La investigadora noruega Anne Haugland ha centrado su carrera en investigar los beneficios que tiene el canto y lo importante que es para la vida.
Cantar es una práctica tan antigua como importante; de hecho, ocupan un lugar tan prodigioso en nuestro cerebro que ante una enfermedad neurodegenerativa como la demencia, el paciente puede olvidar todo y aun así seguir cantando y recordando letras o melodías. ¿Qué beneficios tiene el cantar? Lo repasamos a continuación.
La investigadora noruega Anne Haugland ha centrado su carrera en investigar los beneficios que tiene el canto y lo importante que es para la vida.
En sus estudios, lo primero que remarca es que el canto es casi innato, ya que desde la primera infancia los niños ya comienzan a encontrar pequeñas melodías, repeticiones de sonidos, ya sea para dormirse o en actividades puntuales, muchas veces vinculadas al placer.
Y esto último tiene una explicación, ya que cantar no solo reduce el estrés, sino que libera las famosas hormonas de la felicidad como la serotonina, dopamina y oxitocina, motivo por el cual muchas veces cantamos en la ducha ya que suele ser un lugar de relajación y seguro; no hay presión social por hacerlo bien o mal y se pierde lo que la investigadora llama “vergüenza vocal”.
La música y el canto, al alojarse en un espacio de la memoria que parece ser intocado, también es un gran aliado para la educación, porque ayuda a mejorar la concentración y es probable que muchos aún recordemos que dos y dos son cuatro, y cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho, y ocho dieciséis.
La científica noruega asegura que en las matemáticas el canto es de las herramientas más efectivas, pero menos usadas.
Por último y no menos importante, si salimos del área cerebral y hormonal, el canto también tiene beneficios físicos, ya que exige mejorar la postura, así como también tener manejo y conciencia de la respiración.