Desierto de Atacama: científicos buscan la clave detrás de la supervivencia de las especies

A pesar de ser la segunda zona más árida del planeta hay decenas de especies vegetales que lograran sobrevivir en esta región.

A simple vista parecería que la vida en el desierto de Atacama, al norte de Chile, es prácticamente imposible.

Es el segundo lugar más seco del planeta Tierra después de los polos y su suelo, castigado por las oscilaciones de temperatura y la falta de agua, tiene muy pocos nutrientes. Aun así, millones de años de evolución han permitido que decenas de especies vegetales -plantas, cactus, hierbas, árboles y hasta flores- lograran sobrevivir en esta región.

Este particular milagro de la naturaleza llamó la atención de un grupo de investigadores que pretende entender estos mecanismos de adaptación. ¿Por qué? Porque estos podría dar pistas para, según detalla la BBC, “producir cultivos que sean capaces de vivir en áreas donde hay escasez de alimentos para las personas o en zonas que se están volviendo más desérticas debido al cambio climático”.

Hasta ahora las investigaciones vienen dando buenos resultados ya que los científicos dicen haber encontrado las estrategias genéticas que explican la resistencia y capacidad de adaptación de algunas de estas especies que florecen en el desierto más seco de todos.

Diez años es lo que llevó a los botánicos, microbiólogos, ecólogos y expertos en genómica y evolución analizar el clima, la temperatura, el suelo y la vegetación en 22 zonas dentro del Atacama. Además de la secuenciación genética de 22 especies distintas de plantas.

De esta forma los estudios lanzaron dos grandes resultados.

En primer lugar se identificaron mutaciones en 265 genes responsables de la adaptación de las plantas. Estas mutaciones se dieron para que las plantas soportaran mejor la luz solar y al radiación extrema. Al mismo tiempo, estos genes están relacionados con la respuesta de las plantas al estrés y la sal. Es decir, las plantas genéticamente fueron cambiando para soportar las condiciones hostiles. Estos genes ya fueron identificados y podrían aplicarse en otras plantas para hacerlas igual de resistentes.

El segundo gran hallazgo fue que algunas especies de plantas desarrollan bacterias en el suelo alrededor de sus raíces. “Estas bacterias optimizan la absorción de nitrógeno, un nutriente clave para el crecimiento de la planta y que es escaso en el Atacama”, explica el medio británico.

Los descubrimientos fueron catalogados como “una mina de oro genética” y podrían aplicarse en las plantaciones de granos, legumbres y papas en entornos hostiles.

"Nuestro estudio es relevante para las regiones que se están volviendo cada vez más áridas, con factores como la sequía, temperaturas extremas y la sal en el agua y el suelo que representan una amenaza significativa para la producción mundial de alimentos", declaró el investigador al frente del estudio en un comunicado.

Datos del desierto

El desierto de Atacama se encuentra en la región Antofagasta, al norte de Chile, limitando con Bolivia y Argentina. Ocupa una superficie de 105.000 km² y es la segunda zona más árida del planeta después de los valles secos de McMurdo, en la Antártida.

La media de humedad es de 18% y pueden llegar a pasar entre 15 y 40 años sin precipitaciones. En ese sentido, en algunas estaciones no se registró nunca caída de lluvia.

En este desierto hay un promedio de 290 días al año con cielo despejado. Por eso es un lugar ideal para la observación del cielo y fenómenos astronómicos. Las temperaturas oscilan entre los -25 grados y los 50 grados.

Especies vegetales y animales

La zona alberga 2.500 especies vegetales. Casi la mitad son endémicas (únicas de esta región). En tanto la cantidad de especies animales es indeterminada, porque aumenta o disminuye según las lluvias.

Hay tres especies de flamenco de las 5 existentes que viven en el Atacama. Los flamencos nacen blancos pero a medida que crecen su sistema digestivo extrae los pigmentos de los alimentos disolviéndolos con las grasas, que poco a poco se acumulan en las plumas.

Los flamencos comparten hábitat con llamas, vicuñas, roedores, serpientes y lagartos.


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