Cibercondría y la obsesión por consultar al "doctor Google"

Desde la llegada de Internet y el aumento de la circulación de la información, la hipocondría encontró un nuevo reducto.

Con Internet parece que todas las respuestas están a un click de distancia. Pero cuando se trata de cuestiones médicas, preguntarle al doctor Google solo puede llevar a búsquedas excesivas y mayores niveles de ansiedad.

A este fenómeno de querer encontrar diagnósticos en la web se llama cibercondría. Fue la Universidad de Ulster -en Irlanda del Norte- donde un equipo de psicólogos acuñó el término en 2014. Sin embargo, “no es necesariamente un trastorno psiquiátrico; de hecho, es algo que casi todo el mundo hace hasta cierto punto hoy en día”, dijo uno de los líderes en estas investigaciones a El País de España.

El problema con la cibercondría es que parecería que nunca hay un fin una vez que se da rienda suelta a las búsquedas. El especialista lo resumió así: “En un vídeo u otro o en una página u otra vas a encontrar algo que se parezca a lo que a ti te pasa o a lo que sientes. Cuanta más información, más probabilidad hay de que des con algo con lo que te identificas”.

En definitiva, practicar la cibercondría solo desemboca en mayores niveles de ansiedad e incertidumbre sobre un supuesto síntoma.

¿Por qué sucede esto? Básicamente porque Google no tiene el mismo criterio que un profesional de la salud. Así es que si buscás sobre un dolor de cabeza aparecen palabras como “deshidratación” o “migraña”, pero luego la cuestión escala y el usuario puede terminar leyendo sobre tumor cerebrales. Esta “intolerancia a la incertidumbre” de algunos usuarios, desencadena inevitablemente en consultas muchas veces desproporcionadas.

Al mismo tiempo, los expertos señalan que la cibercondría es un fenómeno bien contemporáneo que refleja la cultura de la inmediatez en la que vivimos la mayoría de las personas. Es decir que ante el más mínimo síntoma, necesitamos la respuesta aquí y ahora.

El surgimiento de nuevas redes sociales, como TikTok, imponen otro problema y es que los usuarios podemos encontrarnos con videos que hablan de salud sin buscarlos.

Un estudio publicado este año en la Revista Canadiense de Psiquiatría que analizó videos subidos a TikTok encontró que  “aunque las redes sociales ayudan a reducir el estigma de la salud mental y a aumentar el conocimiento sobre la salud, preocupa la desinformación y la potencial cibercondría debido al volumen de contenido que hay sin moderar”. Esto, destaca el diario madrileño, supone “el riesgo de que aumenten los sobrediagnósticos o los diagnósticos erróneos”.

Además, una vez que el algoritmo registra que estás buscando síntomas, comienza a sugerir nuevos resultados que llevan a que te mantengas enganchado al teléfono durante horas en búsqueda de respuestas.

Los especialistas saben que para quien sufre de hipocondría o cibercondría, es muy difícil detenerse o evitar las búsquedas en línea. Por eso hay dos consejos claros: si vas a buscar información en internet, cerciorarse de que venga de fuentes confiables y siempre que haya una duda, sin importar el caso, lo mejor será consultar cara a cara con un verdadero profesional.


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