Bitcoin y cambio climático: ¿cómo es la huella de carbono que se esconde detrás de la moneda digital del momento?

La Organización de las Naciones Unidas realizó un estudio sobre el impacto medioambiental que tiene el uso del bitcoin y de la minería de criptomonedas en el mundo.

El auge del mercado de las criptomonedas es comparable a la fiebre del oro (1848). Sin embargo, este apasionante mercado tiene un lado oscuro oculto. Según una nueva investigación realizada por científicos de las Naciones Unidas, la minería de criptomonedas puede tener importantes impactos ambientales en el clima, el agua y la tierra.

Una evaluación publicada en la revista científica Earth's Future une el aumento del uso de las criptomonedas con la huella de carbono que sigue afectando al planeta.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue quien realizó un estudio sobre el impacto medioambiental que tiene el uso del bitcoin y de la minería de criptomonedas en el mundo. Los resultados demostraron que las monedas digitales tendrían una preocupante incidencia sobre el agua, la tierra y la huella de carbono.

Según los especialistas, lo que descubrieron fue "impactante". "Las innovaciones tecnológicas a menudo se asocian con consecuencias no deseadas y bitcoin no es una excepción", alertó en un comunicado el Instituto de la Universidad de las Naciones Unidas para el Agua, el Medio Ambiente y la Salud.

Durante el periodo 2020-2021, la red mundial de minería de bitcoin consumió 173,42 teravatios, lo que deja una huella de carbono equivalente a la de quemar 84.000 millones de libras de carbón o hacer funcionar 190 centrales eléctricas de gas natural. Esto significa que si bitcoin fuera un país, su consumo de energía habría ocupado el puesto 27 en el mundo, por delante de un país como Pakistán, con una población de más de 230 millones de personas.

Para llegar a compensar esta huella, habría que plantar 3.900 millones de árboles que cubrirían una superficie casi igual a la de los Países Bajos, Suiza o Dinamarca o el 7% de la selva Amazónica.

Los resultados también demostraron que durante ese periodo de tiempo, la huella hídrica del bitcoin fue similar a la cantidad de agua necesaria para llenar más de 660.000 piletas olímpicas, lo que además cubriría las necesidades actuales de agua de más de 300 millones de personas en el áfrica subsahariana rural.

Los científicos de la ONU informaron también que la minería de bitcoin depende en gran medida de fuentes de energía fósiles, representando el carbón el 45% de la mezcla de suministro energético de bitcoin; seguido del gas natural, con un 21%; y la energía hidroeléctrica, con el 16%.

Los científicos de la ONU recomendaron que -en caso de querer reducir el impacto ambiental de esta actividad- es necesaria la intervención de los gobiernos para controlar y mitigar el impacto medioambiental, y la inversión en otros tipos de monedas digitales que sean más eficientes y menos perjudiciales para el medio ambiente.


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