El ejemplo mundial es Dinamarca, donde en su capital, Copenhague, nueve de cada 10 personas tienen una bicicleta.
Este jueves, como cada 3 de junio desde el 2018, se celebra el Día Mundial de la Bicicleta.
Es una fecha establecida por las Naciones Unidas para incentivar a gobiernos y particulares a promover el uso de este medio de transporte.
La bicicleta es un vehículo sostenible, limpio, económico y ecológico. Y las cifras demuestran que su uso no para de aumentar.
En Uruguay no se sabe a ciencia cierta cuántas personas se mueven en bicicleta. Lo que sí podemos afirmar es que según un relevamiento realizado por la revista Galería, el mercado de bicicletas aumentó entre un 20% y un 30% a raíz de la pandemia.
Al mismo tiempo la revista señala “una medición realizada en 2020 por la Intendencia de Montevideo” que “indica que la participación de la bicicleta y las personas que se desplazan por 18 de Julio en este medio, aumentó de 4% a 8%”.
A nivel mundial la cantidad de bicicletas está estimada en un billón, repartidas por todo el planeta.
Se estima que cada 2 segundos alguien en el mundo compra uno de estos vehículos.
Para hablar de un ejemplo internacional hay que irse a Dinamarca. Allí en 2016 se reportaron más bicicletas que autos en las calles. Aumentó 68% el uso de bicicletas en 20 años y 9 de cada 10 personas en Copenhague tienen una bicicleta. Solo en Copenhague los ciclistas dan la vuelta el mundo 35 veces por día.
En la región el ejemplo es Bogotá. Se registran más de 680 mil viajes diarios en estos y la ciudad pretende doblar la cifra en cuatro años.
La historia
Corría el año 1865 en Estados Unidos. Un joven mecánico francés acaba de llegar a la localidad de Connecticut con una idea en mente.
Su proyecto, que se veía como algo así, era una construcción de dos ruedas con un par de pedales que el inventor bautizó como "velocípedo con pedales” inspirado en un invento similar que había aparecido en 1818 en Alemania.
Aquel curioso invento, que por aquel entonces quería ser una alternativa a moverse arriba de un caballo, era inseguro e inestable, pero rápidamente inspiró a otros inventores a desarrollar sus propias versiones del velocípedo. Entonces a lo largo de la década la Michaux Company desarrolló un prototipo mejorado y este vehículo se popularizó y expandió sólidamente por primera vez.
El biciclo apareció a los pocos años, pero era todavía más complicado de manipular. Hasta que finalmente en 1885 surgió en Inglaterra la llamada bicicleta de seguridad. Era un modelo bastante parecido a la bicicleta que conocemos hoy, solo que se impulsaba no por el tamaño de la rueda sino por un sistema de engranajes.
Entonces comenzó la edad de oro y la locura por la bicicleta. El batacazo lo dieron las mujeres. Cada vez era más común verlas circular por las ciudades montadas en estos vehículos que incluso fueron apodados como “máquinas de libertad”. La bicicleta colaboró a que las mujeres pudieran circular muchas veces a la par de los hombres y obligó a dejar atrás los corsés y los vestidos imposibles de la época victoriana para dar paso a los pantalones anchos.
La historia de la bicicleta volvió a tener un nuevo boom a partir de la década de 1960, después de las guerras y la Gran Depresión.
Con una expansión del concepto de libertad y el comienzo del culto al cuerpo sano, las ventas de bicicletas se duplicaron entre 1960 y 1970, y volvieron a duplicarse entre 1971 y 1975.
Hoy, la bicicleta reivindica una convivencia citadina más agradable y un medio de transporte saludable que muchos países en el mundo incentivan con políticas públicas y un adecuamiento de la infraestructura vial. Además, en muchas partes existe un sistema de bicicletas compartidas que posiciona al birrodado como la mejor alternativa.
Montevideo, según relevaron varias publicaciones de prensa, camina en esa dirección. Y si bien todavía falta para que la ciudad sea accesible y segura para los ciclistas, la comuna capitalina asegura estar trabajando para motivar a más montevideanos a adoptar la bicicleta como su medio de transporte de preferencia.
