Algunos especialistas creen que es una semilla germinando para un futuro donde la inteligencia artificial esté aún más integrada a nuestras vidas.
Un millón de usuarios nuevos en apenas cinco días. Esa es la cifra que define la fascinación de los internautas por ChatGPT, un novedoso modelo de inteligencia artificial con el que cualquier usuario puede dialogar por escrito.
La empresa responsable detrás del desarrollo de ChatGPT es OpenAI, de origen californiano y punta de lanza en el desarrollo de inteligencia artificial de última generación. La compañía fue fundada en 2015 en San Francisco por, en parte, Elon Musk, quien se retiró de la empresa en 2018, y recibió US$ 1.000 millones de Microsoft en 2019.
Las conversaciones con ChatGPT, publicadas sobre todo en Twitter por internautas sorprendidos, dan cuenta de una especie de máquina omnisciente capaz de explicar conceptos científicos, de escribir una escena de teatro, redactar una tesis universitaria o bien líneas de un código informático perfectamente funcionales.
"Cuando comenzamos a hacer preguntas muy precisas, ChatGPT puede equivocarse por completo, pero en general, sus capacidades siguen siendo realmente impresionantes y con un nivel lingüístico bastante alto", declaró a la agencia France Press un experto en el área.
Sin embargo, la herramienta procura dar respuestas sin opiniones. Por ejemplo, al preguntarle sobre el trabajo de algún gobernante en particular, la máquina responde que no tiene “la capacidad de pensar o tener opiniones sobre personas o temas políticos”. Tampoco puede manejar el humor ni justificar la elección de sus respuestas.
Más allá de esto, y otros detalles que todavía la separan de ser una herramienta perfectamente calibrada, algunos especialistas creen que es una semilla germinando para un futuro donde la inteligencia artificial esté aún más integrada a nuestras vidas.
En Uruguay el ChatGPT estuvo en discusión. Varios referentes de la educación en el país, en concordancia con lo que sucede a escala global, opinaron que la herramienta tiene un enorme potencial para poder integrarse a los procesos de aprendizaje. No obstante, también representa el desafío de motivar la creatividad y la originalidad en las evaluaciones a los alumnos, igual que otras herramientas tecnológicas que surgieron en el último tiempo.
Lo que sí es cierto es que ChatGPT lleva menos de dos meses en la vuelta y ya está despertando intensos debates en diferentes ámbitos, por lo que es probable que sigamos escuchando hablar de ella por un tiempo.
