investigación que involucró al gobierno de Italia y Chile y también centros de investigación y universidades dio sus frutos. Destapó la olla de uno de los comercios ilegales más rentables: el tráfico de cactus.

Los cactus son un grupo de plantas que crecen en los desiertos y los terrenos áridos porque acumulan agua y pueden sobrevivir muy fácilmente. En los últimos años aumentaron su popularidad precisamente por esta característica y por las fotos en Instagram.

En el saldo de esta investigación denominada "Operación Atacama", que sucedió en Italia, fueron más de 1000 cactus de las especies más raras del mundo. Las plantas se valoraron en más de un millón doscientos mil dólares en el mercado negro. Casi todas las plantas, según informó The New York Times, procedían de Chile. La exportación está prohibida en este país. Algunas de las plantas que se encontraron tenían más de un siglo de antigüedad.

Se trató de la incautación internacional de cactus más grande de las últimas tres décadas y puso de manifiesto la cantidad de dinero que mueve este mercado. Recordemos que el tráfico de especies animales y vegetales representa el cuarto negocio ilícito más rentable del mundo, luego del narcotráfico, la falsificación y el tráfico de personas.

“Casi todas las plantas que se puedan imaginar son objeto de algún tipo de tráfico”, aseguró un agente especial del Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos al diario The New York Times. En la actualidad son muchas las especies que sufren el flagelo de la ilegalidad. Pero la atención de los compradores está más que nada centrada en los cactus y otras suculentas y, cada vez más, en las especies carnívoras.

Los especialistas aseguran que el tráfico puede tener consecuencias graves para el planeta. Por poner de ejemplo a los cactus, más del 30% de las casi 1500 especies del mundo están en peligro de extinción más que nada por el aumento del tráfico ilegal.

Esta sección prohibida del comercio suele pasar bastante desapercibida en un acto que se conoce como “ceguera vegetal”. Que no es más que “la tendencia humana a ignorar ampliamente esta importante rama del árbol de la vida.” No obstante, según otro especialista consultado por el diario estadounidense, “el funcionamiento básico del planeta se paralizaría sin las plantas, pero la gente se preocupa más por los animales”.

Por lo general esta creciente fascinación por los cactus puede subsanarse con viveros locales o la reproducción casera, pero los coleccionistas buscan las especies más raras. Aquellas que solo crecen muy localizadas, a veces en un solo lugar en el mundo, como la costa peruana o el desierto mexicano. También se valoran particularmente aquellos que demoran mucho en crecer, a veces décadas o cientos de años.

Su comercialización legal suele estar prohibida en la mayoría de los países, por eso su extracción es secreta, pero no así su venta. Las especies protegidas se exhiben en las tiendas de plantas de lujo de Japón, China, Tailandia y otros países, mientras que cualquiera puede acceder a ellas a través de ebay, Facebook o Instagram. Las penas para quienes cometen estos crímenes suelen ser bastante laxas.

Mientras tanto, el negocio no para de crecer y puede que en un futuro traiga más problemas de los que la ciencia ya está advirtiendo.

 


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